Con el apoyo del Papa se realizó un encuentro internacional de Sindicatos del Transporte en el Vaticano
El Director del Comité Ejecutivo participó de una cumbre global de sindicatos del transporte, que se comprometieron a reforzar la lucha contra la trata y el tráfico de personas.
El martes 9 de agosto en la Casina Pio IV, sede de la Academia de Ciencias del Vaticano, se realizó el segundo encuentro internacional de sindicatos del transporte para abordar los principales desafíos en materia de justicia social y ambiental, como la lucha por la preservación de los puestos de trabajo ante el proceso de automatización creciente, los esfuerzos por reducir las emisiones de carbón y las campañas de prevención, detección y lucha contra la trata y el tráfico de personas. El miércoles 10 de agosto, el Papa Francisco saludó personalmente a todos los delegados del encuentro.
Presidido por Monseñor Marcelo Sanchez Sorondo y con la colaboración del Director del Comité Ejecutivo de Lucha contra la Trata y Explotación de Personas de Argentina, Gustavo Vera, los principales líderes de la Asociación Internacional de Trabajadores del Transporte, que agrupa a 20 millones de afiliados en todo el mundo, se dieron cita en el Vaticano tres años después del primer encuentro celebrado en marzo del 2019.
Encabezados por el Presidente de ITF Paddy Crummlin (Australia); el Vicepresidente, Pablo Moyano (Argentina); y el Secretario General, Stephen Cotton (Inglaterra); cuarenta delegados analizaron la situación del transporte a escala internacional luego de la pandemia, en medio de la crisis generada por la guerra, y a la luz de los principales desafíos a abordar, y elaboraron un documento de caracterización y propuestas.
El documento del encuentro “insta a los líderes empresariales a apartar al mundo del borde de la recesión. En lugar de concentrarse exclusivamente en los beneficios, deberían colaborar con la sociedad civil, los grupos religiosos, las organizaciones internacionales, y los Gobiernos, para construir una economía mundial sostenible, basada en la justicia socia, y el derecho de todos y todas al trabajo decente“.
Durante el debae, se clarificaron los ámbitos que requieren atención urgente, sintetizados en cinco ejes: 1) las repercusiones del cambio climático para el personal del transporte y la necesidad de que los trabajadores y las trabajadoras participen en la toma de decisiones a fin de garantizar una transición justa, sobre todo en los países del Sur Global; 2) los efectos de la pandemia de COVID-19, en particular la consiguiente escasez de mano de obra con experiencia; 3) el fin de los conflictos armados que siguen causando muertes y desplazamientos forzosos a gran escala; 4) la amenaza de una recesión a nivel mundial, como consecuencia de las demás crisis; 5) avanzar en la erradicación del tráfico y trata de personas y la esclavitud moderna. “Se trata de cuestiones que afectan diariamente al personal del transporte que trabaja en primera línea. También resulta esencial mejorar la salud y la seguridad de los trabajadores y las trabajadoras del transporte”.
Respecto a la coyuntura mundial actual, los disertantes concluyeron que “Ahora nos enfrentamos a la convergencia de varias crisis mundiales: la emergencia climática, la crisis del costo de la vida y la crisis de desigualdad provocada por la codicia empresarial. El actual modelo de globalización está fallando tanto al personal del transporte como a sus comunidades. Los beneficios se están disparando a medida que aumenta la inflación, tanto por el COVID-19 como por la guerra en Europa. Las compañías energéticas y de comercio electrónico, así como los gigantes del transporte marítimo, están logrando beneficios récord. Año tras año, la riqueza y el poder se concentran cada vez más en manos de unos pocos… A pesar de que el PIB mundial se ha triplicado desde 1980, el porcentaje de ingresos derivados del trabajo ha descendido y nos enfrentamos a niveles históricos de desempleo, acompañados de desigualdad y un aumento de la pobreza y de la esclavitud en una situación que se ha reconocido como riesgo mundial”.
Se destaca sin embargo, que “existen ya los recursos necesarios para resolver muchos de estos problemas. El camino que lleva a reducir la desigualdad y arreglar este mundo quebrado pasa por unos empleos estables, con seguridad, salarios dignos y derechos sindicales. Debemos redoblar nuestros esfuerzos por combatir la desigualdad y la pobreza, abordar la crisis del costo de la vida y fortalecer nuestros sistemas de salud para garantizar el acceso universal a la atención sanitaria”
“La dignidad del trabajo es tan fundamental hoy para nuestras vidas como siempre lo ha sido, y los derechos sindicales son esenciales para conseguir prosperidad, igualdad y justicia para todos y todas. Además, los valores centrales de los sindicatos —la paz, la democracia y los derechos y libertades democráticos— han sustentado en todo momento nuestro compromiso con el pleno empleo y los derechos laborales. Nuestros sindicatos afiliados son conscientes de los beneficios que aporta la fuerza de la solidaridad entre el personal del transporte, que sirve de base para influir en los cambios tecnológicos, fomentar la justicia climática, luchar contra el tráfico de personas y la corrupción, y lograr que las empresas rindan cuentas del tratamiento que reciben los trabajadores y las trabajadoras en sus cadenas de suministro mundiales. Hay que poner fin a la codicia empresarial mediante el control responsable de las cadenas de suministro. La ITF está luchando en esta dirección”.
Respecto al cambio climático, se advierte que “El transporte representa el 25% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero relacionadas con la energía y el 15 % de todas las emisiones, y además, es el sector donde están creciendo con mayor rapidez (se prevé que para 2050 las emisiones se habrán duplicado). Estamos en una carrera a contrarreloj para estabilizar el planeta y mitigar los impactos del cambio climático. La justicia económica y social debe ir de la mano de los avances tecnológicos, para que podamos resurgir con un mundo mejor para todos y todas, y para que esta no haya sido tan solo otra crisis esquivada. La descarbonización del sector del transporte requiere una inversión de 32 billones de dólares estadounidenses de aquí a 2050. En la respuesta a la crisis, los sindicatos reivindicamos que las empresas y los Gobiernos escuchen a los trabajadores y trabajadoras en la transición a un futuro con cero emisiones de carbono. Debemos velar por que lleguemos a ver una transición justa a un mundo con cero emisiones de carbono, especialmente en el Sur Global”.
El documento denuncia la desigualdad de género en la industria del transporte y convoca a los sindicatos a redoblar la lucha para que los empleadores respeten la igualdad. También llama a promover alternativas de capacitación e inclusión, para fomentar el empleo juvenil que ha sido duramente golpeado por la pandemia.
Se concluye que no puede haber justicia social sin paz: “Las guerras en Sudán del Sur, Siria, Ucrania y Yemen y los conflictos armados en otros Estados, están causando un inmenso sufrimiento a muchas personas. Cada tres segundos hay una persona desplazada a la fuerza. Estos conflictos arrojan una sombra sobre todos nuestros pensamientos, pero no debemos dejar de aplaudir la valentía y la tenacidad de los trabajadores y trabajadoras del transporte que siguen arriesgando sus vidas para que estos países sigan recibiendo productos esenciales. Si no construimos un futuro seguro y sostenible ni protegemos y preservamos los derechos y las oportunidades de las generaciones futuras, no habremos conseguido defender nuestros valores”.
Del mismo modo, se convoca a redoblar la campaña contra la trata y el tráfico de personas y las nuevas formas de esclavitud, mediante campañas que visibilicen canales de denuncia y capacitaciones a los trabajadores y trabajadoras del transporte para que sepan detectar indicios de explotación y denunciarlos a tiempo. Por último, se llama a luchar contra la continua persecución de activistas sindicales y a defender los sindicatos.
Durante todo el encuentro, se subrayaron conceptos esenciales del magisterio del Papa Francisco como la de poner en el centro a los seres humanos y no al dinero, luchar contra la cultura del descarte, el paradigma tecnocrático, y reivindicar la dignidad del trabajo como base para sociedades que sean justas, inclusivas, y sustentables.
“Siguiendo al Papa Francisco, debemos liberarnos del neocolonialismo ideológico que no reconoce la dignidad del ser humano como persona compuesta de cuerpo y alma espiritual con apertura a la trascendencia, y quiere convertir a todos y todas en robots de producción para beneficio de los poderes fuertes de turno” concluye el documento.
La delegacion argentina de la ITF y la CATT estuvo encabezada por Pablo Moyano (CGT), Sergio Sassia (Ferroviarios) , Juan Pablo Brey (Aeronavegantes) , Raúl Durdos (SOMU), Graciela Aleña (Viales), Emilio Gramajo (AOTIA), entre otros dirigentes.
Al día siguiente, el Papa Francisco, en la audiencia general, destacó el esfuerzo de los sindicatos del transporte por alcanzar la justicia climática y social, y saludó personalmente a cada uno de los delegados y delegadas que participaron del encuentro, retratando en una foto grupal dicho encuentro.