El Regimiento de Granaderos a Caballo cumple 207 años
Para lograr la libertad de América, el general José de San Martín necesitaba soldados apasionados por la patria. Se dedicó a formarlos en sus valores, fundados en ideales de libertad y soberanía, y el 16 de marzo de 1812 creó el Regimiento de Granaderos a Caballo.
Ceremonia en el histórico cuartel
Con una emotiva ceremonia, se celebró el 207° aniversario de la creación del emblemático Regimiento.
El acto estuvo presidido por el ministro de Defensa, Oscar Raúl Aguad, acompañado por los jefes del Estado Mayor General del Ejército, teniente general Claudio Ernesto Pasqualini, y del Estado Mayor Conjunto, teniente general Bari del Valle Sosa, y por el jefe del Regimiento de Granaderos a Caballo, coronel José María Protti.
Asistieron también las máximas autoridades de la Fuerza Aérea y de la Armada, agregados militares de ejércitos amigos e invitados especiales.
El Himno Nacional Argentino marcó el inicio de la ceremonia y, acto seguido, el coronel Protti efectuó la invocación a la memoria del sargento Juan Bautista Cabral e hizo referencia a los valores sanmartinianos que acompañaron a los granaderos a lo largo de la historia de la patria.
Luego de sus palabras, se entonaron las estrofas de la “Marcha de San Lorenzo”, y se dio comienzo al dispositivo del desfile montado.
Un poco de historia…
Desde el Combate de San Lorenzo hasta Ayacucho, el Regimiento fue protagonista de los escenarios en los que se luchó por la libertad. Los granaderos participaron en 110 acciones de guerra y conquistaron 22 condecoraciones.
Tras permanecer inactivo desde 1826, el Regimiento se recreó por medio de un decreto escrito por el general Pablo Riccheri y firmado por el presidente Julio Argentino Roca el 29 de mayo de 1903.
En 1907, siendo presidente Figueroa Alcorta, se determinó que el Regimiento fuese la escolta presidencial y se estableció el cuartel, construido especialmente para los granaderos, sobre la barranca del Plata, en el barrio porteño de Palermo.
Sus escuadrones
El Regimiento está formado por cuatro escuadrones montados: Riobamba, Junín, San Lorenzo y Maypo. Son los que habitualmente se ven en los desfiles, escoltas y paradas militares. Se lucen en sus caballos alazanes y criollos, evocando a aquellos valientes que hace más de 200 años cruzaron los Andes para liberar a medio continente.
Los escuadrones a pie, Chacabuco y Ayacucho, tienen la misión de proporcionar seguridad a la máxima investidura del Poder Ejecutivo Nacional, tanto en la Casa de Gobierno como en la Residencia de Olivos. Además de esta misión, el Regimiento de Granaderos realiza actividades de ceremonial y protocolo del Estado.
Por su parte, la Fanfarria Militar Alto Perú va montada en caballos tordillos y se caracteriza por poseer instrumentos de viento fabricados en bronce, y grandes timbales transportados en caballos robustos.
Existe un Destacamento de Granaderos en la ciudad de Yapeyú, que custodia el solar natal del Libertador, y otro en San Lorenzo, ciudad de Santa Fe, donde tuvo lugar el bautismo de fuego del Regimiento.
Además, en el Museo Histórico Nacional, los granaderos tienen el honor de custodiar el sable del Padre de la Patria.
¡Viva la Patria, granaderos!
Después del Combate de San Lorenzo, por expresa disposición del general San Martín, al pasarse lista a la tropa, se nombraba a Juan Bautista Cabral. Cuando eso ocurría, el sargento más antiguo contestaba: “¡Presente! Murió en el Campo del Honor, pero vive en nuestros corazones, ¡Viva la Patria, granaderos!”. Actualmente, el jefe de Regimiento es quien hace la invocación.
Los granaderos de hoy
Hoy en día, nuestros granaderos combinan la tradición y la modernidad: son soldados competentes y adiestrados para cumplir su rol en la defensa de la nación, y al mismo tiempo contribuyen, con su presencia histórica, a difundir el legado y los valores sanmartinianos, afianzando lazos comunitarios que permiten reconocerse en una identidad nacional común.
“De lo que mis granaderos son capaces sólo yo lo sé, quien los iguale habrá, quien los exceda no”. General José de San Martín.