Presidencia de la Nación

Buenos Aires: juicios más rápidos y con menos “papeleo”

La justicia de la provincia de Buenos Aires comenzó a implementar la oralidad hace más de un año. Las ventajas que presenta esta metodología: poner a las partes cara a cara con el juez, un alto grado de acuerdos en los conflictos y resoluciones rápidas de los procesos.

María salió del Juzgado del fuero Civil y Comercial del partido bonaerense de San Martín en menos de media hora. Ya hacía algunos años que la causa por la titularidad de un terreno que heredó de su padre se tramitaba ante la Justicia provincial, pero ella nunca tuvo en claro lo que sucedía hasta que pudo sentarse frente al titular de ese tribunal, quien, sin abogados ni empleados judiciales mediante, le explicó qué pasó, qué podía pasar y cuáles iban a ser los siguientes pasos.

Es uno de los cientos de ejemplos que hay en territorio bonaerense de la implementación de la oralidad con la normativa vigente. Hace más de un año que en la Justicia de Buenos Aires se generalizó la oralidad en el fuero Civil y Comercial, a modo de prueba. ¿De qué se trata esta metodología? ¿Qué ventajas ofrece frente a la forma de proceder que rige en la actualidad?

Para explicarlo de modo general, el coordinador general del programa Justicia 2020 -dependiente del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación-, Héctor Chayer, señaló que se trata de una de las pocas instancias que tiene “el ciudadano común de involucrarse con la Justicia. Es decir, solo en una audiencia oral el ciudadano puede entrar en contacto con quienes toman las decisiones. Puede escuchar al juez en persona”.

El objetivo del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación es que para 2019 todos los procesos de conocimiento sean orales en todo el territorio argentino. La provincia de Buenos Aires lleva la delantera, pero otras provincias también empezaron a implementarlo: Mendoza, San Luis y Formosa.

“Una audiencia oral es donde se reúne un juez con los abogados, con las partes, pone al juez cara a cara con el justiciable y deja de tener un montón de papeles que componen el expediente, y esto es muy valioso para humanizar la decisión del magistrado, porque lo obliga a entender el impacto de lo que está haciendo”, expresó Chayer, que desde Justicia 2020 impulsa la oralidad a nivel nacional.

La oralidad implica, entre otras cosas, una mayor velocidad para resolver los casos gracias, entre otras cosas, a la incorporación de tecnología, una de las deudas de la Justicia nacional que fue uno de los objetivos de gestión planteados por el ministro de Justicia, Germán Garavano, al inicio de su mandato.

Con la videograbación de las audiencias se evita un paso, que es la transcripción de lo que se dijo, y del posterior acuerdo que deben brindar los abogados de las partes sobre esa transcripción. En lugar de sumar 30, 40 o 50 hojas a un expediente, se suma un CD.

Las cifras de la experiencia bonaerense

El último informe elaborado por la Comisión para la asistencia, implementación y seguimiento de la oralidad, a un año de iniciada la experiencia en la Justicia bonaerense, brindó algunos datos que confirman lo que se estimaba en la teoría: que el sistema puede funcionar mejor. El 99% de las personas que tuvieron audiencias con jueces bajo esta modalidad aseguró que recibió un trato “muy bueno” o “bueno”.

Este mismo documento precisó que 74 jueces y juezas de la provincia de Buenos Aires adhirieron, hasta el 31 de julio pasado, de forma voluntaria a la iniciativa. Y, como dato saliente, lograron que en los procesos en los que se aplica esta metodología, el tiempo de duración se reduzca de 1338 días –en promedio- a 609.

Las audiencias preliminares orales y de vista de causa videograbadas comenzaron a celebrarse hace un año en 49 juzgados de 15 departamentos judiciales de la provincia de Buenos Aires. En marzo de 2017 se sumaron 25 juzgados. Y en septiembre último otros 10 más. Hoy ya se está implementando en 17 de las 19 jurisdicciones. Es decir: en al menos 84 de los 168 juzgados civiles y comerciales bonaerenses.

Los resultados que se obtuvieron en los primeros meses son promisorios: la tasa de conciliación supera el 42 por ciento, respecto de los procesos finalizados. Otros datos: el 52 por ciento de las causas incluidas en el programa de oralidad son resueltas en menos de un año desde su inicio. Y el promedio de duración de un proceso de este tipo es de menos de dos años, mientras que antes era de casi cuatro años.

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