La batata (Ipomoea batatas (L.) Lam.) es un cultivo clave en la alimentación mundial, ubicándose entre las 10 especies vegetales más importantes destinadas al consumo humano. Originaria de Centro y Sudamérica, se cultiva en regiones tropicales, subtropicales y templadas, con una producción global de 130 millones de toneladas anuales en 9 millones de hectáreas. Además de su relevancia económica, la batata se destaca como fuente de antioxidantes, fibra, minerales y vitaminas, convirtiéndose en un alimento esencial en la dieta humana.

En Argentina, sin embargo, el cultivo de batata ha sufrido una disminución en su superficie sembrada. Actualmente, las regiones productoras enfrentan la problemática del “encrespamiento amarillo”, una patología viral causada por la combinación de cinco virus que, en infecciones mixtas, pueden provocar pérdidas de rendimiento superiores al 80%.
Esta enfermedad afecta principalmente la parte subterránea de la planta, causando no solo una marcada reducción en el número y tamaño de las raíces, sino también en el contenido de β-carotenos, un nutriente fundamental para la salud humana.

Las virosis, entre las que se destaca el “encrespamiento amarillo”, se han identificado como las principales enfermedades que afectan al cultivo. La propagación vegetativa comercial, basada en el uso de guías y plantines infectados, es la vía principal de dispersión de estos virus. Además, su transmisión entre plantas ocurre mediante vectores como los pulgones (Myzus persicae) y la mosca blanca (Bemisia tabaci).
Frente a este panorama, se destaca que la estrategia más eficiente, económica y de corto plazo para controlar la virosis consiste en iniciar los cultivos con “semilla” probada para virus, obtenida mediante técnicas como el cultivo in vitro de meristemas y termoterapia. Este método no solo reduce la concentración de partículas virales, sino que también contribuye a evitar la perpetuación de enfermedades en los tejidos vegetales, favoreciendo así la recuperación de los rendimientos y la calidad de la producción.

En este sentido, un equipo de la Agencia de Extensión Rural del INTA Federal desarrolló un proyecto, en convenio con la Municipalidad de Federal, que busca promover la renovación de los cultivos de batata, mejorando así la productividad y sustentabilidad de las plantaciones locales.
El material inicial de las variedades Beauregard, Gem y Covington fue provisto por el Instituto de Fitopatología y Fisiología Vegetal (IFIVE) de Córdoba

Impacto regional

En el año 2024, un total de 29 productores adquirieron las guías a través de la Asociación Cooperadora del INTA Concordia, con compras que oscilaron entre las 50 y las 2.000 unidades. Los productores beneficiados provinieron de diversas localidades, incluyendo Federal, Concordia, Villaguay, Chajarí, Nogoyá y la provincia de San Luis, entre otras.
Asimismo, se destinaron guías para uso interno del INTA, como parte de ensayos del INTA Federal y cultivos en la Estación Experimental Agropecuaria Concordia

Sustentabilidad del proyecto

Para garantizar la continuidad del servicio, se estableció un sistema de recupero de costos mediante la comercialización del material vegetal. Esto permite mantener la producción de guías de calidad y asegurar su disponibilidad para los productores en las próximas temporadas.

El trabajo realizado refuerza el compromiso con el desarrollo sostenible y la innovación agrícola, brindando herramientas concretas para mejorar la producción y la competitividad de los agricultores locales.