Saint-Malo: el origen de los primeros pobladores de las islas Malvinas
Mañana el buque escuela de la Armada Argentina hará escala en la localidad francesa de Saint-Malo, durante su 50º Viaje de Instrucción. De ella partieron los franceses que conformaron la primera población en las islas Malvinas.
Son varios los hechos sobre los cuales la República Argentina basa sus derechos de soberanía sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur. Paul François Groussac, francés radicado en la República Argentina, publicó en 1910 una obra titulada “Les Iles Malouines: nouvel exposé d’un vieux litige, avec une carte de l’archipel” (“Las Islas Malvinas: nueva exposición de una vieja disputa, con un mapa del archipiélago”).
Acerca del descubrimiento, como sucede con otras tierras, se sostienen diferentes versiones sobre quien tuvo el privilegio de ser el primero en las Islas Malvinas. Un aspecto muy importante es el asentamiento de expedicionarios. En concreto, una expedición española de 1540, organizada y financiada por Gutierre de Vargas y Carvajal, obispo católico de Plasencia, fue colocada al mando de Francisco de la Ribera, con el objetivo de llegar a las Molucas, vía el Estrecho de Magallanes. Se ha establecido que un navío de esta expedición, luego de quedar a la deriva, recaló en tierras de las Islas Malvinas en 1540. Sus tripulantes desembarcaron y vivieron allí por espacio de 9 meses, hasta que pudieron recomponerlo y retornar a España.
En el diario de viaje de este navío quedó asentado que estas islas a las que habían arribado eran las que estaban detalladas en la Carta Universal de Diego de Ribero –cosmógrafo portugués al servicio de la Corona española–, elaborada unos diez años antes. Parte de la bibliografía sobre el descubrimiento de las islas asume que Ribero participó como cartógrafo en la expedición de Hernando de Magallanes que partió de la Península Ibérica en 1520.
En cuanto a la ocupación, hay documentos que establecen que fueron los franceses los primeros en enviar una expedición con el fin de construir un asentamiento permanente. «Luis Antonio de Bougainville, nacido en París en 1729, diplomático y marino destacado, logró convencer al Duque de Choiseul, Ministro de Guerra y Marina de Luis XV, para realizar la colonización de las Malvinas.», tal como consta en el libro “Malvinas, Georgias y Sandwich del Sur, ante el conflicto con Gran Bretaña” de Laurio Destéfani.
Esta expedición, integrada por la fragata «L’Aigle» y la corbeta «Le Sphinx», zarpó del puerto de Saint-Malo, al norte de Francia, el 8 de septiembre de 1763 y arribó a las Malvinas el 31 de enero del año siguiente.
La expedición colonizadora de Bouganville denominó a la bahía donde desembarcaron como Baye Accaron y allí se asentaron en lo que denominaron Port Saint Louis, en honor a su monarca. Los ingleses llamaron posteriormente a esa misma bahía Berkeley Sound y los españoles Bahía de la Anunciación.
A comienzos de marzo construyeron un fuerte y otras edificaciones que constituyeron los asentamientos de la población francesa inaugurada el 5 de abril, donde habitaron 29 colonos.
Casi un año más tarde de la ocupación y fundación francesa, el 15 de enero de 1765, una expedición constituida por los navíos «Dolphin», «Tamar» y «Florida», provenientes de Inglaterra al mando del Comodoro de Marina John Byron, desembarcaron en la isla Malvina occidental, denominando a su lugar de desembarco como Port Edgmont, en honor al Primer Lord del Almirantazgo y Segundo Conde de Edgmont, tomando posesión bajo el nombre de Falkland Islands, al margen de la presencia que les antecedía de los franceses en la isla vecina.
Posteriormente, el Reino de España reclamó ante Francia por la ocupación de las «Iles Malouines”. Su nombre se encuentra relacionado a los marinos, exploradores y comerciantes del puerto francés de Saint-Malo, que ya desde fines del siglo XVII zarpaban de allí para llevar a cabo expediciones de comercio, descubrimiento y colonización, en la zona que abarcaba desde el Cabo San Antonio (en la actual provincia de Río Negro) hacia el oeste, los Estrechos de Magallanes y Le Maire, y las islas del Pacífico no ocupadas por otra potencia europea.
Luis XV reconoció en los foros internacionales el derecho español y las islas fueron devueltas, aunque se solicitó una indemnización para Bougainville, quien había solventado con fondos propios la construcción de sus dos buques y gran parte de las tres expediciones.
En la concepción política de Francia de la época, era preferible que las islas Malouines fueran reconocidas a la soberanía de España, y no que los ingleses establecieran una colonia en esas latitudes y lograran el dominio o proyección, desde allí, a otras tierras del Pacífico y del Índico. España asumió el control de Saint Louis y lo luego lo llamó Puerto Soledad.
El reconocimiento de Francia de la soberanía de España sobre este archipiélago es un relevante antecedente dentro del Derecho Internacional en favor de nuestros derechos sucesorios del Virreinato del Río de la Plata, junto a las bulas papales y lo establecido en el Tratado de Tordesillas (1494).
Por Real Cédula del 4 de octubre de 1766, Puerto Soledad pasó a depender de la Capitanía General de Buenos Aires, designándose como Gobernador a Felipe Ruiz Puente.
Los franceses legaron una gran cantidad de documentos fundacionales y mapas muy detallados que describen las «Iles Malouines», la mayoría de ellos pertenecientes al siglo XVIII.
En el Museo Mitre –ubicado en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires– y gracias al accionar del Gobernador argentino de las Malvinas Luis Vernet, se encuentra la placa original colocada en el mástil principal de la fortaleza de Saint Louis, con los nombres de los fundadores y otras ilustraciones, testimonio indiscutible de la temprana colonización francesa, anterior a la invasión inglesa.
Las sucesivas generaciones de pobladores de Saint-Malo han mantenido viva esta historia. Mañana el buque escuela de la Armada Argentina, la fragata ARA «Libertad”, hará escala en Saint-Malo, en el marco de su 50º Viaje de Instrucción, a 40 años del Conflicto del Atlántico Sur.