Una transición justa hacia la descarbonización y el cambio de matriz productiva implican un impacto positivo en términos de cantidad de puestos de trabajo, como también una mejora de las condiciones laborales y la creación de empleo de calidad.

La expansión de la demanda doméstica e internacional de este vector energético alentarán un balance positivo entre los puestos que se crearán y aquellos que puedan verse afectados como resultado de la transición hacia las energías limpias. Esto incluye nuevos empleos en la construcción, operación y mantenimiento de infraestructuras, no sólo de producción de hidrógeno de bajas emisiones, sino de transporte y carga de combustible. Parte de esta demanda de empleo será satisfecha a partir de la reconversión de ocupaciones vinculadas a la cadena de extracción y producción de combustibles fósiles.

Metas de empleo 2030 - 2050

En Argentina, la economía del hidrógeno generará más de 13.000 puestos de trabajo de calidad hacia 2030 y más de 82.000 en 2050. Sobre el universo total de empleos, el 56% corresponde a puestos directamente vinculados a la actividad y el 44% a posiciones indirectas.

En el corto plazo, esta nueva actividad no solo requerirá un elevado número de trabajadores sino también de nuevos perfiles laborales, los cuales serán demandados especialmente en las localizaciones de los polos de producción de hidrógeno. Entre los perfiles considerados como indispensables y críticos se encuentran los perfiles universitarios (licenciaturas y/o ingenieros) y/o técnicos relacionados con energías renovables, químicas, energía, mecánica, electricidad, electromecánica, civil, mantenimiento de redes eléctricas, sistemas y laboratorios.

Acciones para fortalecer las capacidades laborales y promoción del empleo