Presidencia de la Nación

El TDCNR sostiene la economía


La pandemia de COVID-19 provocó un cambio en las rutinas de toda la población. En la Argentina, se tomaron medidas de Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio (ASPO) para contener la expansión del virus. En la fase más restrictiva de ASPO, la circulación se limitó a trabajadores/as esenciales. Se cerraron lugares de trabajo, escuelas y espacios de cuidado. A raíz de esto, los hogares empezaron a enfrentar una carga extra de tareas domésticas y de cuidados no remunerados que, en los tiempos de la vieja normalidad, se resolvían de diversas formas. En la pandemia, aumentaron las horas dedicadas a la limpieza, cocina y organización del hogar, y también las horas dedicadas a los cuidados de los/as niños/as y adolescentes, así como la asistencia a personas mayores. Esas tareas que se realizan de manera invisible, y al interior de los hogares, quedaron expuestas, dejando en evidencia las repercusiones de una nueva normalidad difícil de sostener en el tiempo sin transformaciones sustanciales.

El Trabajo Doméstico y de Cuidados No Remunerado (TDCNR) es el trabajo que permite que las personas se alimenten, vean sus necesidades de cuidados satisfechas, cuenten con un espacio en condiciones de habitabilidad, reproduzcan en general sus actividades cotidianas y puedan participar en el mercado laboral, estudiar o disfrutar del ocio, entre otras. La distribución del TDCNR es estructuralmente desigual: 9 de cada 10 mujeres realizan estas tareas, que significan en promedio 6,4 horas diarias. Ellas dedican tres veces más tiempo que los varones.

Esta distribución asimétrica contribuye a explicar que su participación en el mercado laboral sea más baja que la de los varones. También incide en que tengan trabajos más precarios, que implican a su vez una mayor desprotección social ; por ejemplo no tener acceso a una obra social y, en un futuro, tener una mayor dificultad para acceder a una jubilación por no tener aportes. Las mujeres presentan mayores niveles de desocupación, ganan menos y, por consiguiente, son más pobres. En este sentido, es imprescindible entender que las condiciones del trabajo remunerado están estrechamente ligadas a cómo se resuelven las tareas no remuneradas.

Indicadores 

Mujeres 

Varones 

Brecha

Tasa Actividad 

49,4% 

69,4% 

20

Tasa de Actividad considerando amas/os de casa 

61,5% 

70,8% 

9,3

Tasa Desocupación 

9,5% 

8,4% 

-1,1

-Tasa Desocupación en menores de 30 años 

18,9% 

16,9% 

2

Tasa Empleo 

44,7% 

63,6% 

18,9

Ingreso Total Individual en población con ingresos 

$22.252,80 

$30.777,50 

27,7%

Fuente: Elaboración DNEIyG en base a datos de la EPH-INDEC (4to trimestre 2019) en población urbana de 14 años y más

Sin embargo, y a pesar de la cantidad de horas que demandan estas actividades -en pandemia y fuera de ella-, el TDCNR sigue quedando al margen del debate económico. Estas tareas no son reconocidas como productivas y no integran los modelos de análisis, ni aparece identificado su aporte a la economía. De este modo, la propuesta de estimar y monetizar el TDCNR es una forma de avanzar a una valorización y cuantificación del aporte de este sector que resulta clave para el funcionamiento de la economía en su conjunto.

Una forma de medir el aporte que realiza el TDCNR al sistema productivo es calcular cuánto costarían esas actividades si estuvieran remuneradas. En un contexto como el actual, y frente a los desafíos que presenta la pandemia y la "nueva normalidad", se vuelve más relevante aún entender que estos trabajos que se realizan de manera gratuita en los hogares tienen un costo para quienes lo llevan adelante, al tiempo que son un aporte sustancial a la producción general de bienes y servicios. El presente informe se centra en medir el aporte del TDCNR al Producto Interno Bruto (PIB) y, a partir de ello, su variación en el contexto de la pandemia. Este ejercicio permite dimensionar que el sector de los cuidados es un sector estratégico a la hora de pensar la reactivación económica del país.

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