Ley Justina: una esperanza para quienes aguardan un trasplante
La sanción de la norma que dispone que cualquier ciudadano puede ser donante produjo un aumento récord en la cantidad de inscriptos en el INCUCAI.
El proyecto de ley se conoce como “Ley Justina” en homenaje a Justina Lo Cane, la chica de 12 años que falleció el 22 de noviembre de 2017 a la espera de un corazón. El 26 de julio de 2018 su nombre se convirtió en justicia para miles de personas que ahora podrán recibir una donación. La ley 27.447, reglamentada este enero, dispone que “toda persona mayor de 18 años” es donante de órganos o tejidos salvo que haya dejado constancia expresa de lo contrario.
Así, las personas que deciden no donar sus órganos, estar inscriptos en un registro de no donantes.
En lo que va del año, se realizaron 56 trasplantes y 25 personas donaron órganos. En la actualidad, las campañas de búsqueda de donantes esperan dar respuesta a los 7586 argentinos que están en lista de espera.
Durante el 2018, el Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante (INCUCAI) realizó 701 procesos de donación y trasplantó a 1681 personas, lo que significó una “marca histórica de donantes y trasplantes de órganos en el país”, según difundió el organismo, que además especificó que en el mes que se aprobó la norma hubo “88 donaciones”.
Previo a la sanción de la nueva ley, el padre de la niña, Ezequiel Lo Cane, había encabezado la campaña “Multiplicate x Siete”. El concepto detrás del nombre es que si uno es donante su vida “se multiplica por siete al momento de partir”, explicó el hombre.
Cambio cultural
El 7 de enero el Gobierno Nacional reglamentó la Ley de Trasplante de órganos, tejidos y células. Se estableció que el INCUCAI será el organismo de aplicación de la norma, bajo la órbita de la cartera de Salud y Desarrollo Social. Los médicos, para realizar un trasplante, no tendrán que consultar a los familiares del paciente, siempre que este sea mayor de edad.
El cambio es vital ya que con la nueva normativa “toda persona capaz mayor de 18 años puede en forma expresa manifestar su voluntad negativa o afirmativa a la donación de los órganos y tejidos de su propio cuerpo, restringir de un modo específico su voluntad afirmativa de donación a determinados órganos y tejidos y condicionar la finalidad de la voluntad afirmativa de donación a alguno o algunos de los fines previstos en esta ley, implante en seres humanos vivos o con fines de estudio o investigación”.
En detalle, su aplicación abarca las ablaciones de corazón, vasos, estructuras valvulares, piel, pulmón, hígado, páncreas, intestino, riñón y uréter, así como tejidos del sistema cardíaco, osteoarticular y musculoesquelético, el sistema nervioso periférico, la membrana amniótica y células progenitoras hematopoyéticas.
De acuerdo a lo expresado por el decreto que la reglamentó recientemente, varios organismos participaron en el texto final de esa normativa, como la Sociedad Argentina de Trasplantes (SAT), Sociedad Argentina de Terapia Intensiva (SATI), Sociedad Argentina de Nefrología (SAN), Sociedad Argentina de Pediatría (SAP), Sociedad Neurológica Argentina (SNA) y la Comisión Federal de Trasplante (COFETRA).