Problemas comunes en los pechos
Pezones doloridos
- Cuando te duelen al comienzo de la mamada, es porque el bebé succiona y los pequeños conductos que llevan la leche todavía están vacíos.
Podés prevenirlo masajeando la mama desde la base para que los conductos se llenen, o extrayéndote un chorro de leche antes de poner el bebé al pecho. - Cuando te duelen durante toda la mamada, podés prevenirlo colocando el bebé a mamar de manera que tome toda o parte de la areola con la boca, alternando las posiciones para amamantar o evitando el vacío que se produce cuando retirás a tu bebé del pecho.
Para eso introducí suavemente la punta de un dedo limpio entre las encías del bebé.
Pezones agrietados
Así los podés prevenir:
- Variando las posiciones para amamantar.
- Evitando el vacío al sacar al bebé del pecho, retirándolo lentamente y colocando suavemente la punta de un dedo limpio entre sus encías.
- Ofreciendo mamadas seguidas.
Así los podés tratar:
- Comenzá a amamantar por el pecho menos dolorido.
- Buscá la posición en que haya menos dolor.
- No disminuyas el tiempo de las tomas.
- Si tu bebé se duerme “prendido” al pezón, retiralo suavemente colocando la punta de un dedo limpio entre las encías.
- Después de cada mamada, colocá unas gotas de leche sobre tus pezones y permití que se sequen al aire. Aplicá el método ALAS.
Conductos tapados
Así los podés reconocer:
- Se perciben como durezas en algunas zonas del pecho. Con el paso de las horas puede aparecer un color rosado sobre la piel y se siente la zona más “caliente” que el resto.
- Suelen presentarse en el costado “externo” de los pechos, ya sea en el lado de arriba o de abajo.
Así los podés prevenir:
- Variando las posiciones para amamantar.
- Ofreciendo mamadas frecuentes.
Así los podés tratar:
- Colocando paños de agua tibia en la zona antes de comenzar a amamantar.
- Usando corpiños holgados.
- Masajeando suavemente la zona afectada antes y durante el amamantamiento.
- Colocando la pera de tu bebé en dirección a la dureza para favorecer que esa zona se vacíe.
Mastitis
La mastitis es la infección de la glándula mamaria y debe ser tratada lo antes posible.
Los síntomas más frecuentes son fiebre y horas después es posible notar en alguna parte de un pecho o en los dos, una dureza rojiza, que produce ardor y dolor.
Ante cualquiera de estos síntomas, recurrí sin demora al centro asistencial más cercano, donde se te indicará el tratamiento a seguir.
Así podés prevenirla:
- Variando las posiciones para amamantar.
En la mayoría de las situaciones en que se presenta la mastitis, es posible continuar amamantando.
Si tenés dudas o problemas para dar la teta o mantener la lactancia, llamá gratis al 0800-222-1002, opción 7.