“Mi meta es aportar soluciones para el cuidado de los recursos y la sustentabilidad de las industrias”
Precursora en la asistencia en temas ambientales en la sede Cuyo del instituto, Natalia Vanin se suma a “Tecnólogas que transforman”, el ciclo de videos que muestra en primera persona los recorridos profesionales de las mujeres del INTI en todo el país. Conocé cómo Natalia promueve una producción sostenible en la región.
Natalia Vanin es ingeniera Química de la Universidad Tecnológica Nacional, Facultad Regional Mendoza, una profesión orientada a la implementación y mejora de los procesos productivos en plantas industriales, bastante alejada del imaginario en torno a la Química que asociamos al trabajo en el laboratorio.
La jefa del Departamento Producción Sustentable de la región Cuyo ingresó al INTI en 2004 mediante una beca para jóvenes profesionales en un momento en el que el organismo se encontraba implementando Sistemas de Gestión de Calidad 17025. Natalia trabajó durante cuatro años en el proceso de acreditación de diversas técnicas en los laboratorios del INTI en Mendoza, que lograron posicionarlos como referentes.
“Por aquellos años nuestra sede del INTI no había incursionado en temas de ambiente y se abocaba al análisis de calidad de los alimentos casi exclusivamente. Todas las demandas que llegaban desde la región en torno a problemáticas ambientales se derivaban a otras sedes u organismos”, cuenta Natalia, que, en ese contexto, asumió el desafío de generar un nuevo espacio de trabajo para dar respuesta a las necesidades que planteaba la industria, diversos organismos gubernamentales y la comunidad en general. Con esa visión, se propuso especializarse mediante una Maestría en Ingeniería Ambiental en la Universidad Nacional de Cuyo. “Tener la capacidad de desarrollar y transferir soluciones, proyectos y estrategias para el cuidado de los recursos y promover la sustentabilidad de las industrias era mi meta como tecnóloga”, afirma.
“Actualmente, el cuidado del agua es nuestra bandera de trabajo y uno de los ejes estratégicos del Departamento, y se relaciona con problemáticas sociales, empresariales y políticas”, remarca la especialista, quien comenta que en Mendoza el cuidado de este recurso escaso es central: menos del 5% del total de la superficie de la provincia es zona cultivable, el resto es desierto. “Desde el INTI trabajamos junto a las industrias y los gobiernos provinciales y municipales para promover el buen uso del agua en planta y el tratamiento de los efluentes líquidos. Hacemos mediciones in situ en empresas, realizamos diagnósticos y proponemos mejoras. Las asistimos para que cumplan con los requerimientos legales de la provincia en torno a parámetros de emisiones, residuos y efluentes, especialmente, en el sector vitivinícola en Mendoza y en otros sectores como el olivícola en la región. El objetivo es reducir el consumo de agua y de sustancias contaminantes, y desarrollar mejores sistemas de tratamiento de efluentes, para que logren una calidad que los habilite a ser vertidos o reusados de forma correcta”, explica la ingeniera Química del INTI.
Natalia destaca por su impacto en la comunidad el proyecto Valorización de Residuos Sólidos Urbanos que se desarrolló en San Juan y coordinó técnicamente. “Logramos crear sistemas de buenas prácticas de gestión de residuos para el municipio de Sarmiento. Hicimos su caracterización, trabajamos en territorio intensamente en la sensibilización sobre separación en origen, desarrollamos tecnología junto a pymes locales y fortalecimos un espacio interinstitucional de trabajo junto a otros sectores del Estado. A su vez, mediante el proyecto, el INTI logró adquirir equipamiento que en ese momento era único para la institución para medir material particulado, gases de combustión y poder calorífico”, precisa la especialista en Ingeniería Ambiental.
La valorización energética de los residuos industriales es otra línea estratégica para la región de Cuyo. Un trabajo pionero en el INTI en torno al uso de combustibles alternativos a partir de los residuos de elaboración fue el desarrollo, en conjunto con una empresa dedicada a la elaboración de dulces y conservas, de un sistema para reutilizar sus carozos como combustible en equipos quemadores de biomasa en reemplazo del gas envasado.
Para Natalia, un tema estratégico y de actualidad respecto a las problemáticas ambientales es el ordenamiento territorial. “Fuimos convocados por el INTA con el objetivo de preservar el cinturón verde de Guaymallén, en Mendoza, de donde se obtienen verduras y hortalizas de mucha calidad por la calidad de agua y de suelo que hay en la zona, y donde es necesario ordenar los espacios en forma eficiente en función del crecimiento inmobiliario que experimenta la región”, explica la jefa de departamento del INTI. “Hicimos un relevamiento y un diagnóstico estratégico de las industrias emplazadas allí, de su impacto en el medio y de cómo el medio impacta en esas empresas, con el propósito de sostener su funcionamiento ante la presión social asociada a reclamos ambientales que surgen a la par del crecimiento urbano. Mediante nuestro aporte, y el de otras instituciones, el municipio de Guaymallén comenzó a implementar políticas de ordenamiento territorial, para dar cumplimiento a la recientemente sancionada ley de la provincia”.
Natalia considera que su mayor logro fue haber iniciado en la región Cuyo la asistencia en temas ambientales para dar respuesta a las problemáticas de las empresas y de la comunidad. “El enfoque de sostenibilidad ahora es transversal a cualquier proyecto en marcha. Antes las sedes regionales del INTI estaban abocadas a temas específicos del lugar, pero no había una visión integral de acompañamiento a las empresas. Poder trasmitirles a las y los jóvenes que ingresan al instituto todo el camino recorrido y toda esa capacidad ganada por el INTI es la huella que me gustaría dejar”, concluye.