Los siguientes artículos no se encuentran permitidos, ya que el riesgo asociado con estos elementos puede interferir con la gestión efectiva, la seguridad y el orden de los establecimientos penitenciarios.:

• Reproductores de video, videocasetes, reproductor de DVD portátil y discos de DVD.
• PlayStation (versión 1 y 2) o consola de juego sin acceso a internet ni a través de puerto USB.
• Juegos de azar.
• Lavarropas.
• Secarropas.
• Libros electrónicos.
• MP3, MP4, MP5 y afines.
• Freezer y heladera (capacidad y cantidad).
• Televisor de más de 32 pulgadas.
• Microondas.
• Pava eléctrica.
• Anafe eléctrico.
• Horno eléctrico.
• Ventilador.
• Caloventor.
• Plancha eléctrica.
• Plancha para el cabello.
• Secador de cabello.
• Máquina depiladora.
• Máquina para cortar cabello.
• Resistencia para calentador.
• Aparatos eléctricos como calentadores.
• Cable tipo alargue (zapatilla).
• Cosméticos.
• Maquillajes.
• Bijouterie.
• Peluca y peluquín.
• Muebles.
• Colchones.
• Equipo, ropa y material para boxeo o artes marciales (cuando se practique).
• Juegos de sábanas y frazadas de más de 1 plaza.
• Trajes.
• Fósforos y encendedores.
• Accesorios de cocina.
• Utensilios de cocina con punta redonda.
• Carnes en crudo de distintas especies (más de 1 Kg.).
• Esencia de vainilla.
• Levadura.
• Pintura.
• Contenido con alcohol: como quita esmalte con acetona.
• Instrumentos musicales.
• Hilo de tejer.
• Frutas: uva, cítricos, banana.
• Mate, bombilla y termo que no sean de plástico.
• Utensilios de cocina que no sean de plástico.
• Repuesto de track que no sea tipo II.
• Tarjetas de débito (sólo habilitada para el uso en el establecimiento).
• Sándwich de miga.

Sin embargo, el Comando de Seguridad de cada establecimiento podrá autorizarlos con debida justificación y bajo condiciones especiales, teniendo en cuenta los siguientes parámetros:

• El nivel de seguridad aplicable al caso en concreto –de acuerdo a la categorización correspondiente de las personas privadas de su libertad– a partir de un estudio y análisis objetivo de los riesgos para la seguridad, el orden y la convivencia del establecimiento.

• El tipo de población alojada considerándolos en su especificidad –mujeres, hombres jóvenes, adultos, transgéneros– y el grupo de convivencia con el que interactúan.

• Las necesidades criminógenas de la persona privada de su libertad.

• La conveniencia de su ingreso, realizando una evaluación relativa a la tenencia y utilización conforme las características de infraestructura edilicia, materiales, de servicios.

• El estímulo a través de recompensas que puede promoverse para aquellas personas que demuestren buena conducta y cumplimiento de las normativas vigentes, permitiendo el ingreso de ciertos objetos que puedan tener un impacto positivo en las necesidades criminógenas y en la convivencia de las personas privadas de la libertad.