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Situación climática transcurrida, presente y perspectivas de la campaña agrícola de los cultivos de verano 2023/2024 para el Este Santiagueño

Junto al Ing. Agr. Omar Puig, de la AER Bandera y referente en climatología de la EEA Quimilí, realizamos un análisis descriptivo de la situación climática transcurrida, presente y perspectivas de la campaña agrícola de los cultivos de verano 2023/2024 para el Este de Santiago del Estero.

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El Ing. Agr. Omar Puig realizó una detallada lectura sobre las manifestaciones de las condiciones climáticas de la campaña agrícola 2023-2024 en el Este provincial. “Las precipitaciones comenzaron en octubre, con eventos muy erráticos, según los diferentes lugares, con registros dispares y de pocos milímetros. Estos registros no han logrado condiciones de humedad suficientes para realizar alguna siembra temprana de maíz, soja o algodón, debido que veníamos de un invierno 2023 muy seco, luego de tres niñas consecutivas”.
Estas condiciones dejaron un perfil del suelo sin humedad y un nivel de napa freática por debajo de los cuatro metros en el Sudeste y mucho más bajo en el Noreste. Esta situación climática explica la baja superficie sembrada de girasol y el retraso de la siembra de algodón en todo el Este, en esta campaña.
Además, las lluvias de noviembre también fueron muy erráticas en los diferentes departamentos del Este de la provincia. Las lluvias estuvieron más concentradas en los departamentos del Sudeste, principalmente en los departamentos Belgrano y Taboada, donde los registros fueron más importantes que en el resto. Pero, a pesar de mejores condiciones de humedad en este mes, tampoco se realizaron siembras debido a que noviembre no es una fecha óptima, porque los cultivos sembrados en esta fecha, el periodo crítico (floración) coinciden con altas temperaturas en los meses de enero/febrero, principalmente soja y maíz.
Recién diciembre fue el mes con lluvias más generosas en los registros y generales en todo el Este, permitiendo el comienzo de la siembra de la campaña 2023/2024, que ha finalizado en el mes de enero 2024.
Los registros de lluvias de enero 2024 estuvieron por debajo de los promedios en general para la región, con el agravante de días consecutivos de altas temperaturas a partir de la segunda quincena, consolidando una fuerte ola de calor que se extendió hasta mediados de febrero.
Las precipitaciones de febrero en la primera quincena fueron mucho más erráticas, con el agravante de una ola de calor de dos semanas consecutivas, hasta mediados de febrero con máximas de más de 44 grados. Y ya en la segunda quincena de febrero con registros aceptables y más generales y temperaturas más bajas, dieron las condiciones climáticas, para la recuperación de los cultivos, en un estado fenológico de definición de los rendimientos.
Impacto en cultivos
Consultado sobre el impacto que tuvo la situación descripta en los cultivos más importantes de la región explico: “El impacto climático que los cultivos han venido soportando en esta campaña son muy dispares: según el cultivo, las fechas de siembra, los lugares o departamentos, debido a la irregularidad de las precipitaciones y el estado fenológico de los cultivos de acuerdo a las fechas de siembra”.
“En general la soja y el sorgo, sembrados en la primera quincena de diciembre fueron los cultivos más afectados por el estrés hídrico y térmico, que han producido manchones en los lotes, pero con las precipitaciones de febrero, que comenzaron en la primera semana, se van recuperando, aunque con la consecuente pérdida de rendimiento en los lotes que fueron afetados. Esta situación se dio en las fechas de siembra de la primera quincena de diciembre donde el periodo crítico del cultivo (comienzo de floración) ha coincidido con la ola de calor mencionada de enero y febrero”, indicó Puig.
En un estado fenológico avanzado, donde la demanda hídrica es mayor, y la humedad no estaba disponible, acompañada por altas temperaturas, lo que hizo que la demanda de la atmosfera por humedad sea muy alta, produciendo estrés hídrico y térmico en los cultivos.
“En el caso del maíz si bien paso por limitaciones climáticas, el estado fenológico (vegetativo) en el que se encontraba, ha permitido su recuperación, si bien y según los lugares, no en su totalidad, pero los daños son mucho menores y con expectativas de llegar a buenos rendimientos. El algodón tal vez sea el cultivo menos afectado. Si bien en algunos lugares por la falta de humedad en la siembra, fines de noviembre principio de diciembre, la germinación no fue la óptima y algunos lotes se tuvieron que resembrar por la mala germinación”, explicó.
“En general en la región podemos decir que los cultivos, con estas últimas lluvias y el descenso de temperatura, se encuentran en proceso de recuperación del estado de estrés hídrico y térmico que venían soportando, por supuesto según las zonas y el nivel de afectación que tuvieron”, evaluó.
Continuidad
Al ser consultado sobre las perspectivas climáticas describió que “de acuerdo con los modelos dinámicos y estadísticos, en promedio, en el trimestre marzo-abril-mayo 2024 hay un 75% de probabilidad de que continúen las condiciones niño, un episodio que se inició en el mes de abril 2023 y que está finalizando en este otoño 2024”.
“Si bien estamos transcurriendo una fase niño, aquí en el norte no hemos tenido precipitaciones propias de un niño. Recién en la última semana de febrero y la primera quincena de marzo, tuvimos días seguidos con precipitación, tipo temporal, propias de un año niño. Pero a nivel nacional la situación de esta fase niño es diferente, en su camino va dejando desastres, inundaciones, excesos de agua, granizo, eventos con velocidad del viento que sobrepasaron las estadísticas, es un niño de los más complejos en cuanto a la severidad de los eventos y registros. Podemos decir que es un niño, bien niño (medio un niño malo) y que va a continuar en este mes de marzo y abril, que son los meses de mayor actividad”, aseveró Omar Puig.
Además, adelantó: “Si bien es un niño muy bienvenido para mitigar la sequía que nos dejaron tres niñas consecutivas, pero a veces nos deja mal sabores. Si tenemos en cuenta los niños de las campañas 2015/16 y 2018/19 si bien fueron con mucha precipitación, no con tantos eventos severos. Ya a mediados de otoño aumentan las probabilidades de entrar a condiciones neutrales. A partir de mayo y junio la neutralidad está asegurada porque nunca se pasa de niño a niña. Esto significa que las precipitaciones en los próximos trimestres, van a estar dentro de los promedios históricos de cada zona”.
¿Se viene una niña?
Siguiendo con las perspectivas el Ing. Puig consideró, que en los trimestres que siguen aumentan las chances de volver a condiciones neutrales, y que para la región del norte las lluvias de finales de otoño e invierno no son significativas, lo que estaría indicando que el aporte de humedad por parte de la atmosfera será bajo, como es lo normal para la zona en esas fechas.
“Además, existe la chance de una posible niña que se manifestaría en la primavera, si bien no está confirmado todavía, el enfriamiento de la capa subsuperficial, o sea debajo de la superficie del océano pacifico ecuatorial central en la región del niño 3-4 lo está manifestado. Un nuevo evento niña no está confirmado, es prematuro todavía, pero la posibilidad de volver a una niña durante el 2024/2025 está presente. No sería deseable para la región volver a una niña porque nos estaría perjudicando la primavera y verano de la campaña 24/25, pero esto se ira evaluando a medida que los registros de temperatura en el océano lo vayan confirmando”, auguró.
Para tener en cuenta
En esta perspectiva climática descripta es muy importante tener en cuenta en la planificación de las próximas actividades agropecuarias, tales como la decisión de la siembra de la campaña fina (trigo), siembra de pasturas de invierno y de la gruesa 2024/2025.
La toma de decisiones de siembra de la fina va a depender del escenario que presenten los lotes en el contenido de humedad del perfil del suelo a final de esta campaña y teniendo en cuenta los lugares de napa freática, a qué nivel se encuentren en esa fecha de final de cosecha.
En el sudeste, a principio de marzo en los departamentos Taboada y Belgrano existe un nivel de napa freática por debajo de los cuatro metros por lo que no estarían aportando humedad a los cultivos.
“A pocos días de entrar en el otoño las posibilidades de reposición de humedad del perfil y un ascenso del nivel de la napa a dos o tres metros para que este aportando humedad a los cultivos de las próximas campañas como la próxima fina y la gruesa 2024/2025, solo se lograría con registros muy por arriba de los promedios históricos, de 130 mm, para la zona en este trimestre de otoño que restan marzo, abril y mayo. Si bien estas últimas lluvias fueron más generales y con registros aceptables no son suficientes todavía para restablecer el contenido de humedad en el perfil sino solo para mantener la demanda de los cultivos y de la atmosfera, no para ahorrar”, aseguró Puig.
Recomendaciones
El Ing. Omar Puig planteó algunas consideraciones personales ante el contexto de situación climática planteada. “Considerando la posibilidad de una nueva niña, uno desearía que tengamos un otoño muy lluvioso y no tener miedo a la falta de piso al momento de levantar la cosecha. Creo que los beneficios serían mayores a las consecuencias”.
En cuanto a las recomendaciones para el sector agrícola, Puig indicó “mantener los lotes limpios de malezas para evitar la competencia por la humedad con el cultivo y un mejor trabajo de la cosecha en caso de temporales, que generalmente en años Niño los otoños se caracterizan por días seguidos de llovizna, creando un ambiente de mucha humedad y la presencia maleza no permite un buen trabajo en la mecánica de cosecha”. Asimismo, indicó: “El monitoreo permanente de la presencia de enfermedades generalmente las fúngicas de fin de ciclo, que en otoños húmedos y con temperaturas altas, presentan las condiciones predisponentes para su aparición y el seguimiento de los pronósticos climáticos a corto y mediano plazo de organismos oficiales, van a ser fundamentales para la toma de decisiones de la próxima actividad agropecuaria”.

Luego de la cosecha sugirió el seguimiento del aporte hídrico (lluvias) y las reservas en el suelo a las que consideró fundamentales para evaluar cómo evoluciona el contenido de agua en el perfil del suelo (agua útil) que es el agua que está disponible para poder tomar decisiones en la próxima siembra de invierno 2024/2025.
En cuanto al sector ganadero indicó la limpieza y acondicionamiento de las entradas de agua a las represas, para asegurar la mayor reserva de agua para el periodo de invierno-primavera, debido a que el nivel de la napa freática se encuentra muy baja y las perdidas por infiltración y evaporación por las temperaturas son importantes.
También, apuntó a la siembra temprana de pasturas en el otoño para reservas de forrajes en el invierno-primavera 2024, ya que se dispone de información de pasar a una fase neutral a partir de mediado de otoño y luego una posible fase niña en primavera, que si bien no está confirmada ciertos parámetros de temperatura del océano la están perfilando.

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