Colmenas preparadas para la temporada productiva
Especialistas apícolas del INTA en la Norpatagonia comparten las principales recomendaciones para que las colmenas lleguen a la primavera en óptimas condiciones, con menor incidencia de enfermedades y producción de miel de alta calidad.
Durante el receso invernal, las abejas se agrupan dentro de la colmena formando el llamado “bolo invernal”, lo que les permite reducir al mínimo su gasto energético y consumo de reservas. La temporada productiva comienza con el aumento de las temperaturas y la entrada de néctar a la colmena, que actúa como la señal principal del inicio de esta nueva etapa. Sin embargo, la transición hacia la primavera es lenta y está marcada por una gran amplitud térmica y un aumento gradual de los recursos disponibles, en un período conocido como “primavera temprana”.
Este momento del año es crucial para la supervivencia de las colmenas. Por ello, los profesionales del INTA en Patagonia Norte presentan una serie de recomendaciones para que los apicultores conserven la sanidad y productividad de sus apiarios.
El incremento en la entrada de néctar y polen, junto con las condiciones adecuadas de temperatura, promueve el inicio o el aumento de la postura por parte de la reina, lo que marca el comienzo de la renovación poblacional. Este es un momento clave, ya que las abejas adultas que sobrevivieron al invierno serán las responsables de la recolección de néctar en esta etapa inicial de la primavera, antes de ser reemplazadas por las nuevas generaciones que ayudarán al desarrollo de la cría en la colonia.
"En la Patagonia, los apicultores deben estar especialmente atentos a este momento, ya que el gasto energético de las abejas aumenta y es fundamental que cuenten con las reservas necesarias dentro de la colmena para acompañar este incremento de actividad", indicaron los especialistas.
Además, la marcada variación de temperaturas entre semanas puede causar interrupciones en la postura de la reina, lo que afectaría el crecimiento normal de la colonia y la tasa de recambio de abejas recolectoras. Por esta razón, la alimentación complementaria, tanto energética como proteica, puede ser una estrategia eficaz para estabilizar la colmena.
Primera revisación de las colmenas
Si la colmena fue preparada adecuadamente en otoño para el receso invernal, el apicultor puede estar seguro de que su sanidad, tamaño poblacional y reservas fueron las adecuadas para soportar el invierno y comenzar la nueva temporada. En los primeros días cálidos, es recomendable realizar una revisión para ajustar el manejo según los objetivos productivos.
En esta revisión, se debe evaluar nuevamente la sanidad de la colmena, la postura de la reina y la disposición de las nuevas reservas. Este es el momento de apoyar el desarrollo de la colmena para asegurar una temporada exitosa, lo que implica varios aspectos.
Es crucial llevar a cabo controles sanitarios para detectar enfermedades en la cría durante esta etapa de multiplicación y desarrollo primaveral. Debe prestarse especial atención a las cargas de varroa; es necesario monitorear las colmenas, mantener muestras individualizadas y evitar condiciones que favorezcan el desarrollo de enfermedades.
Si se detectan cargas de varroa, es esencial planificar y trabajar con técnicos en la aplicación de un acaricida orgánico para evitar residuos durante la producción de miel. El monitoreo, mediante la prueba del frasco, debe realizarse antes y después del tratamiento para evaluar la eficacia del antiparasitario.
En este momento del año, se recomienda reemplazar el 30 % de los cuadros de la cámara de cría, práctica que debe realizarse anualmente para mantener condiciones óptimas para la cría, mejorar la higiene y asegurar el buen estado general de los cuadros. También es conveniente renovar las reinas que ya estén en edad de ser reemplazadas, según el clima y el manejo de la colmena.
Los apicultores deben estar atentos a las características de su zona, como las condiciones climáticas, la flora apícola, los cultivos y su manejo, ya que estos factores determinan las posibilidades productivas y el manejo requerido.