Presidencia de la Nación

Desarrollo industrial y tecnológico en la cadena de valor


Industria

La producción argentina de hidrógeno crecerá desde las 0,4 Mt anuales actuales hasta alcanzar 5 Mt en 2050, lo que implica que el sector incrementará su tamaño unas 12 veces. La adecuación de esta industria posibilitará abandonar progresivamente los métodos tradicionales e ir incorporando tecnologías limpias. La demanda internacional traccionará para escalar la producción ganando eficiencia y productividad. Este horizonte de fuerte crecimiento genera una ventana de oportunidad para el desarrollo industrial en toda la cadena de valor.

Se espera que en el corto plazo la producción de hidrógeno de bajas emisiones sea verde y azul. En el largo plazo, el aprendizaje tecnológico en torno al proyecto CAREM, uno de los primeros reactores pequeños modulares en construcción en el mundo, podría permitir al país ser referente mundial en la producción de hidrógeno rosa y en su cadena de valor.

A fines ilustrativos, si se considera el escenario en el que toda la producción proyectada de hidrógeno de Argentina (5 Mt) se obtiene a partir de electrólisis de agua y energías renovables, se necesitarán 30 GW de electrolizadores y 55 GW de capacidad de energía renovable para 2050. En base a las tecnologías actuales, esto implicaría instalar entre 6000 y 8000 aerogeneradores, ocupando una superficie de 11.000 km2, que equivale a 55 veces el área de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires o la mitad de la superficie de provincias como Tucumán y Tierra del Fuego. En cuanto a la potencia necesaria de electrolizadores, equivale a 30.000 unidades de 1 MW, 10 veces la potencia instalada en la central hidroeléctrica Yacyretá.

Entre los equipamientos e infraestructuras críticas se destacan los electrolizadores para la producción de hidrógeno; la producción de bienes de capital para la generación de energías renovables; las plantas de reformado de gas natural con vapor; los parques para la generación eléctrica renovable; y la infraestructura necesaria para la aplicación de tecnologías CCUS.

El vertiginoso crecimiento esperado en la producción global de hidrógeno de bajas emisiones introducirá presiones adicionales sobre la fabricación de bienes de capital críticos. Los anuncios de inversión de producción de electrolizadores a nivel global registrados hasta 2023 sólo alcanzarán a cubrir la mitad de las necesidades, siempre y cuando todos los proyectos se concreten en tiempo y forma.

Esto pone en evidencia una demanda creciente de bienes de capital a nivel mundial y abre una oportunidad para la radicación y desarrollo de proveedores especializados en la Argentina, con el fin de atender de forma eficiente las necesidades del mercado interno y regional.

Metas de desarrollo industrial 2030 - 2050

Argentina se plantea el objetivo de alcanzar una producción doméstica de hidrógeno de al menos 1 Mt en 2030 y 5 Mt a 2050. Para ello será necesario el desarrollo de proveedores locales radicados en el país que permitan dar respuesta a las necesidades de bienes de capital y servicios conexos en la cadena de valor para alcanzar un 50% de contenido nacional a 2050, y exportar al mercado regional.

Capacidades industriales y tecnológicas en proveedores y servicios

Acciones para potenciar la industria y el agregado de valor

  • Desarrollar proveedores de la cadena de valor del hidrógeno (bienes y servicios).
  • Promover la construcción de prototipos de electrolizadores y otros bienes de capital críticos.
  • Fomentar la asociación entre tecnólogos, empresas industriales locales y demandantes de bienes de capital.
  • Promover la contratación de proveedores y servicios nacionales en las compras públicas
  • Acelerar la adopción de normativa de seguridad en la producción, manipulación, transporte y uso del hidrógeno a lo largo de la cadena de valor.
  • Fortalecer las capacidades de certificación y aumentar el número total de empresas proveedoras certificadas según estándares internacionales de calidad y seguridad industrial.
  • Crear y adaptar normativa específica para el almacenamiento geológico y el transporte del CO2.

 

Ciencia, tecnología e innovación

Argentina cuenta con una amplia red de universidades nacionales y provinciales, así como con un conjunto de organismos científico-tecnológicos que conforman un robusto sistema de ciencia y tecnología distribuido a lo largo y ancho del país. En el Sistema Nacional de Ciencia y Tecnología (SNCT) se desempeñan más de 50 mil investigadores. Gran parte de estos recursos humanos se nuclean en grupos de I+D de las universidades nacionales y en el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET). Otras instituciones descentralizadas, como la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) y el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), también trabajan en temas relacionados a la economía del hidrógeno con mayor cercanía a sus aplicaciones.

El SNCT coopera y se vincula estrechamente con una red de empresas públicas como YPF Tecnología (Y-TEC), empresa mixta propiedad de YPF y CONICET; INVAP, sociedad del estado de la provincia de Río Negro que conduce proyectos tecnológicos complejos; la empresa provincial de energía de la provincia de San Juan orientada a la tecnología solar fotovoltaica (EPSE); y la Planta Industrial de Agua Pesada (PIAP), gestionada por CNEA y el gobierno neuquino, con potencial para la producción de amoníaco. En el caso de Santa Cruz, la planta experimental de hidrógeno de Pico Truncado es a la vez una experiencia piloto de producción de hidrógeno de bajas emisiones y espacio de formación e investigación.

Esta sólida red público-privada federal le otorga al país un amplio conocimiento científico básico y aplicado que abarcan una cartera de proyectos en diferente estadío de maduración tecnológica. En los últimos cinco años se ha observado un incremento de proyectos de desarrollo de tecnología de electrolizadores alcalinos en etapas intermedias.

Metas de ciencia, tecnología e innovación

Argentina se propone, en el corto plazo, alcanzar el nivel de madurez tecnológica avanzada (TRL 7 a 9) para dominar la tecnología de electrolizadores alcalinos y sus equipos auxiliares}. La firma Y-TEC cuenta con un prototipo de electrolizador alcalino en etapa de prueba y apunta a construir el primer electrolizador alcalino de alta potencia (1 MW) de tecnología propia. Existen otros ejemplos como este, que se encuentran madurando con el objetivo de alcanzar en los próximos años una mayor cantidad de proyectos en etapas intermedias y avanzadas.

Antes de 2030, Argentina tiene el objetivo de dominar la tecnología de electrólisis alcalina, lo que permitirá transferir a la industria el conocimiento que habilite la producción seriada de estos bienes tecnológicos críticos y abastecer a las fases iniciales de los proyectos de producción a gran escala. En este horizonte de tiempo, también se contará con un atlas de capacidades de almacenamiento de CO2 para proyectos de hidrógeno azul de forma segura y sostenible. Entre 2030 y 2050, se prevé consolidar la oferta local de tecnología, incluyendo CCUS, para producir hidrógeno de bajas emisiones a gran escala.

Acciones para una economía del hidrógeno con desarrollo científico y tecnológico nacional

  • Promover la tecnología de electrólisis alcalina en prototipos para giga escala y las tecnología PEM para investigación y aplicaciones de mega escala
  • Fomentar I+D en tecnología CCUS, de nuevos materiales y de almacenamiento de CO2; así como los estudios para de almacenamiento geológico de hidrógeno.
  • Promover pilotos público-privados para combustibles sintéticos y descarbonización de procesos industriales.
  • Fomentar la creación de start-ups tecnológicas asociadas a hidrógeno.
  • Impulsar la investigación en torno a nuevas tecnologías para la obtención de hidrógeno.
  • Generar centros y potenciar equipos de investigación, desarrollo e innovación vinculados a la cadena de valor del hidrógeno.
  • Fortalecer la infraestructura de laboratorio..
  • Alentar la conformación de consorcios públicos-privados para el desarrollo tecnológico y la innovación.
  • Propiciar estrategias y herramientas de promoción orientadas a construir capacidades en nuevas tecnologías incipientes que en un futuro puedan modificar los escenarios de generación, almacenamiento y usos del hidrógeno.

 

Certificaciones

A nivel mundial los sistemas de certificación de origen y tipo de hidrógeno se encuentran en proceso de construcción. Este tipo de sistemas permitirá a la industria del hidrógeno garantizar a los consumidores su contenido de carbono.

Actualmente, las discusiones están centradas en definiciones técnicas respecto de los criterios de emisiones y gobernanza del esquema. La Unión Europea impulsó, mediante la creación del consorcio público-privado denominado CertifHy, un esquema de carácter voluntario que utiliza etiquetas de colores para caracterizar la producción de hidrógeno de acuerdo con la Directiva Europea de energías renovables. Bajo un enfoque diferente, Estados Unidos propone categorizar al hidrógeno en función de las emisiones asociadas al ciclo de vida sin generar etiquetas de colores. Otras propuestas plantean sumar en los criterios de certificación aspectos relacionados con el marco de sostenibilidad en un sentido amplio, incorporando cuestiones como la pérdida de biodiversidad, el desplazamiento de comunidades o las crecientes desigualdades.

América Latina está dando los primeros pasos para definir su esquema de garantías de origen. Si bien todavía no existe un esquema definido, el consenso general indica que implementarlo es un aspecto central para el despliegue y consolidación del mercado regional.

La certificación de origen y la incorporación de nuevas tecnologías de producción, transporte y uso de hidrógeno requieren normativas para garantizar la seguridad en toda la cadena de valor y en los nuevos mercados que se generen.

Metas de certificaciones 2030 - 2050

Argentina implementará antes de 2030 un esquema de certificación de origen basado en criterios de emisiones sin preferencia tecnológica. Este sistema estará apoyado en las capacidades públicas existentes y contará con mecanismos claros para la determinación de emisiones, adaptables al cambio tecnológico y alineados con las exigencias de los mercados adoptantes. Un aspecto relevante para que funcione de forma organizada es la gobernanza, que será centralizada por el sector público nacional y coordinada a nivel regional a través de organizaciones supranacionales que permitan potenciar el alcance del mismo.

Acciones para garantizar una producción de hidrógeno segura y sostenible

  • Desarrollar el esquema de certificación del hidrógeno de bajas emisiones en coordinación con países de la región.
  • Adquirir las herramientas y generar las capacidades para la medición de emisiones en las actividades asociadas a la cadena de valor del hidrógeno.
  • Fortalecer capacidades de acceso público para realizar el análisis de ciclo de vida de los diferentes proyectos.
  • Profundizar el proceso de adopción y adaptación de estándares técnicos del ISO TC-197 para asegurar condiciones de uso seguro en toda la cadena de valor.
  • Fortalecer capacidades del Sistema Nacional de Calidad y su infraestructura asociada, para brindar acceso a la oferta tecnológica en todo el territorio del país.
  • Acelerar la generación o adopción de normativa de seguridad en toda la cadena de valor, incluyendo normativa específica para almacenamiento geológico y transporte de CO2.
  • Promover la incorporación de criterios económicos, sociales, ambientales y de gobernanza a las certificaciones.

 

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