Homenaje al Padre Bachi, a un mes de su fallecimiento
El jefe de Gabinete y la secretaria de SEDRONAR, Gabriela Torres, encabezaron el acto de homenaje al Padre Bachi y descubrieron una placa recordatoria que fue bendecida por monseñor Oscar Ojea. Participaron curas en opción por los pobres y jóvenes en proceso de tratamiento.
Con la presencia del Jefe de Gabinete, Santiago Cafiero; el Presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, Monseñor Oscar Ojea; y la secretaria de la SEDRONAR, Gabriela Torres; se realizó hoy, al cumplirse un mes de su fallecimiento, el acto de homenaje al padre Basilicio “Bachi” Britez, una iniciativa de la Secretaría para poner en valor su inmensa labor pastoral al servicio de los más vulnerables, entre la que se destaca la apertura de espacios comunitarios para alojar a jóvenes con consumos problemáticos y en situación de calle.
En el acto, del que también participaron sacerdotes en la opción por los pobres, además de un grupo de jóvenes de las casas comunitarias impulsadas por Bachi, los presentes descubrieron una placa en el ingreso a la SEDRONAR con la siguiente leyenda: “Al Padre Bachi (1968-2020), quien trabajó incansablemente acompañando con amor a nuestras pibas y nuestros pibes. ¡Que cuide esta institución!”.
“Lo conocimos a Bachi con el presidente hace poco tiempo, pero su testimonio, su entrega, el amor con el que hablaba y como manifestaba el horizonte que pretendía para su comunidad, nos conmovió a ambos”, dijo Cafiero.
“Cuando una persona tan maravillosa, que deja huella, que combate con las injusticias en lugar de administrarlas, nos deja, queda un vacío que nos obliga a redoblar nuestros esfuerzos. Tenemos que tomar ese testimonio de vida, entrega y amor y redoblar el compromiso que tenemos con nuestro pueblo, con los que más lo necesitan y con los que peor la pasan”, agregó el Jefe de Gabinete.
Por su parte, previo al descubrimiento de la placa, Torres expresó: “Acá estamos todos: está la familia de Bachi, está la comunidad de Bachi, está la iglesia de Bachi, los amigos y todos los que nos comprometemos con un proyecto de país diferente, que nos incluya a todos. Y a nosotros nos va a quedar siempre su legado, su capacidad de amar, de actuar sin juzgar y de tener paciencia con las personas”, expresó Torres.
El padre Bachi fue el párroco de la comunidad de San Roque González y compañeros mártires en el barrio Almafuerte, conocido como Villa Palito, en la diócesis de San Justo, el lugar que lo vio crecer. Pero era, por sobre todas las cosas, el corazón del barrio, al que pudo transformar mediante una organización comunitaria que incluyó obras de infraestructura básica, comedor, escuela de oficios y casas comunitarias para dar contención y un propósito de vida a las y los jóvenes con consumos problemáticos de sustancias.
El 29 de agosto Bachi falleció de Covid-19, luego de permanecer internado dos meses en la clínica San Camilo. "Es el partido que yo decidí jugar, que fue estar del lado de la gente, acompañándola en estos momentos tan particulares, y no estar en la comodidad de mi casa. Pero, bueno, la voluntad de Dios es que, en estos momentos, yo esté en el banco de suplentes", fue su reflexión a poco de ser internado.
Al recordarlo, monseñor Ojea destacó que “hace poquito, Bachi cumplió 25 años de cura y lo celebró con una alegría impresionante, haciendo un agradecimiento a todo su barrio, a toda su parroquia. Hoy, acá, están presentes los pibes y las pibas que él tenía y llevaba en el corazón. A nosotros nos deja una herencia muy importante, una responsabilidad muy grande”.
Bachi nació en Villa Rica, Paraguay, el 14 de junio de 1968 y su familia se trasladó a la Argentina cuando Bachi tenía apenas dos años. Recién llegado al país, vivió junto a sus padres, en una villa de emergencia cercana al Club de Golf de las Barrancas de Belgrano en la ciudad de Buenos Aires.
En 1997 Bachi fue ordenado sacerdote, y dos años después, nombrado párroco de la Iglesia de Villa Palito. Desde ese momento trabajó incansablemente por la urbanización del barrio, que logró concretar en 2005 con la ayuda del ex presidente Néstor Kirchner. Y luego estableció el Hogar del Buen Samaritano, para la recuperación de adicciones de los jóvenes más vulnerables.
“Todo empezó en 2008, cuando un pibe se acercó a pedirle ayuda, en momentos en que el consumo de paco era fuerte en el barrio, y el padre Bachi le abrió las puertas de su casa, dispuesto a tenderle una mano. A partir de ese momento comenzó a recibir día a día a más jóvenes que se acercaban buscando alguien que los escuche y los aloje”, recordó durante el homenaje Ricardo Daniel Romero, coordinador del Hogar del Buen Samaritano. Y agregó: “Empezó poniendo un colchón en el comedor de su casa para uno, después sumó otro, y otro más, y enseguida el lugar les quedó chico y hubo que buscar algo más grande para los pibes”.
Una obra tesonera, la del Padre, construida cuerpo a cuerpo, pero también con método y mucha organización de trabajo. Con esos ingredientes, el Hogar del Buen Samaritano coordina seis espacios que integran la Red Federal de dispositivos de SEDRONAR: dos en Isidro Casanova, la casa ‘San Miguel’ para varones y ‘Mamá Antula’, para mujeres con hijos; ‘Cura Brochero’, en Virrey del Pino; y ‘Padre Mugica’, de Villa Luzuriaga; además de la casa ‘Nuestra Señora del Buen Viajero’, en el partido de Hurlingham. Entre todas alojan a más de 300 personas que se encuentran cumpliendo distintas fases de su proceso de tratamiento.
Del acto también participaron el subsecretario de Medios Públicos, Francisco Meritello; la intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza; los obispos Fernando Maletti, Eduardo García y Gustavo Carrara; los sacerdotes Lorenzo “Toto” de Vedia, Nicolás Angelotti, Daniel Echeverría y “Pepe” Di Paola, además de los familiares del Padre Bachi y funcionarios y trabajadores de SEDRONAR.