Presidencia de la Nación

Energía Solar

Comisión Nacional de Energía Atómica

Generación Distribuida


La generación distribuida es una forma de proveer energía mediante el uso de tecnologías que se ubican en las proximidades de los usuarios. En esta línea, la CNEA realiza proyectos de arquitectura y asesoramiento sobre integración arquitectónica, ya sea para sus propios proyectos de investigación y desarrollo específicos. Asimismo, brinda servicios de consultoría y asistencia técnica a instituciones y empresas.

En especial, la generación fotovoltaica conectada a red convierte la energía solar a energía eléctrica para luego inyectarla directamente a la línea de distribución eléctrica:

  • Ensayos normalizados de paneles solares e inversores fotovoltaicos
  • Normas para la aplicación de la generación distribuida
  • Marco regulatorio de la generación distribuida
  • Asesoramiento para instalaciones
  • Integración arquitectónica

La generación distribuida mediante energías renovables parte de la idea de realizar la producción en los mismos centros de consumo, reduciendo así pérdidas en transporte y costos de infraestructura de distribución.

Las ciudades son los principales centros de consumo y, de hecho, la población urbana en Argentina supera al 90% del total.

La CNEA estudia diferentes formas de incorporación de la energía solar fotovoltaica (como también la proveniente de otras fuentes de energía renovables) al ambiente urbano, donde el suelo es escaso y caro.

La integración de los sistemas sobre la “envolvente solar” de los edificios libera este suelo para otros usos. Otras energías renovables -como la eólica- pueden aprovecharse también en la edificación de las ciudades pero generalmente no son abundantes en los grandes emplazamientos humanos, que se encuentran asentados en zonas de vientos leves. La energía solar, en cambio, resulta flexible debido a su modularidad y fácil aplicación, tanto que en la actualidad es la energía renovable de mayor aplicación en la industria de la construcción.

La filosofía de la integración arquitectónica consiste en dotar al sistema de captación -ya sea térmico o fotovoltaico- de una doble función: Generación de energía y elemento de construcción. De esta manera el módulo fotovoltaico o el colector térmico pueden reemplazar determinados componentes en la superficie edilicia expuesta a la radiación solar, y a su vez, la estructura necesaria para el sustento del generador ya está pagada por la construcción del edificio, produciéndose una doble economía de recursos. Adicionalmente, un generador fotovoltaico o térmico puede también reducir la carga térmica del edificio al generar sombras. Por lo tanto, reduce también el consumo energético para refrigeración.

La instalación indiscriminada y no planificada de paneles solares en entornos urbanos no debiera sumarse a la polución visual y ambiental generada por otras infraestructuras que han deteriorado el entorno urbano (cableados de televisión, antenas satelitales, equipos de aire acondiocionado, publicidades entre otras). Por el contrario, estos sistemas deben ser instalados en forma planificada y, sobre todo, preservando construcciones patrimoniales o edificios históricos. Para ello es menester que los distintos decisores, expertos, constructores e instaladores de energía solar trabajen juntos desde las primeras etapas del proyecto.

La CNEA realiza proyectos de arquitectura y asesoramiento sobre integración arquitectónica, ya sea para sus propios proyectos de investigación y desarrollo específicos -IRESUD, IRESUD R I- y también como parte de sus servicios de consultoría y asistencia técnica a instituciones y empresas.

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