CENAVID: cómo dar respuestas en situaciones de emergencia
El organismo capacitó a sus operadores para que sepan cómo actuar en tragedias o desastres naturales. Se creará un equipo especializado para intervenir en este tipo de situaciones.
El Centro de Asistencia a las Víctimas de Delitos (CENAVID) busca proteger a las personas que sufrieron distintos tipos de delitos, y coordinar su asesoramiento jurídico, psicológico y social. La semana pasada el organismo capacitó a sus operadores para dar respuestas en situaciones de emergencia: accidentes con víctimas múltiples, hundimientos o tragedias como la de Once o LAPA, por ejemplo. En esta línea, se conformará un equipo especializado para la intervención en este tipo de situaciones que funcionará dentro del ámbito del Sistema Nacional de Gestión Integral del Riesgo del Estado argentino.
El curso intensivo duró dos días. Se denominó “Protección de la salud mental y apoyo psicosocial como estrategia para la reducción del riesgo de desastres” y lo dictaron la presidenta de la Sociedad Argentina de Psicología en Emergencias y Desastres, Susana Chamey, y Silvia Bentolila, médica psiquiatra y sanitarista, colaboradora de la Organización Panamericana de la Salud (OPS Argentina) y experta en la intervención en emergencias y desastres.
“Estamos generando un equipo que escuche y acompañe profesionalmente a las personas en el peor momento de su vida. Queremos estar preparados para que ante una situación de catástrofe, haya un cuerpo de especialistas que pueda brindar asistencia y hacer que el shock de los afectados y sus familiares sea menos traumático. Está comprobado que los familiares y conocidos de víctimas sufren de menos estrés postraumático si fueron acompañados por especialistas durante y después de que sufrieran la tragedia”, indicó la subsecretaria de Acceso a Justicia, María Fernanda Rodríguez.
“El CENAVID se preparó para la intervención frente a víctimas que han atravesado una situación de riesgo como consecuencia de un evento traumático, catalogado como un desastre por las consecuencias psíquicas que produce, como un choque de un tren, un incendio o un atentado”, expresó su directora, Natalia Figueroa.
La capacitación duró dos jornadas y asistieron más de cien profesionales psicólogos/as y trabajadores sociales que se desempeñan en diferentes programas del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación: el Programa Nacional de Rescate y Acompañamiento de Víctimas Damnificadas por el Delito de Trata de Personas, el Programa de lucha contra la impunidad y el Programa Las Víctimas contra las Violencias.
El motivo de la capacitación es que existe un amplio consenso avalado por organismos internacionales (OPS, OMS, UNICEF, ACNUR) sobre el impacto en la salud y la perturbación psicosocial que producen diversas situaciones críticas, emergencias y/o desastres.
La primera consigna: escuchar
Bentolila explicó que “capacitamos a un equipo específico que depende del CENAVID que va a manejar herramientas para la protección de la salud mental y el apoyo psicosocial de las personas afectadas en situaciones de emergencia y desastres”.
-Desde el plano psicosocial ¿qué se tiene que tener en cuenta durante el primer contacto con una víctima?
-Lo más importante es el cuidado de la salud mental. Somos agentes multiplicadores para acompañar a los familiares en la búsqueda y en el reconocimiento. Hay que cuidar a las víctimas o damnificados en la primera ayuda psicológica. Hay que respetar la dignidad y la voluntad de las personas. La sola presencia da apoyo, hay que acompañar y escuchar, en los casos en los que la víctima quiere hablar. La primera consigna es escuchar.
-¿Qué opina del trabajo que lleva adelante el CENAVID?
-Es muy importante la existencia del CENAVID, que se ocupa de cuidar y proteger la salud de las personas cuyos derechos fueron vulnerados. Toma la posta de ir por más y, a partir de hora, contribuir en reducir el impacto en situaciones de emergencia y desastre.
El CENAVID funciona desde hace cuatro meses. En ese tiempo ya atendió desde la línea 149 a más de 205 víctimas por diferentes tipos de asesoramiento: por delitos contra las personas y contra la libertad, contra la integridad sexual; contra la propiedad o contra la administración pública.