Presidencia de la Nación

Una oportunidad para el desarrollo

El calentamiento global y la multiplicación de sus impactos adversos pusieron a la crisis climática en un lugar central dentro de las agendas públicas alrededor del mundo. El Acuerdo de París firmado en 2015 y los compromisos asumidos por los países dan cuenta del interés de la sociedad por generar un nuevo paradigma basado en Objetivos de Desarrollo Sostenible. En este contexto, pandemia del COVID-19, la presión generada sobre las cadenas de suministro y la crisis energética desatada a partir de la guerra en Ucrania dieron mayor complejidad al escenario y aceleraron el proceso de transformación hacia una matriz energética más limpia.

Argentina ha demostrado un firme compromiso con la protección del ambiente y la lucha contra el cambio climático. Al mismo tiempo, aspira a que esta transición permita fortalecer su competitividad industrial. La riqueza y la variedad de sus recursos naturales permiten anticipar que el país jugará un papel clave en la descarbonización de las actividades económicas, no solo en su territorio sino también en otras latitudes.

Para Argentina, promover la cadena de valor del hidrógeno conlleva implicancias que van más allá de la reducción de emisiones, porque representa una oportunidad para la reindustrialización. El hidrógeno es un producto industrial cuya generación depende críticamente de la calidad de los recursos naturales. En ese sentido, la competitividad del país en esta nueva economía se fundamenta en integrar las ventajas naturales y las ventajas construidas, en base a las capacidades industriales, científicas y tecnológicas y el trabajo argentino.

A partir del despliegue de esta nueva cadena de valor, el país podrá expandir las exportaciones, descarbonizar actividades económicas, generar nuevos empleos de calidad y fortalecer el entramado industrial. Este proceso tendrá lugar, especialmente en las localizaciones con recursos para la producción de hidrógeno de forma sostenible y competitiva, contribuyendo así al desarrollo territorial armónico.

Políticas públicas para el despliegue de la economía del hidrógeno

Como parte del proceso para impulsar este nuevo sector, el Poder Ejecutivo Nacional asignó al hidrógeno una relevancia estratégica. Las primeras acciones, orientadas a la promoción del diálogo público-privado, se iniciaron en 2021 y derivó, en febrero de 2023, en la constitución de la Mesa Intersectorial del Hidrógeno. Este espacio, creado en el ámbito del Consejo Económico y Social y liderado por la Secretaría de Asuntos Estratégicos de la Presidencia de la Nación, trabajó en la coordinación entre el sector privado y diferentes áreas de gobierno, nacionales y provinciales para elaborar la Estrategia Nacional de Hidrógeno (ENH). Los resultados de dicho proceso se ven reflejados en este documento.

En mayo de 2023 el Poder Ejecutivo Nacional elevó al Congreso de la Nación el proyecto de ley de “Promoción del Hidrógeno de Bajas Emisiones de Carbono y Otros Gases de Efecto Invernadero”. Esta iniciativa legislativa tiene como objeto promover proyectos de producción de hidrógeno de bajas emisiones, organizar la gobernanza del sector y fomentar el desarrollo productivo y tecnológico a lo largo de toda la cadena de valor.

Por último, la Secretaría de Asuntos Estratégicos en coordinación con el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible está realizando una Evaluación Ambiental Estratégica, para proveer de un marco de sostenibilidad a la ENH, planificar el despliegue territorial de esta nueva actividad y asegurar los objetivos de una transición justa.

Estas acciones impulsadas desde la política pública nacional se aúnan a los esfuerzos de planificación estratégica realizados desde gobiernos provinciales, el sector privado y el sector académico.

Visión

La visión que guía la estrategia nacional del hidrógeno tiene tres ejes. En primer lugar, reconoce la importancia de impulsar el desarrollo tecnológico y productivo en toda la cadena de valor, incluyendo la producción de los bienes de capital críticos y la provisión de servicios tecnológicos.

En segundo lugar, dando cuenta de los diferentes recursos y capacidades disponibles en el territorio argentino, contempla la producción del hidrógeno de bajas emisiones por medio de diferentes tecnologías, ya sea a partir fuentes renovables (verde), a partir de energía nuclear (rosa), o a partir de combustibles fósiles con captura de carbono (azul).

En tercer lugar, establece dos pilares para el despliegue de la economía del hidrógeno: el mercado interno, fundamental para generar condiciones iniciales, evaluar prototipos y desarrollar tecnología nacional; y los mercados de exportación, orientados a la producción en gran escala altamente competitiva, sacando de ventaja de la calidad de los recursos naturales y las capacidades construidas.
 

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