Aportes para una política de Estado
Compartimos el editorial publicado en “El Ancasti”, diario de la Provincia de Catamarca.
Por la multiplicación en los últimos años de casos de mujeres rescatadas de las bandas que manejan redes de prostitución, la trata de personas es asociada mayoritariamente a este tipo de delitos, cuando en realidad involucra a muchas otras variantes de explotación humana, igualmente deleznables. También suele mencionarse la expresión cuando se habla de explotación laboral.
Por esta razón, resulta muy útil la aclaración realizada por el titular del Comité Ejecutivo para la Lucha contra la Trata y Explotación de personas, Gustavo Vera, que manifestó, al lanzarse el Plan Bienal, Integral y Federal contra la trata de personas, que buscarán un ataque integral a este delito. Vera trazó un panorama mucho más amplio, mencionando delitos como la venta de bebés, niños, niñas y adolescentes, el tráfico de órganos, la mendicidad forzada, el grooming y la captación de personas por parte de sectas.
El delito de Trata de Personas fue incorporado al Código penal argentino en 2008 y, según el texto legal, lo comete aquel que “ofreciere, captare, trasladare, recibiere o acogiere personas con fines de explotación, ya sea dentro del territorio nacional, como desde o hacia otros países, aunque mediare el consentimiento de la víctima”.
Desde entonces se han intensificado notablemente los operativos para rescatar a personas que se encuentran en esa situación, básicamente forzadas a prostituirse o explotadas laboralmente, prácticas delictivas que décadas atrás eran naturalizadas e incluso toleradas no solo por una amplia franja de la sociedad, sino también por las autoridades.
Estadísticas actualizadas señalan que en lo que va del año han sido rescatadas 348 víctimas de la trata de persona. En 2020, con la pandemia vigente durante tres cuartas partes del año, las víctimas rescatadas ascendieron a 933.
Gustavo Vera aludió específicamente a cómo, de acuerdo con el contexto social y las circunstancias, la modalidad en la que operan las bandas para captar a sus víctimas van variando. En pandemia, el uso de las redes sociales se ha tornado un mecanismo de uso masivo para este accionar.
El Plan Bienal recientemente lanzado apunta a reforzar la contención y reinserción de las víctimas, lo que implica la restitución de sus derechos, faceta en la que no se ha tenido la eficacia que ha mostrado el abordaje intersectorial para el rescate de las víctimas. De modo que se enfatizará en que las personas que han sufrido trata, puedan acceder a programas de viviendas, y tengan acceso a la salud, a la educación y acompañamiento terapéutico.
La lucha contra la trata es una de las pocas políticas de Estado en la Argentina, y los últimos gobiernos nacionales, en coordinación con provincias y municipios, y por supuesto también con la Justicia y las fuerzas de seguridad, han logrado éxitos el combate con este tipo de delitos. La incorporación de otras variantes a tener en cuenta, y el refuerzo para la restitución de los derechos violentados de las víctimas, son aportes que puede sumar eficiencia en la tarea que se viene desarrollando.