La arveja (Pisum sativum L.) es una legumbre de ciclo invierno-primaveral que, en nuestro país, es cultivada de manera extensiva desde hace más de siete décadas, principalmente en las provincias de Buenos Aires, Santa Fe y Entre Ríos. En los últimos cinco años la superficie sembrada osciló entre 60000 y 110000 has, con producciones totales de 60000 a 214000 tn y rendimientos promedio en torno a 1,1 y 2,6 tn/ha (SAGyP, 2024). El destino de la producción es principalmente la exportación, mientras que el mercado interno es sensiblemente menor, con destino a consumo humano y en menor medida a industria y forraje. Cada uno de ellos con requerimientos específicos de calidad (ej. color, tamaño de grano, etc.). El comercio mundial es de alrededor de 6,5 millones de tn, siendo los principales importadores China, Turquía, mientras que por el lado de la oferta los principales exportadores son Canadá y Rusia. Del total comercializado en el mundo, el 90 % se trata de arvejas secas amarillas, y el resto es verde o de otros tipos, mientras en Argentina esa relación es inversa: 75% de lo producido en la campaña 2023-2024 fue de color verde, y el 25% de color amarillo.

Este cultivo representa una alternativa invernal muy interesante para intensificar la secuencia. A diferencia de gramíneas invernales (ej, trigo, cebada), la arveja es capaz de fijar simbióticamente nitrógeno que la independiza del uso de fertilizantes nitrogenados de síntesis, además de permitir reducir significativamente la fertilización en cultivos siguientes (ej. maíz de 2da) siendo un aporte en la reducción de la huella de carbono que implica su producción industrial. A su vez, su utilización permite incrementar la eficiencia de uso de recursos ambientales como agua y radiación en periodos de barbecho previo a soja o maíz (Andrade et al., 2015), además de contribuir en el manejo de malezas por competencia.

Para aumentar la relevancia de este cultivo como alternativa invernal es importante conocer la amplitud de rendimiento lograble de cultivares disponibles en el mercado local. La adaptabilidad a fechas de siembra (cultivares invernales y primaverales), componentes de rendimiento, características de grano y cómo aprovechan recursos ambientales, brindarían herramientas de utilidad para quienes consideren este cultivo en sus secuencias. Por lo expuesto, este trabajo se centra en analizar los parámetros y variables anteriormente mencionados sobre una amplia base de cultivares de arveja disponibles en el mercado local.