Un museo con todos los secretos sobre la Constitución
Abrió en Santa Fe y está dedicado a homenajear a la Carta Magna nacional y a rescatar el trascendente protagonismo de la provincia en la historia constitucional del país.
Un museo es, esencialmente, una manera de preservar el pasado frente al paso del tiempo. Conservar la memoria histórica en torno a nuestra Carta Magna es uno de los objetivos del recientemente inaugurado Museo de la Constitución Nacional, emplazado en la ciudad de Santa Fe.
El Parque de la Constitución Nacional –que reúne en su extensión al parque, el museo y la biblioteca de la Constitución- empezó en 2009, a partir de una transferencia de un predio de 17 hectáreas ubicado a orilla del río Santa Fe.
“La idea surgió como un homenaje al texto constitucional, porque Santa Fe fue la sede del Congreso General Constituyente de 1853 y de las convenciones reformadoras de la Constitución de 1860, 1866, 1957 y 1994”, explica Gustavo Vittori, secretario de la Asociación Parque Biblioteca de la Constitución. “Además, la provincia fue signataria de todos los pactos preexistentes, desde el Tratado de Pilar al Acuerdo de San Nicolás de 1852 que convoca al Congreso General Constituyente”, agrega.
En una construcción de más de dos mil metros cuadrados de superficie cubierta, el museo tiene por propósito rescatar “el valor de la ley, el camino de la ley, en la historia universal y en la historia argentina”.
Vittori sostiene que el museo apunta a ser “un centro de formación cívica que va a trabajar con otras provincias, porque hay una sala de muestras temporarias donde se podrá exponer materiales sobre distintos aspectos constitucionales”.
En ocasión de su apertura, el ministro de Justicia y Derechos Humanos de la Nación, Germán Garavano, sostuvo que “es un museo de una relevancia enorme” y ponderó que “la Constitución nos une a todos los argentinos, y nos marca un horizonte de país”
Documentos de la historia
En el recorrido que puede hacerse, el visitante accede a una primera sala, llamada “la de la Ley”. Allí puede verse una réplica del Código de Hammurabi, rey de los babilonios. Hay además una reproducción de la Constitución de los atenienses, y el Corpus Iuris Civilis del emperador Justiniano. También textos más modernos como la Carta Magna Libertarum inglesa, de 1215, leyes y ordenanzas españolas del siglo XVI, la Declaración de los Derechos del Hombre y el Ciudadano en la Revolución Francesa.
Se pueden ver también réplicas de la Constitución de los Estados Unidos y de México, la Asamblea del Año XIII –el primer intento constitucional argentino- y la Carta de las Naciones Unidas, que consagró los derechos humanos universales en 1948.
A esta sala, la sigue una dedicada exclusivamente a la Argentina, en la que se exhibe a unitarios y federales, con una representación de seis caudillos de ambos bandos enfrentados de espaldas.
El valor trascendente de una ley
En la tercera sala llega el debate político. “Es un debate imaginario entre figuras como Rosas, Mitre, Urquiza, Sarmiento y Alberdi. Son diálogos que no sucedieron en la realidad, pero que están extraídos de algunos de los textos fundamentales de estos políticos e intelectuales”, explicita Vittori.
Es una representación montada sobre cinco monitores, en los que aparecen las cinco figuras históricas encarnadas por actores.
A un lado está la sala en la que se rememora a mujeres. “Allí están las mujeres que tuvieron que afrontar las consecuencias de 40 años de guerras civiles: por ejemplo, la mujer del General José María Paz, el caso de Urquiza y su mujer Dolores Costa, la mujer de Dorrego, la mujer de Rosas sufriendo el exilio en Gran Bretaña. La vida de estas mujeres afectadas por los sismas en la política nacional”, detalla el secretario de la asociación.
También está en exposición una gran maqueta de Santa Fe en 1853, con un mapping que va iluminando los lugares de reunión de los participantes de las primeras convenciones y proporciona información histórica sobre esos sitios.
En otra sala -en total son ocho- se reproduce la escena del debate entre Facundo Zuviría y Juan Francisco Seguí en torno a si el Congreso debía seguir ante la ausencia de la provincia de Buenos Aires. Es una recreación hecha a partir del uso de hologramas.
En la última sala se pueden observar objetos históricos: por ejemplo, el escritorio que sirvió de soporte a la presidencia del Congreso General de 1853, dos sillones usados durante esa mismas jornadas históricas, o una puerta del Cabildo de 1860. Y además, sobre un plano de Santa Fe, se muestran 17 hitos donde la provincia recuerda a la Constitución, a través de un mecanismo de realidad aumentada.
Finalmente, la travesía por los distintos salones lleva al espectador al “Puente de los derechos”, un espacio en el cual en cada baldosón se van encendiendo los textos con los principales derechos universales, a medida que se camina sobre ellos. Al final se desemboca en una figura humana, hecha de miles de filamentos, que fue bautizada como “El hombre del futuro”, prototipo del ciudadano al que debería conducir el respeto por la Constitución.
“Este museo es una invitación a recorrer la historia constitucional argentina, para tomar conciencia del valor transcendente de tener una ley que ordena nuestra vida en sociedad”, remarca Vittori.