Desde el Ministerio de Trabajo aseguran que “no existe un núcleo duro de desempleo”
Desde el Ministerio de Trabajo niegan que haya un “núcleo duro” del desempleo en el país, al mismo tiempo que aseguran que las oportunidades laborales se distribuyen de modo parejo.
Desde el gobierno salieron al cruce de informes y críticas que afirmaban que en los últimos meses muchas empresas no lograban cubrir puestos requeridos, reconocen deficiencias.
Aseguran que "No existe un núcleo duro de desempleo"
Desde el Ministerio de Trabajo niegan que haya un “núcleo duro” del desempleo en el país, al mismo tiempo que aseguran que las oportunidades laborales se distribuyen de modo parejo.
Escribió Luis Lozano | ©infobaeprofesional.com
Desde el Ministerio de Trabajo niegan que haya un “núcleo duro” del desempleo en el país, al mismo tiempo que aseguran que las oportunidades laborales se distribuyen de modo parejo.
En el marco de una fuerte reducción del desempleo que permitió la baja del índice oficial a 8,7% en el último trimestre del 2006, el Gobierno nacional desmintió que exista un porcentaje de desocupación estructural, y salió al cruce de los cuestionamientos sobre demanda laboral insatisfecha y dificultades de contratación para las empresas realizados en las últimas semanas. Al respecto, Marta Novick, subsecretaria de Programación Técnica y Estudios Laborales del Ministerio de Trabajo de la Nación, dialogó con infobaeprofesional.com y aseguró que “no existe un núcleo duro de desempleo”.
No obstante, la funcionaria aclaró que “eso no quiere decir que no haya sectores que sean más vulnerables, como la gente de menor nivel educativo y los jóvenes, que tienen más dificultades para acceder a un empleo de calidad”. Problemáticas. La última medición realizada por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) muestra que entre las empresas que realizaron búsquedas laborales en el último trimestre del 2006, 12,1% no logró cubrir al menos uno de los puestos requeridos. La cifra mostró una reducción de 2,2 puntos porcentuales con respecto al trimestre anterior, cuando el indicador llegó a 14,3 por ciento. Sin embargo, para Novick, el relevamiento del INDEC “tiene dos problemas”. En primer lugar, se trata de una muestra “no expandible”, es decir que sus resultados no son extrapolables al resto de las compañías que no participaron del sondeo.
Por otra parte, la encuesta declara el número de empresas que participaron -2.200- pero no específica cantidad de puestos relevados.
Por eso, desde el Ministerio de Trabajo destacaron el hecho de que, del total de firmas consultadas por el INDEC -tanto las que realizaron búsquedas como las que no demandaron personal- sólo 4,9% tuvo demanda laboral insatisfecha.
Este indicador también fue menor que el registro anterior, que se ubicaba en torno del 6 por ciento. Inclusión. En casi cuatro años, el desempleo total cayó 48% y las cifras muestran una distribución equitativa de los nuevos puestos de trabajo entre los principales grupos demandantes.
De hecho, los segmentos en los que más se redujo el desempleo fueron el de desocupados de larga duración (65%), desempleados con primaria completa únicamente (57%) y mayores de 50 años (55 por ciento).
La reducción fue menor para los grupos conformados por mujeres (46%) y jóvenes (42 por ciento). Para Novick, estos datos “demuestran que en este proceso de crecimiento no existe un núcleo duro de desempleo ni hay insuficiente nivel de instrucción”. La posibilidad de incorporar trabajadores con diferente capacitación tiene que ver con el hecho de que los principales impulsores de la mejora en el empleo fueron la construcción y la industria para la demanda interna, dos rubros que solicitan, en principio, puestos sin mayor instrucción. Crecimiento. No obstante, Novick advirtió que “éste es un problema a mediano y largo plazo para salir a competir al mundo, porque para un mercado con mayor capacidad tecnológica no estamos preparados”.
La funcionaria reconoció que existen deficiencias relacionadas “con el tema educativo en general”, pero remarcó que “no existe un mercado laboral segmentado”, en el que determinados grupos no puedan acceder a ofertas laborales por carecer de las habilidades requeridas.
“En los ”90 sí era segmentado porque al crecer básicamente la actividad financiera lo que se tomaba era, sobre todo, gente de los sectores más altamente educados”, comparó. El tema de la calidad del empleo se centra para la administración que encabeza el presidente Néstor Kirchner en garantizar la creación de “trabajo decente”, es decir, generar nuevos empleos en blanco y combatir la informalidad a partir de mayores operativos de control de las condiciones laborales.
En la actualidad, el empleo no registrado afecta a 43,1% de la población activa del país. De ese total de trabajadores informales, cerca de 30% se desempeñan en tareas de servicio doméstico, otro 30% trabaja en empresas de menos de cinco personas y el resto lo hace en firmas de mayor dotación de trabajadores, pero con muy baja productividad. Para Novick, “el empleo en negro hay que reducirlo muy lentamente”.
“Tradicionalmente en la Argentina se ubicó en torno del 20%, pero hoy, con que baje de 40 ya se puede decir que estamos mejorando”, aseguró.
Para la funcionaria, “la brecha de ingresos se va a acortar de la mano de la reducción de la informalidad, pero también de la mejor educación”.
“Una cosa es que no exista núcleo duro del desempleo y otra cosa es que efectivamente, de acuerdo con el nivel educativo se tiene mayor o menor vulnerabilidad en el mercado de trabajo”, enfatizó la funcionaria de la cartera laboral.
CAPACITACIÓN, TEMA CLAVE
Desde el Gobierno, crece la preocupación el escaso compromiso de las empresas con la capacitación de su personal, como un elemento clave para asegurar la calidad de la mano de obra local y garantizar un nivel de ocupación sustentable a largo plazo. En este sentido, las cifras oficiales son elocuentes: entre las compañías privadas registradas de más de diez trabajadores, sólo 22% brinda capacitación a sus empleados. Al respecto, Novick consideró que la problemática de la capacitación en el país es cíclica. “Cuando viene la crisis todas las empresas reducen los esfuerzos de capacitación y ahora, tampoco pueden dedicar mucho tiempo a capacitación porque pierden en producción. El tema es generar mecanismos anticíclicos”, detalló.