En esta ocasión, los gendarmes se trasladaron hasta la Escuela Provincial Rural N° 31 “Gendarme Argentino”, situada en la Estancia El Cóndor, distante a 61 kilómetros de la ciudad, la cual es apadrinada por la Sección “Monte Aydmon”, dependiente de la Agrupación XVI “Santa Cruz”.

El objetivo principal de la visita fue brindar atención médica primaria a los niños que se encuentran ubicados en uno de los sectores más alejados de la urbe de la provincia de Santa Cruz, entre los límites fronterizos al sur del nuestro país.

La Escuela Rural cuenta actualmente con una matrícula de quince alumnos, incluyendo todos los niveles de educación, primario y secundaria que asisten diariamente para recibir sus clases.

Los preparativos para la especial jornada iniciaron con varios días de anticipación e incluyeron la participación de retirados de la Fuerza junto a sus esposas, quienes con mucha predisposición y voluntad confeccionaron a mano guardapolvos y otros elementos para poder obsequiar a cada uno de los alumnos. Asimismo, se recibió colaboración de Amugenal y librerías de la ciudad quienes aportaron útiles escolares.

Mediante el uso de vehículos de la Fuerza, los efectivos emprendieron el viaje hacia la escuela cargados con todas las donaciones. Una vez allí, la primera actividad del día fue la entrega de todo lo recolectado a los chicos que esperaban la llegada de los gendarmes con muchas ansias.

El personal de Odontología fue el encargado de brindar una charla demostrativa con técnicas de cuidado dental, teniendo en cuenta la importancia que implica adquirir desde pequeños cual es la forma correcta de higienizarse, ya que esto marcará el correcto o incorrecto desarrollo de sus dientes hasta llegar a la vida adulta.

Uno de los momentos mas especiales de la tarde fue la actividad dictada por el Cabo German Montiel, quien interactuó con los chicos, realizando preguntas para establecer vínculos y brindándole temáticas con las que crearon su propio esténcil en el que debían dibujar animales autóctonos y posteriormente recortarlos en diferentes radiografías, obteniendo de esta forma, moldes permanentes para recrear las veces que lo deseen.

La lejanía, lo inhóspito combinados con la cálida recepción y las sonrisas, alegraron el corazón de todos los que participaron de ese gran momento. El día finalizó con una banderola donde todos los presentes pusieron sus manos inmortalizando la jornada vivida.