Operación “Hollywood Stolen”
Un procedimiento conjunto con la Embajada de los Estados Unidos, el FBI y la Policía de Nueva York que permitió desarticular una organización criminal dedicada al robo de equipamiento audiovisual a empresas productoras de Hollywood.
El personal del Departamento Delitos Federales realizó 10 allanamientos en distintas empresas del medio local, todas ubicadas estratégicamente en el polo audiovisual de Palermo. Así se secuestró una inmensa cantidad de equipamiento técnico y tecnológico de los que se utilizan en producciones de películas y cortos publicitarios.
Entre los costosos elementos incautados hay 17 computadoras, 33 trípodes profesionales de alta gama, 224 lentes fílmicos de precisión, 69 cámaras filmadoras, ocho cámaras de fotos, 82 luces para uso profesional, 29 balastros, tres paneles, 11 bolsos, siete pantallas, 15 grupos electrógenos, seis valijas de equipamiento, seis monitores, 52 baterías y dos micrófonos.
La industria cinematográfica y publicitaria contrata productoras para el desarrollo de sus contenidos. Estas, en virtud del altísimo costo de los equipos tecnológicos, no poseen stock de equipamiento, sino que se los alquilan provisoriamente a empresas denominadas “rentals”, las cuales basan su negocio en la adquisición de esos equipos para luego lucrar con su arrendamiento en reiteradas oportunidades.
Estos aparatos tienen la particularidad de ser muy específicos y de alta gama, poseyendo un elevado valor en el mercado y cuya producción es exclusiva de ciertas fábricas a nivel mundial. A modo de ejemplo, un set de seis lentes puede oscilar los 250.000 dólares estadounidenses.
En nuestro país, el mercado de producción es notoriamente más pequeño que en EE.UU. o algunos países de Europa, por lo cual se dificulta adquirir elementos de esas características, toda vez que su amortización resulta prácticamente imposible.
Es así que la organización investigada ha establecido un modus operandi mediante el cual se hacía de equipos sustraídos en el extranjero, para luego ingresarlos ilegalmente a nuestro país y proveer a los “rentals”, a un costo muy inferior al de mercado.
Y a su vez estas compañías debían realizar otro accionar espurio, ya que los bienes en cuestión debían estar “asegurados” para trasladarlos a las diferentes locaciones, por lo que, para ello, se adulteraron u ocultaron los números de serie de cada dispositivo, evitando así que se detectara que los mismos eran robados.
Toda esta maniobra delictiva, más allá del perjuicio ocasionado a la victima de robo en el extranjero, como al Estado Nacional por la falta de tributo aduanero, produjo un desequilibrio en las relaciones de competencia entre los “rentals”, ocasionando que aquel que quisiera trabajar con equipos legales quedara directamente “fuera del mercado”, impactando de esta forma en toda la industria nacional de producciones audiovisuales.