En 2018 crecieron las denuncias por violencia sexual
Empujadas por el caso de la actriz Thelma Fardín de diciembre último, aumentó exponencialmente la cantidad de denuncias de víctimas de violencia sexual registradas el año pasado en los llamados a la línea telefónica del Programa Las Víctimas Contra las Violencias, con un crecimiento del 106% respecto a 2017.
Dependiente del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos y a cargo de Eva Giberti, el programa cuenta con las líneas 137 y 0800-222-1717 para recibir denuncias de violencia sexual, violencia familiar, abuso sexual infantil y Grooming.
Entre enero y diciembre de 2018 se registraron llamados de 4.202 víctimas de violencia sexual, en tanto que en idéntico período de 2017 ese número fue de 2.037, lo que representa un incremento del 106.3%.
Consultada acerca de la evolución dada en la cifra de denuncias, Carina Rago, asesora general del Programa Las Víctimas Contra las Violencias, indicó que “desde que se inició el programa venimos percibiendo, todo el tiempo, aumentos en la cantidad de llamadas e intervenciones que vamos teniendo. En realidad consideramos que no es mayor la cantidad de víctimas sino que toda esta problemática está más visibilizada y ayuda a que más mujeres empiecen a hablar, a buscar ayuda”.
-¿Cuál es la contribución de la línea 137?
-El 137 se instala como una línea a la que las mujeres que son víctimas de violencia familiar y/o sexual saben que pueden llamar y no necesariamente tienen que realizar una denuncia. Pero cuando nosotros identificamos un caso de violencia tratamos de que la víctima realice la denuncia, porque el mejor recurso para resolverla es cortando el vínculo, cortando la relación. Sabemos que son vínculos que terminan siendo reincidentes.
-¿Cómo es el proceso que se da entre la víctima y su agresor?
-La dinámica de la violencia puede empezar con la palabra y llegar en su punto máximo a la violencia física. También existen otros tipos de violencias, que muchas veces quedan invisibilizadas, como puede ser la violencia psicológica que se da a través de la palabra. Muchas mujeres viven durante años silenciadas y anuladas. Ejemplo de ello es cuando su pareja les dice ´no te pongas esta ropa´, ´no salgas a trabajar porque no lo necesitás y dedicate a los chicos´. Esa es una forma de ir cortando todos los vínculos, sea con la familia o sus amistades. Existe también la violencia económica en la que el hombre, al ser la única persona que tiene un ingreso fijo, es quien maneja el dinero y le otorga a la mujer una mínima cantidad de dinero que, en la mayoría de los casos, sólo les alcanza para los gastos de alimentos y elementos básicos para el hogar o para pagar la pensión o el alquiler. Entonces hay cierto engaño en este sentido. Hay mujeres que pasan muchos años sometidas a este vínculo violento y tenemos varias llamadas de la misma mujer hasta tanto la mujer toma la decisión de hacer la denuncia.
- ¿La línea137 ha demostrado entonces ser útil para las mujeres que enfrentan estas situaciones?
-Sí, definitivamente. Lo que suele pasar con la línea 137 es que las mujeres, cuando la conocen, saben que van a poder llamar cualquier día y en cualquier horario. Entonces esperan que el marido se vaya a trabajar y ahí es cuando empezamos a hacer un trabajo muy lento, de hormiga, donde uno va construyendo con la mujer, cuál es su lugar como víctima y poder tomar alguna decisión al respecto.
-¿Cuál es la función del equipo y cuándo culmina la intervención de los profesionales?
-La función principal del equipo de profesionales es acompañar en el momento de la urgencia y que se realice la denuncia correspondiente, pero para llegar a esa instancia muchas veces se requiere de muchos llamados previos. Nuestro mayor objetivo es poder acompañar a la víctima en persona. Si desde el llamado telefónico esa víctima está abierta a poder recibirnos, nosotros vamos a desplazar un equipo y la vamos a acompañar en lo que decida hacer. Tratamos de explicarle, dependiendo el caso, que cortar con ese vínculo es la mejor de las opciones y esto se realiza a través de una denuncia en la comisaría y luego en la Oficina de Violencia Doméstica, que es el lugar donde se va a iniciar el proceso legal y va a recibir las medidas de protección. Una vez que esto ocurre controlamos que estén todas las condiciones habilitadas, si tiene que ser asistida en un centro de salud la acompañamos para que le realicen curaciones si son necesarias. Nuestra intervención culmina una vez que la víctima queda a resguardo, ya sea en su domicilio con el botón antipánico en su poder y con la exclusión del hombre del hogar, o bien en la casa de algún familiar o amiga de confianza hasta tanto se logre dicha exclusión.
-¿Cómo se trabaja con la víctima?
-Además de lo anterior, a la víctima también se le detallan absolutamente todos los pasos a seguir. Esto se hace para que conozca sus derechos y sepa cuáles son los trámites que debe realizar. También la asesoramos y acompañamos para que solicite las medidas pertinentes de protección y la asistencia psicológica para ella y si existen y lo desea también para sus hijos obviamente. Por otro lado, el equipo hace un seguimiento que consiste en contactarse posteriormente con la víctima, para ver cómo sigue el tema de las medidas de protección, si se las otorgaron o no, y en algunos casos el equipo de seguimiento vuelve a generar un desplazamiento para asistir o colaborar con la víctima con los temas que no se resolvieron.
En algunos casos, cuando los juzgados ya están interviniendo suelen pedirnos un informe completo y detallado que va desde el primer llamado recibido hasta la última intervención realizada. Esta información les resulta de gran ayuda para la decisión que tienen que tomar en relación con el victimario.
-¿El llamado inicial o la denuncia la puede hacer otra persona, un vecino o alguien que escucha gritos o golpes? ¿Y lo puede hacer de forma anónima?
-Las dos líneas son anónimas y recibe llamados de cualquier persona que sepa que alguien está siendo víctima de violencia familiar y/o sexual. Lo que cambia es nuestra intervención si son niños, en estos casos, si no tenemos un adulto que pueda denunciar entonces ahí sí nosotros acompañamos y nos presentamos a hacer la denuncia, porque tomamos conocimiento de que hay un niño en riesgo. De hecho, en 2018 se modificó el Código Penal y ahora el Estado debe denunciar si no existe un adulto que lo haga.
-¿Qué pasa con los niños en estas situaciones de violencia?
-Cuando hay violencia familiar es imposible no pensar que los hijos también son víctimas de esa violencia que se vive en el hogar. Siempre se pone el foco en la mujer pero la mayoría de las mujeres que nosotros atendemos tienen hijos y hay que verlos también como víctimas, parte de este ámbito de violencia. En cuanto a violencia sexual ejercida sobre niños, niñas y adolescentes, nos encontramos con que lamentablemente los agresores pertenecen a un círculo de confianza ya sea familiar o cercano, por lo tanto evaluamos que adulto podrá dar curso a la denuncia, en el caso que este adulto no exista, nosotros interpelamos al servicio local correspondiente para que efectivice la protección del niño niña o adolescente. En CABA realizamos la denuncia nosotros como funcionarios públicos que tomamos conocimiento de que hay un niño en riesgo y que debe ser escuchado y protegido.