Patrimonio cultural
Las ocupaciones humanas en el parque nacional tienen una profundidad temporal que ronda los 10.000 años antes del presente, y se continuaron hasta épocas recientes. Cerca de 1910 se instalaron tres establecimientos ganaderos y durante la década de 1930 se establecieron distintas poblaciones en pequeños puestos de familias o de peones de jornal en algunos puntos del área protegida.
Son los restos materiales asociados a las ocupaciones humanas de cazadores-recolectores (evidencia arqueológica) y a la infraestructura ganadera o de las distintas poblaciones lo que hoy constituye el patrimonio cultural del parque. Este patrimonio es monitoreado y protegido por la APN a través de la implementación de diversas tareas por parte de su personal (técnicos de distintas direcciones y del área protegida).
Debido a las características particulares del parque, se reconocieron tres áreas que pueden considerarse Paisajes Culturales Evolutivos: el Cerro Colorado, el Cerro Gorra de Vasco-Península Lago Belgrano y el Cerro Casa de Piedra. Todos ellos de una belleza paisajística excepcional e imponente, en los que es posible identificar la interacción entre las poblaciones humanas y la naturaleza a lo largo del tiempo.