Tecnologías nucleares innovadoras para el monitoreo y el reciclaje de residuos plásticos
La CNEA participa en la iniciativa NUTEC Plastics del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA). Es uno de los 30 países que desarrollan tecnologías nucleares para reciclaje de residuos plásticos y lidera en América Latina un proyecto de irradiación de polímeros naturales y sintéticos.
Argentina está comprometida con la lucha contra la contaminación que producen los plásticos en el medio ambiente. Para esto, la Comisión Nacional de Energía Atómica participa en la iniciativa NUTEC Plastics del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) y es uno de los 30 países que desarrollan tecnologías nucleares innovadoras para reciclaje de residuos plásticos. Otro grupo de 63 países contribuyen con el monitoreo de las microscópicas partículas de plástico, llamadas microplásticos, que contaminan los océanos.
De acuerdo al Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), cerca de 250.000 toneladas de partículas de plástico flotan en los mares, producto del desgaste y la desintegración de plásticos más grandes, los aditivos de los productos de limpieza y de higiene personal y la ropa sintética. Como los animales marinos confunden las micropartículas plásticas con plancton, las ingieren y así es que estas ingresan en la cadena alimentaria.
La ciencia y la tecnología nucleares desempeñan un rol fundamental para enfrentar este problema ambiental. La irradiación sirve para tratar los plásticos descartados y mejorar sus propiedades para que puedan ser reutilizados y obtener nuevos productos. De esta manera, se amplía el potencial de reciclaje actual. Por otra parte, la ciencia nuclear también sirve para monitorear los plásticos en los océanos.
“En la CNEA trabajamos en el reciclado de los plásticos como parte de dos proyectos. Uno de ellos, liderado por la Argentina, reúne a once países de América Latina. Estos países realizan un abordaje integral del problema para promover el uso de la tecnología de la radiación en polímeros naturales y sintéticos para desarrollar nuevos productos con hincapié en la recuperación de residuos. Por medio de capacitaciones que permiten nivelar el conocimiento, trabajan para realizar estudios de factibilidad técnico-económica que les permitan introducir productos elaborados a partir de plásticos reciclados en el mercado”, cuenta María Verónica Vogt, la jefa del Departamento Procesos por Radiación, dependiente de la Gerencia de Área Producción de Radioisótopos y Aplicaciones.
“El segundo proyecto es un coordinado de investigación donde trabajamos en tres propuestas innovadoras para el reciclado de plásticos. La radiación ionizante (gamma y haces de electrones) tiene muchas aplicaciones en plásticos, pero recientemente se puso atención en utilizarla para su reciclado, con muy buenos resultados, para así abordar los problemas que generan los residuos plásticos en los ambientes y evitar la generación de microplásticos”, agrega Vogt, que es microbióloga, doctora en Ciencias Biológicas y especialista en Aplicaciones Tecnológicas de la Energía Nuclear.
La científica explica que “existen plantas que reciclan el plástico mediante procesos químicos y físicos, pero la irradiación tiene la particularidad de que permite compatibilizar y mejorar la interacción de plásticos de diferentes tipos, es decir cuando se encuentran en mezclas. También se utiliza para hacer los plásticos más procesables”.
En la CNEA, las técnicas nucleares para el reciclaje del plástico y la mejora del material obtenido son desarrolladas por los laboratorios de la División de Materiales Poliméricos, integrados por investigadores del Departamento Procesos por Radiación. En la Planta de Irradiación Semi Industrial (PISI), ubicada en el Centro Atómico Ezeiza, se realiza el tratamiento con radiación gamma utilizando una fuente de cobalto 60.
“La irradiación mejora las propiedades mecánicas del plástico y permite que los materiales se puedan integrar mejor. Con la radiación se logran modificaciones en las cadenas de polímeros. También se pueden establecer puntos reactivos o de oxidación que se pueden unir con otros puntos reactivos de distintas materas primas”, señala Vogt.
Argentina también trabaja con otros países de la región para establecer una planta de reciclado de plásticos en América Latina utilizando la tecnología de radiación. Mientras tanto, el equipo de la CNEA colabora con una empresa nacional que produce durmientes de ferrocarril a partir de diferentes residuos de plástico y neumáticos. “La idea es incluir la técnica de irradiación en ese proceso para optimizarlo”, dice Vogt.
Otra línea de trabajo es el reemplazo de los polímeros sintéticos por naturales, como el almidón o la celulosa, para fabricar productos biodegradables. “También hay un proyecto coordinado con la OIEA para incluir fibras de neumáticos en cemento, para obtener un concreto reforzado. Otra iniciativa consiste en mezclar residuos de polímeros sintéticos con fibras vegetales para obtener un nuevo material compuesto (madera vegetal) que puede utilizarse en muebles y/o en construcción”, revela Vogt.
“El objetivo de nuestro trabajo es recuperar los residuos para que no se generen los microplásticos y para reintroducirlos en la economía circular. En otras palabras, darles un valor agregado a los residuos”, concluye la especialista.