Aportes del INTA Famaillá en el monitoreo y control de la chicharrita del maíz
Desde Tucumán, la Institución forma parte de la mesa técnica regional y nacional que trabaja en la temática.
Dalbulus maidi es un vector que tiene la capacidad de transmitir patógenos y generar la enfermedad conocida como complejo del achaparramiento del maíz, que ha provocado pérdidas económicas sustanciales en la campaña anterior.
Por esto, las líneas de investigación del INTA se han centrado en la evaluación y desarrollo de estrategias eficientes de manejo del vector y control de la enfermedad para reducir los daños y asegurar los rendimientos y calidad del cultivo. Además, mediante la identificación del genoma del vector, se han determinado medidas de control más eficientes que van desde la aplicación de bioestimulantes hasta el control químico y el registro de enemigos naturales.
Para abordar la problemática se constituyó una mesa técnica nacional, que se retroalimenta con una mesa técnica regional NOA-NEA, integrada por las provincias de Tucumán, Catamarca, Salta, Jujuy, Formosa, Chaco y Santiago Del Estero. Esta mesa desarrolló el mapa nacional de monitoreo, que concentra toda la información sobre los avances de las investigaciones en el territorio.
En Tucumán, al igual que en el resto del país, “el INTA implementa diferentes técnicas como el monitoreo con trampas amarillas, que contribuye con sus resultados a la Red Nacional de Trampas Amarillas. También, el monitoreo a través de redes entomológicas para conocer el periodo invernal de refugio del vector y el monitoreo directo sobre el cultivo, que permite determinar de manera eficiente cuál es la población que se encuentra afectando al maíz”, explica la MSc. Ing. Agr. Claudia Funes, investigadora de la EEA Famaillá.
Estos monitoreos se realizan de manera coordinada entre el área de investigación de la Unidad y las agencias de extensión rural ubicadas en los departamentos Burruyacú, Aguilares, Monteros, Graneros y Trancas.
“Toda la información recabada en los distintos territorios es elevada al mapa nacional de monitoreo, que se actualiza quincenalmente y puede ser consultado por los productores en la página oficial”, señala la especialista.
En cuanto a las proyecciones a futuro, se prevé abordar la problemática con diferentes líneas como “el desarrollo de tecnologías de detección temprana del vector. En segundo lugar, con investigaciones en biología molecular, utilizando técnicas de ingeniería genética que permitan crear híbridos más resistentes al vector y las enfermedades. Y, en tercer lugar, con el uso de técnicas agrícolas sostenibles como el respeto de la fecha de siembra de cada región, la utilización de semillas curadas y el control del maíz voluntario para reducir la vulnerabilidad del cultivo frente al vector”, indica la Dra. Lic. en Biotec. Cecilia Ledesma.

Estos trabajos se realizan en vinculación con “otras instituciones de investigación, organismos gubernamentales y organizaciones de productores que promueven estrategias de manejo sustentables para poder responder de manera eficiente a las necesidades reales del sector”, concluye Ledesma.