Ensayos de estanqueidad de la contención
El edificio de contención de una central nuclear es una de las múltiples barreras que asegura que los productos radiactivos de la operación del reactor nuclear no entren en contacto con el medio ambiente bajo cualquier condición de operación. Como tal, debe contar con un alto grado de estanqueidad, lo cual requiere un cuidadoso diseño, construcción y mantenimiento, teniendo en cuenta que el edificio de contención cuenta con aberturas para ingreso y egreso de personal, elementos y equipos, y que sus paredes son atravesadas -entre otros- por conductos que llevan el vapor generado por el calor de la reacción nuclear a las turbinas que generan energía eléctrica.
Previo a autorizar la puesta en marcha de la central, la Autoridad Regulatoria Nuclear (ARN) requiere en todos los casos la realización de un ensayo que demuestre la estanqueidad del edificio de contención. En forma simple, este ensayo consiste en elevar la presión del aire dentro del edificio del reactor al doble de la presión atmosférica normal mediante compresores y medir la evolución de la presión a lo largo del tiempo. En la medida que la presión no disminuya o lo haga muy lentamente, se demuestra la estanqueidad de la contención. Si bien esta descripción parece sencilla, involucra medir presión, temperatura y humedad del aire en múltiples puntos dentro del edificio de contención y, al mismo tiempo, verificar que la presión no afecte la estructura, midiendo desplazamientos casi imperceptibles en múltiples puntos de las paredes y techo del edificio.
En el caso de la Central Nuclear Embalse (CNE), el ensayo de estanqueidad de la contención fue realizado por profesionales de la CNEA aprovechando la experiencia acumulada en ensayos similares realizados anteriormente en en esa misma central nuclear y en las dos unidades de Atucha.
Las tareas desarrolladas por CNEA incluyeron el diseño del sistema, la adquisición de equipamiento, la instalación de más de 50 sensores en distintos puntos del edificio, su cableado en conjunto con NASA, la conexión a equipos registradores en tiempo real y la puesta a punto del sistema, incluyendo el desarrollo de un software de captura de datos.
Luego de ensayos preliminares, CNEA ejecutó el ensayo definitivo en el mes de diciembre de 2018, el cual tuvo una duración de cinco días corridos, lapso durante el cual se registraron las variables de interés, monitoreando su evolución. Una vez procesados y analizados los datos por parte de CNEA, se demostró que el resultado del ensayo fue satisfactorio, dando cumplimiento al requisito regulatorio.