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Agricultura familiar y comunicación digital: más de un motivo para el encuentro

Finalizó el primer programa de capacitación en comunicación digital para la agricultura familiar (AF), una propuesta del IPAF Región Pampeana del INTA junto con las universidades de La Plata y Quilmes y organizaciones de productores, en el marco de la línea de Entrenamientos para el trabajo que implementa la Secretaría de Trabajo, Empleo y Seguridad Social de la Nación. La entrega de certificados se realizó el 2 de mayo en la sede de este instituto en Los Hornos.

La capacitación desarrolló un programa de formación teórica y realización de prácticas para un perfil de “Auxiliar en Comunicación Digital para Organizaciones de la Agricultura Familiar” vinculado a la producción de alimentos. En el sector de AF se despliegan estrategias de comercialización en circuitos cortos, muchas veces sostenidas en plataformas digitales: la venta de bolsones y la promoción de las ferias de venta directa por medio de redes sociales son ejemplos del impacto de estas acciones en el ingreso de las familias productoras por su trabajo, a la vez que requieren un manejo especializado de aspectos técnicos y narrativos. Por otro lado, para quienes estudian carreras de comunicación no siempre existe la posibilidad de compartir un espacio de acercamiento a los temas y problemas de los territorios periurbanos y rurales desde una visión profesional. Jorge Cefarelli, director del IPAF Región Pampeana del INTA, explica que “Los entrenamientos son esta conversación de saberes. De lo académico y las experiencias productivas. Los saberes del trabajo de la tierra y de la comunicación.”

Así, la propuesta de un espacio de integración entre familias productoras y estudiantes de comunicación buscó promover la construcción conjunta de conocimientos con un foco preciso: diseñar estrategias digitales apropiadas a la AF. El objetivo fue doble: por un lado, acercar herramientas de gestión de redes sociales a las familias productoras de los cinturones hortícolas para que puedan optimizar sus circuitos de venta; por el otro, ofrecer a estudiantes de comunicación una experiencia laboral concreta vinculada a la producción de alimentos de cercanía.

Un campo de conocimientos a recorrer
Desde las universidades de La Plata y Quilmes se sumaron 10 estudiantes de periodismo, comunicación digital y popular. La propuesta formativa incorporó módulos teóricos de caracterización de la agricultura familiar en Argentina, comunicación institucional para la AF, y circuitos cortos de comercialización con el sentido de que las y los estudiantes puedan acercarse a la realidad de este sector productor de alimentos. “Lo lindo de la comunicación es que te permite andar por una cantidad inmensa de temas. Y la soberanía alimentaria y el trabajo en la tierra son temas que me interesaba estudiar desde mi andar académico. Este entrenamiento me lo permitió”, señaló Paloma Alfonsín, estudiante de Comunicación Popular en la Universidad de Quilmes.

La propuesta conceptual se enriqueció con las explicaciones y ejemplos en primera persona de quienes trabajan la tierra. Más aún cuando los módulos prácticos se mudaron de las aulas del predio de Los Hornos a las ferias y quintas de producción de verduras y flores. “El valor de los conocimientos que se compartieron en el curso es doble. Porque si bien son conocimientos que están al alcance (estudiar comunicación o estudiar producción agropecuaria), fueron conocimientos situados. Esto me permitió entender las tramas que se tejen en los territorios rurales. Lo que aparece en los libros como contexto, lo pudimos andar, analizar, entender y trabajar desde la comunicación”, destacó Paloma.

Desde las organizaciones de la AF, participaron 8 productores de la Asociación Civil 1610, Guadalquivir, la Asociación Tierra Fértil y la Asociación 1610 de Florencio Varela. El programa incluyó módulos de periodismo, identidad comunicacional, narrativas digitales, fotografía y realización en video y una intensa producción de contenidos para redes sociales, clase a clase. El sentido fue aportar herramientas prácticas para que cada organización pueda utilizar estas plataformas de un modo coherente con su identidad y que les permita diferenciar sus productos por medio del valor agregado que les confiere su producción de cercanía, su sistema productivo, o sus atributos de calidad. Gonzalo Loureiro y Jorgelina Villafañe participaron por la Asociación 1610, que nuclea a 14 familias productoras. “Me gustó mucho, aprendí cómo es el camino de la comunicación. Cómo llegar a hacer algo visible en redes. Me hizo muy bien escuchar y conocer a otras personas, y los conocimientos que cada una tenía para ofrecer”. Para Gonzalo, por su parte, hay un valor intrínseco en el dispositivo de estos entrenamientos. “Hoy en día, muchas personas de esta zona rural del Gran Buenos Aires se pueden acercar a las Universidades Públicas a estudiar. Pero esto es otra cosa; es una formación cercana y territorial. Es formarte desde los oficios y sentirse con el INTA como padrino, que es una institución valorada; nos sentimos muy acompañados y sumando más herramientas a nuestro trabajo”, expresó Gonzalo.

Cruce de caminos, de saberes y de perspectivas
Para concretar la propuesta, participaron como facilitadores de los encuentros investigadores del IPAF (Luciana Fingerman, Luis Mosse, Marina Pino, Georgina Lucesoli; Rocío Sheffer y Miranda Cerdá (equipo de redes sociales de INTA Argentina e INTA Informa) y Silvio Pérez y Melanie Perez y Gonzalo Loureiro , quienes pusieron a disposición sus quintas para las visitas in situ. Mientras que Germán Gonaldi (IPAF) y Sofía Peroni (Radio estación Sur) se ocuparon de la coordinación general del entrenamiento. “Más allá de lo valioso del cruce de saberes entre productores de la tierra y estudiantes universitarios, yo destaco lo valioso del intercambio entre generaciones, entre personas con más y menos experiencia en la vida y en el andar de sus oficios y estudios: se nutrieron mucho el uno del otro. También quiero destacar el impacto que genera este tipo de formación en cada persona y por lo tanto en su espacio social, en su territorio. Es un proceso muy transformador”, subrayó Sofía.

Así lo confirma la evaluación final de los participantes. “Vengo del palo de la comunicación y conocer productores fue todo un mundo enorme; conocer la producción de alimentos y el trabajo de la tierra. Ese cruce de saberes fue inmenso”, dijo Félix Amadeo, estudiante de la Licenciatura en Comunicación de la Universidad de La Plata y también músico. “Hice una canción a la ciudad de Buenos Aires cuando me vine desde Bahía Blanca, que decía así: en las ventanas hay historias que no conocés. Hacía referencia a los edificios con las ventanas abiertas y las luces prendidas. Y lo tomo para este entrenamiento: no cerrarse y decir me quedo con lo que ya conozco”.

La apuesta a futuro será profundizar en más cuestiones técnicas y trabajar con nuevas organizaciones: “Tomo lo que dijeron que faltó tiempo y algunos otros aprendizajes que quedaron en el tintero para hacer todo lo posible y ojalá logremos un Auxiliar en Comunicación Digital para Organizaciones de la Agricultura Familiar II. Un nuevo entrecruzamiento entre INTA, Organizaciones y Universidades”, concluyó Cefarelli.

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