Ciudadanía vial: un proyecto para fomentar el respeto a las reglas en el tránsito
El médico José Nesis participa del diseño de un programa para cambiar el paradigma de la educación vial. La iniciativa está a cargo de la Dirección Nacional de Relaciones de la Comunidad Académica con la Sociedad Civil, del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos.
“Los argentinos tenemos un ‘pequeño problema’ y es que no cumplimos con las reglas. Hay una naturalización del incumplimiento. Y no es que solo no cumplimos sino que, además, cumplimos con otras reglas no escritas". La afirmación pertenece a José Nesis, médico, licenciado en Psicología y especialista en psiquiatría, y además asesor de la Dirección Nacional de Relaciones de la Comunidad Académica con la Sociedad Civil (ReCASo), que pertenece al Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación. Nesis está a cargo del proyecto Ciudadanía Vial, que intenta tirar del hilo de la reeducación vial para abordar otros problemas similares en la sociedad.
Para Nesis, se da un fenómeno que describió muy bien el jurista Carlos Nino: la “anomia boba”. “Gran parte de ese incumplimiento de reglas argentino no beneficia a nadie, ni siquiera al que incumple".
"Nino en Un país al margen de la ley describe la anomia –el incumplimiento de reglas-, como reversión del desarrollo argentino, y toma mucho el ejemplo del tránsito”, explica el especialista.
-¿Por qué Ciudadanía Vial?
-Porque encontramos que el incumplimiento generalizado se da en un montón de ámbitos de la vida: desde el no pago de impuestos hasta el delito común. El punto es que, primero, tiene un impacto sanitario tremendo. El principal problema de los siniestros viales es el incumplimiento de reglas, y tiene una mortalidad y una morbilidad (muertos y heridos) gigantesca. Sin embargo, esto tiene mucho menos repercusión que los homicidios. Por ejemplo, datos de la ciudad de Buenos Aires 2017: hubo 144 homicidios, de los cuales 120 eran entre personas que se conocían entre sí. O sea, 24 eran solamente de lo que nosotros llamamos vulgarmente “inseguridad”. Solo 24 personas. Y ese mismo año murieron 150 personas en siniestros viales. Es decir, 6 veces más la cantidad de homicidios por inseguridad. El impacto es distinto por temas que no son simples. No es un capricho de la gente. Impacta más una cosa que otra.
-¿Y qué pudieron sacar en claro de esto?
-No hay una mafia detrás de los accidentes de tránsito, no hay una conspiración para que haya accidentes y muertos, y no es tampoco el costo colateral de un beneficio adicional (una mafia de los talleres mecánicos que provoca accidentes). Solo se trata de intentar que la gente no se atropelle, por ejemplo. Entonces dijimos: si tiramos de este hilito de la seguridad vial, vamos a encontrar que podemos mejorar ese problema en sí mismo, pero además podemos mejorar la relación de todos los argentinos con la ley en general.
-¿Hay cambios?
-Sí, porque la gente empieza a ver que el cumplimiento de reglas no es algo que solamente hay que hacer porque lo dice la ley, sino que además, operativamente, es beneficioso. Si esto se incorpora como concepto y, más que cumplimiento de la ley per se, se trata de cumplir con acuerdos y las ventajas de ello, esto debería socialmente constituir algún tipo de beneficio.
-¿La idea es cambiar el enfoque?
-Claro. Si bien consideramos que todos los abordajes tienen sus cosas favorables, intentamos llegar también a las ONG, tratando de entusiasmar con este enfoque, que no es el tradicional de la seguridad vial, que tiene que ver con la idea de que los argentinos somos hijos del rigor, que lo único que nos va a beneficiar es aumentar las penas. Un ejemplo que damos nosotros es la ley antitabaco. Ninguno de nosotros debe conocer a nadie que haya sido penado o encarcelado por la ley antitabaco. Sin embargo, vas a un café y no hay nadie fumando. Y esto, antes de la ley antitabaco era inimaginable. La gente decía “cuando empiecen a meter presa a la gente que fuma, ahí van a dejar de fumar”. Es un tema para seguir investigando: no solo por qué no cumplimos, sino por qué a veces podemos llegar a cumplir y ser exitosos.
Normas de código práctico
En los últimos años se empezó a abordar mucho el problema vial desde las ciencias del comportamiento. Cómo pensamos y cómo tomamos decisiones las personas tiene mucha importancia en el mundo vial. “También queremos entender por qué a veces no cumplimos con normas escritas, pero sí cumplimos con esos códigos que algunos juristas llaman 'normas de código práctico'. Cuando en una esquina ves que un peatón espera que pase el auto, aun teniendo prioridad de paso el peatón, es porque el peatón está cumpliendo con una norma del código práctico. El peatón dice 'ya sé que la regla escrita dice otra cosa, pero si cruzo me van a matar, así que mejor espero'. Y de eso, la vida cotidiana está llena", señala Nesis.
Dos premios Nobel de Economía, Daniel Kahneman (2002) y Richard Thaler (2017) abordaron el tema de las formas en las que reaccionan las personas en determinadas situaciones y ante diferentes estímulos.
“Lo que descubrieron –dice Nesis- es que nuestras actitudes están determinadas por lo que se llaman ‘sesgos’, son como una especie de preconceptos o premisas implícitas con los que nos conducimos en la vida sin ser conscientes de eso".
En el mundo vial el tema de la automatización de las conductas es muy importante. “¿Te pasa que vas manejando y pensando en algo, y las 20 cuadras decís “cómo llegué hasta acá?”. Perdiste el registro de ese tramo. ¿Vine en piloto automático? Sí. Ese piloto automático es lo que Kahneman llama sistema 1, por cual si yo te pregunto cuánto es 2x2, vos me vas a decir 4. Pero si te pregunto cuánto es 17x34, me vas a decir ‘esperá un minuto’ y vas a usar el sistema 2, que es el sistema racional que tiene que razonar, deliberar y reflexionar. La mayor parte de nuestra vida en el sistema vial está dada por el sistema 1”, explica Nesis.
Y concluye la idea: “Es decir que hay un montón de cosas que podés hacer en el mundo vial que cambian la conducta de la gente. Y que ayudan al cumplimiento de las reglas. No solamente tenés que decirle a la gente que cumpla las reglas porque si no va a ser castigada, sino que además podés ayudar generando entornos y contextos donde eso sea más factible”.
-¿Están yendo a las escuelas?
-Sí. Lo más interesante es el tema educativo. No hay programas educativos en los que escuchen a los chicos. Van policías a hablarles. A los infractores los vemos como delincuentes, y todos somos infractores, pero no delincuentes. Hay un modelo nuevo para trabajar con chicos en secundarios, que son los que en breve van a ser conductores, que son los modelos de “aprendizaje en servicio”. Los chicos hacen un relevamiento de datos de su propia comunidad: encuestas, observaciones, llenan planillas poniendo cuánta gente va en moto sin casco, etc. Y después hacen propuestas, que los gobiernos locales las tienen que empezar a escuchar.