La actividad tuvo como objetivo evaluar la capacidad operativa de sus elementos dependientes, utilizando vehículos de combates, aeronaves, sistemas de enlace, comando y control innovadores.

El estado mayor de la División de Ejército 3 ejecutó reconocimientos y excursiones tácticas que sirvieron de base para las ejercitaciones. En el marco de estas operaciones, se desplegaron más de 200 vehículos blindados y 550 vehículos a rueda, junto con piezas de artillería y morteros. Asimismo, se realizó tiro con munición de guerra y se operaron lugares de franqueo sobre los ríos Santa Cruz y Mayo.

El ejercicio también empleó aeronaves de ala fija, helicópteros y drones de última generación, que proporcionaron vigilancia y monitoreo continuo del terreno en tiempo real. Las aeronaves brindaron flexibilidad táctica al transportar personal y equipos hacia zonas remotas o de difícil acceso.

En paralelo, las comunicaciones fueron puestas a prueba mediante el establecimiento de enlaces seguros de voz y datos entre las brigadas y el puesto comando divisional. Se verificó la eficacia de las redes de comunicación para coordinar movimientos y operaciones en desarrollo, garantizando que cada unidad pudiera responder con rapidez y precisión.

El despliegue de fracciones hacia distintos puntos de embarque subrayó la importancia de la coordinación y movilidad estratégicas, y la integración interagencial con participación de Gendarmería Nacional, Prefectura Naval, policías provinciales y locales.