Un santuario del Chaco Semiárido
Ubicado en el norte de Santiago del Estero, es un refugio para la biodiversidad del Chaco Semiárido, donde la vida se abre paso entre condiciones hostiles y ausencia de cuerpos de agua. El Parque es testimonio de la resiliencia natural en un entorno moldeado por la actividad humana desde 1947, cuando se asentaron los primeros obrajeros.
Creado en respuesta a la deforestación causada por la explotación forestal intensiva, el área conserva bosques originales de quebracho colorado y blanco, guayacán, algarrobo, itín y mistol. Además, los antiguos cauces del Río Juramento, ahora devenidos sabanas y pastizales, albergan especies emblemáticas como el ñandú, tatú carreta, chancho quimilero y boa de las vizcacheras.