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La importancia del monitoreo y la preparación ante las emergencias volcánicas

El pasado domingo 19 de septiembre del corriente año, dio comienzo un nuevo proceso eruptivo en el volcán Cumbre Vieja, en la isla de La Palma, perteneciente a la Comunidad Autónoma de Canarias de España, generando gran preocupación e impacto en las autoridades y poblaciones afectadas. Esto ha puesto de manifiesto ante los medios de comunicación y la comunidad mundial la importancia de estar preparados ante las amenazas de origen volcánico.


Vista panorámica del conjunto de todas las coladas activas (1/10/21) Erupción La Palma. Instituto Geológico Minero de España. IGME-CSIC. https://www.youtube.com/watch?v=jMB-p5ayl9A

Para estar preparados ante un evento volcánico es necesario, en primer lugar, el estudio detallado de la geología y la peligrosidad de los volcanes considerados activos, con el objeto de reconstruir su historia eruptiva y poder establecer características de cada volcán: como son su nivel de explosividad, los tipos de productos volcánicos que este genera (lava, lahares, flujos piroclásticos, ceniza volcánica) y el alcance de los mismos. La clave para conocer el futuro es poder comprender que es lo que ocurrió en el pasado.

Sin embargo, identificar qué volcanes son activos y cuáles son los peligros que estos pueden generar, no es suficiente para poder pronosticar cuándo una nueva erupción pueda ocurrir. Para ello es necesario el desarrollo de redes de monitoreo volcánico instrumental, que permitan el seguimiento de la actividad de los volcanes activos, con el objeto de anticipar alguna condición anómala precursora de un eventual proceso eruptivo. Permitiendo así la generación de alertas tempranas para la población.

En Argentina, el SEGEMAR es el organismo científico-técnico del Estado Nacional encargado de contribuir a la reducción de los riesgos volcánicos a través de su identificación y eventuales consecuencias respecto de vidas humanas, localidades, obras de infraestructura y emprendimientos económicos, estableciendo criterios para la generación de alertas tempranas, que son emitidas a través de su Observatorio Argentino de Vigilancia Volcánica (OAVV).

En el volcán Cumbre Vieja en La Palma, la actividad sísmica precursora dio inicio más de una semana antes del comienzo de la erupción, con el registro de más de 4.000 eventos sísmicos localizados en la zona sur de la isla de La Palma. Esto a su vez se vio acompañado por la ocurrencia de un proceso de deformación asociado que fue posible de registrar a través de la red de estaciones GNSS (Global Navigation Satelite System) en las inmediaciones de la isla.


Actividad sísmica precursora de la erupción del volcán Cumbre Vieja (Información proveniente del Instituto Geográfico Nacional de España, uno de los organismos encargados del monitoreo del volcán)

El registro de esta actividad sísmica y proceso de deformación asociado, posibilitó al Comité Científico del Plan Especial de Protección Civil y Atención a Emergencias por Riesgo de Volcánico (PEVOLCA), previo a la ocurrencia de la erupción, elevar el 11 de septiembre, el nivel de alerta técnica a color amarillo y posteriormente a alerta roja el 19 de septiembre una vez iniciada la erupción.

Los Niveles de Alerta Volcánica (o “alertas técnicas”) clasifican la actividad del volcán en función de los resultados de la red de Vigilancia Volcánica y son emitidos por los observatorios volcanológicos u organismos oficiales encargados del monitoreo volcánico. Las alertas apuntan a entregar, tanto a autoridades, a los organismos del Sistema Nacional de Protección Civil, como a la comunidad en general, información precisa sobre el estado de actividad volcánica y los pronósticos de procesos eruptivos, necesarios al momento de coordinar acciones para salvaguardar la seguridad de las comunidades cercanas.


Semáforo de Alerta Técnica Volcánica del SEGEMAR para la República Argentina

Una vez iniciada la erupción del volcán Cumbre Vieja, el gobierno de Canarias, a través de las recomendaciones del Comité Científico del PEVOLCA, anunció la evacuación de 5.000 habitantes que se encontraban en zonas de riesgo a ser afectadas por la erupción, no habiéndose registrado ninguna pérdida humana.

La erupción en La Palma continúa a la fecha, y está caracterizada por explosiones de tipo estromboliano (es decir explosiones de baja altura con expulsión de bombas volcánicas, lapilli escoriáceo y ceniza, que en general dan origen a depósitos de caída de escasa extensión areal y las construcción de un cono de ceniza alrededor de donde se produce la erupción), fuentes de lava desde múltiples bocas de emisión que generan flujos de lava de velocidad variable que avanzan pendiente abajo hacia el mar y emisiones diarias de gases y ceniza volcánica. No se han registrado pérdidas de vidas humanas, pero los flujos de lava han afectado un total aproximado de 360 hectáreas en su camino hacia el mar formando finalmente un delta de lava sobre su desembocadura (Fuente: https://www.ign.es/) y ha destruido múltiples edificaciones a lo largo de su trayecto generando pérdidas y afectación a la comunidad de la isla (Dron 1/10/21 - Erupción La Palma IGME-CSIC https://youtu.be/JnzLXGkH4yo)

Con este escenario, el Comité Científico del PEVOLCA recomienda un radio de exclusión de 2.5 km en torno a los centros de emisión para minimizar el riesgo de impacto de piroclastos y la exposición a los gases. También recomiendan no aproximarse a las coladas de lava por el riesgo de exponerse a los gases emitidos, posibles desprendimientos y las altas temperaturas. A su vez, es posible que algunas detonaciones violentas puedan producir rotura del vidrio de las ventanas, hasta un radio de 5 km desde el cono. Motivo por el cual, en caso de intensificación de la actividad explosiva, recomiendan alejarse de las ventanas.

A pesar de que la erupción del volcán Cumbre Vieja es considerada una erupción de baja explosividad, sus impactos demuestran la importancia en la planificación territorial y la zonificación de los peligros volcánicos. De igual manera, las tareas de prevención y concientización, al igual que la existencia de planes pre-establecidos de contingencia ante este tipo de emergencias, son fundamentales para la mitigación de los riesgos volcánicos.

En Argentina, la coordinación ante la ocurrencia de emergencias de origen volcánico se lleva adelante a través del Sistema Nacional para la Gestión Integral del Riesgo y la Protección Civil (SINAGIR), creado en el año 2016 bajo la Ley Nº 27287, y que tiene por objeto integrar las acciones y articular el funcionamiento de los organismos del Gobierno Nacional, los Gobiernos Provinciales, de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y Municipales, las Organizaciones No Gubernamentales y la sociedad civil, para fortalecer y optimizar las acciones destinadas a la reducción de riesgos, el manejo de la crisis y la recuperación.

El SEGEMAR, en el marco del SINAGIR, es el máximo organismo referente del Estado Nacional en materia de evaluación y estudio de las amenazas volcánicas, y está a cargo de la coordinación de la mesa de Amenazas Volcánicas del Plan Nacional para la Reducción del Riesgo de Desastres (PNRRD 2018-2023) y del Protocolo interinstitucional de gestión de información ante la amenaza de actividad volcánica que pueda afectar al territorio argentino de la Red de Organismos Científico-Técnicos para la Gestión Integral del Riesgo (Red Gircyt).

Para más información sobre el monitoreo de los volcanes de nuestro país y de la gestión de los riesgos volcánicos en Argentina, lo invitamos a visitar nuestro sitio web: https://oavv.segemar.gob.ar/

Fuente: OAVV

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