Presidencia de la Nación

Inscribimos al Tomate Platense como Semilla Criolla

Berazategui, Buenos Aires. Productoras y productores del AMBA, tras décadas de trabajo y acompañados por profesionales de la UNLP, rescataron las líneas genéticas del tomate conocido como Platense y, con el acompañamiento de personal técnico de INASE, INAFCI MDA e INTA, lograron su inscripción en el listado de semillas criollas de INASE.

En la 7ma. Feria Provincial de Intercambio de semillas nativas y criollas “SEMBRANDO ESPERANZA” realizada en Berazategui, provincia de Buenos Aires, nuestra presidenta Silvana Babbitt acompañada del ministro de Desarrollo Agrario de PBA, Javier Rodríguez, de Miguel Ángel Gómez Humbert, presidente del Instituto Nacional de la Agricultura Familiar, Campesina e Indigena, y de Santiago Masondo, Director de la Estación Experimental AMBA del INTA, firmaron el acta que reconoce al tomate platense como una semilla criolla.

La inscripción se da en el marco de la Resolución INASE Nº 317, que establece los requisitos para registrar, identificar y comercializar semillas criollas, con el objetivo de reconocer el trabajo de agricultores familiares que, en todo el país y durante décadas, se han dedicado a adaptar especies y a conservar líneas genéticas, contribuyendo al acervo genético nacional

Actualmente se han registrado semillas criollas en Gaiman, Provincia de Chubut, y en Cerrillos, Provincia de Salta, en un trabajo de identificación de posibles especies susceptibles de ser identificadas como criollas realizado por técnicos del INASE, del INAFCI y del INTA.

En el caso del tomate platense, fue el Dr. R. Amado Cattáneo, coordinador del Programa Provincial de Mejoramiento Genético Vegetal del MDA-PBA, quien presentó ante INASE un informe técnico para fundamentar tanto a nivel cultural, agronómico como molecular, el registro de las diferentes poblaciones cultivadas.

Las denominaciones inscriptas en el Listado de Semillas Criollas, y que se utilizarán de aquí en mas, son: Tomate Platense población “Prieto” (Barrio Aeropuerto), “Paolettich” (Arana), “Molinaro”, “Luna” (Gorina), “Grasso” (Olmos), “Gentile” (Gorina), “Del Manso” (Berisso), “Carcione” (Gorina) y “Bustos” (Hernández).

El rescate se dió a partir de la iniciativa de Juan José “Lolo” Garat, docente del curso de Extensión Rural de la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNLP, quien identificó que el Tomate Platense estaba desapareciendo, desplazado por el tomate conocido como “larga vida”, que proveía mayor duración del fruto pero menos sabor. A partir de un trabajo de relevamiento por el Cordón Hortícola Platense (CHP) para dar con las semillas de las poblaciones que aún eran cultivadas por agricultores locales, y ese fue el inicio de una cooperación con productores hortícolas que acompañaron la producción y revalorización de este tomate.

Del acto en el que se celebró la inscripción en el Listado de Semillas Criollas de INASE participaron Azucena Riveiro, Marina Ramírez e Isabel Palomo, que forman parte de los numerosos productores y productoras que participaron de este proceso y continúan cultivando el Tomate Platense. Palomo señaló la importancia de esta inscripción ya que “es un reconocimiento al trabajo que venimos realizando durante décadas, y que permitió que no se pierda la semilla de un cultivo histórico de la zona. Además, cada vez más personas lo buscan, la gente prefiere un fruto rico, orgánico y sano”.

Liliana Mierez, de la Oficina Regional Pereyra Iraola de INASE, señaló que “esta inscripción es el último paso de un largo trabajo orientado a reconocer el valor nutricional, cultural y como recurso genético de este tomate para la agricultura familiar y para la región”.

La Resolución INASE 317/2022 busca estimular el ordenamiento de las semillas criollas originadas en la producción de la Agricultura Familiar Campesina e Indígena, por eso es condición estar inscriptos en el Registro Nacional de Agricultura Familiar (RENAF) o, en el caso de Cooperativas, Asociaciones o Agrupaciones integradas por agricultores familiares, estar inscriptas en el Registro Nacional de Organizaciones de Agricultura Familiar (ReNOAF), ya que son los únicos habilitados para entregar a cualquier título y/o comercializar semillas criollas

Origen del Tomate Platense

La ciudad de La Plata (Buenos Aires) fue fundada en 1882 y en el trazado del casco urbano se reservó una superficie considerable para quienes proveyeran de verduras frescas, frutas y leche a los futuros habitantes. De esta forma, la producción hortícola en el “Cinturón Verde” se remonta a los orígenes mismos de la ciudad. Es así que nació, junto con la ciudad, la producción hortícola local y el “quintero”, denominando así al productor de hortalizas en esta región. De origen italiano, español o portugués, y más recientemente de la vecina Bolivia, los quinteros supieron, junto a su familia, crear una cultura alrededor del trabajo en la quinta.

Fueron más de 100 años a través de los cuales la producción hortícola produjo y reprodujo las especies mejor adaptadas a esta zona y a la demanda de los consumidores de la región y del país. Es por ello que las variedades actuales son consideradas productos de la cultura local, ya que sintetizan los conocimientos y las experiencias acumuladas durante varias generaciones. Sin embargo, en la actualidad, la conservación de estas variedades tradicionales se encuentra en riesgo. En la década del ´80 comenzó una transformación en la horticultura local debido a un cambio en el origen de los materiales genéticos utilizados para la producción. Esto causó una reducción paulatina de las variedades hortícolas locales que fueron sustituidas por otras más rentables o con mayores rendimientos. Este proceso se profundizó con los cambios en el modo de producción que ocurrieron una década más tarde (incorporación masiva del invernáculo, riego localizado, etc.). Es así que muchas variedades adaptadas a la zona y apreciadas por sus características organolépticas sobresalientes, se han perdido o se encuentran seriamente amenazadas. El caso del Tomate ‘Platense’, producto típico del Cordón Hortícola Platense (CHP), resulta un ejemplo emblemático de esta situación ya que su presencia en el mercado se redujo hasta prácticamente desaparecer.

El tradicional tomate de esta zona está constituido por una gama relativamente amplia de variedades de polinización abierta, más o menos mejoradas, y las características morfológicas del fruto lo aproximan al tipo morfológico “Marmande”. El Tomate ‘Platense’ reconoce un origen incierto en cultivares introducidos desde Francia o Italia a partir de 1930. La hipótesis más fidedigna sostiene que procede del cultivar francés introducido en Argentina con el nombre de “Perdigreon” (Folquer, 1979). Sus diferentes características agronómicas y su rusticidad contribuyeron a su amplia difusión, convirtiéndolo en la variedad de tomate redondo cultivada casi con exclusividad en todas las áreas productoras de la Argentina. Hacia la década del ’80, la irrupción de híbridos comerciales de alto rendimiento dependientes de tecnología de altos insumos, determinó el comienzo de un largo y sostenido proceso de sustitución del Tomate ‘Platense’. Sumado a esto, la adopción masiva del invernadero plástico por parte de los productores y la aparición de las grandes cadenas de mayoristas que exigían materiales de larga vida, terminaron por marginar al Tomate ‘Platense’ casi por completo a la huerta familiar. Sin embargo, y como un ejemplo paradigmático de conservación in situ de germoplasma, las variedades locales de Tomate ‘Platense’ se mantuvieron, a pesar de las exigencias fluctuantes del mercado, gracias a los horticultores que producen verdura para consumo propio.

Por otro lado, ciertos caracteres agronómicos como su tolerancia al virus tomato spotted wilt virus (TSWV), que produce la comúnmente llamada “peste negra”, **y caracteres de calidad comercial como su alto contenido en sustancias responsables de sabor promovieron su revalorización.

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