Presidencia de la Nación

Pasando a la ofensiva

MARTÍN VERRIER - Subsecretario de Lucha contra el Narcotráfico


MARTÍN VERRIER - Subsecretario de Lucha contra el Narcotráfico

El narcotráfico es una de las principales amenazas que enfrenta hoy nuestro país. Como delito organizado genera costos económicos, sociales y familiares. Esto es porque, entre otras cosas, se encuentra directamente relacionado con el crecimiento de la violencia y la actividad delictiva en los barrios y también actúa como multiplicador de otros delitos.

Por ello, la lucha contra el narcotráfico, uno de los tres pilares de la propuesta de cambio que planteó el Mauricio Macri y que la ciudadanía acompañó en las urnas en 2015, se convirtió, a partir de que asumió la Presidencia de la Nación, en uno de los principales ejes de su gobierno. Así, podemos afirmar que, a partir del 10 de diciembre de 2015 y por primera vez en décadas, en Argentina, hay un gobierno que tiene la firme decisión política de trabajar para que el país se convierta en un territorio profundamente hostil para el narcotráfico.
 
En la Subsecretaría de Lucha contra el Narcotráfico, cuyo manejo me encomendaron la Ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, y el Secretario de Seguridad, Eugenio Burzaco, recogimos la firme convicción presidencial y la tradujimos en una estrategia para combatir la narcocriminalidad y lograr una restricción en la oferta de drogas en el país.
 
La falta de políticas de estado nuestro país respecto al problema de las drogas hasta el año 2015 significó que nuestro país dejara de ser sólo un país de tránsito para ser, también, uno de consumo. En este sentido, como punto de partida, debe tenerse en cuenta que, a partir del año 2000, el consumo de drogas en Argentina se incrementó notablemente. La prevalencia del consumo de cocaína ha pasado de 0,3% en 2004 a 2,6% en 2006, lo que representa un importante aumento respecto al 0,3% registrado en 2004. De manera similar, el consumo de marihuana ha pasado de 1,7% en 2004 a 7% en 2006 y a 3,5% en 2010. Dado que la administración anterior suspendió cualquier estadística criminal y de drogas entre 2009 y 2015, actualmente, SEDRONAR está preparando estadísticas más actualizadas sobre el consumo de estupefacientes.

Este aumento del consumo de drogas, la expansión del mercado local y la ausencia de políticas integradas en el marco de una estrategia coherente para enfrentar el crecimiento de la narcocriminalidad en el país, afectaron, tal refirió previamente, el tradicional rol que Argentina desempeñaba en el tablero global del narcotráfico. Así, en los últimos quince años, el país dejó de ser sólo una zona de tránsito para los cargamentos de cocaína que tenían como destino final, en mayor medida, el mercado europeo y se convirtió, también, en una plaza de creciente consumo; esto, a su vez, trajo aparejado el crecimiento de las redes narcocriminales y también de los delitos, de la violencia y de la corrupción asociados con su expansión.
 
El desafío en el desarrollo de la estrategia de lucha contra el tráfico ilícito de estupefacientes consistió en contar con un diagnóstico real, preciso y actualizado del narcotráfico en el país. Así, una de las primeras medidas que se adoptó fue el diseño e implementación de un formulario único para recoger datos homogéneos y completos, incluyendo la geolocalización, de todos los procedimientos antidroga realizados por las fuerzas de seguridad y policiales federales. Esta decisión permitió, a su vez, que, por primea vez en la historia, se pudiera contar con un mapeo actualizado de las incautaciones de cocaína, marihuana y drogas sintéticas.
 
Paralelamente y tomando en consideración lo anterior, se promovieron numerosas acciones, políticas y normas que dotaron de un fuerte sentido operativo a la estrategia de lucha contra el narcotráfico que se viene implementando desde el 10 de diciembre de 2015.
 
Se fortaleció la inteligencia criminal para trabajar en el desmantelamiento de las organizaciones narcocriminales que operan en zonas de frontera; se reforzaron los controles fronterizos, se dio carácter permanente al Operativo Fronteras y se trabajó en el fortalecimiento, a través de la adquisición nuevo equipamiento, de la frontera terrestre y aérea; y también de la hidrovía. En relación con esto, también se mejoró la radarización del espacio aéreo argentino. A su vez, se creó una instancia para luchar contra el tráfico ilícito de drogas a través de vuelos ilegales.

También se traspasó exitosamente la Dirección Nacional de Precursores Químicos desde la SEDRONAR al Ministerio de Seguridad y, en particular, a la Subsecretaría de Lucha contra el Narcotráfico. Gracias a esto, en 2016, logramos que, en relación con 2015, las inspecciones de operadores subieran un 33% y también que las sanciones crecieran significativamente. A su vez, nuestros agentes participaron en 32 procedimientos realizados por las fuerzas de seguridad y policiales federales (casi el doble que en 2015) en los que se logró incautar una gran cantidad de precursores químicos.
  
Al mismo tiempo, se creó un grupo operativo conjunto de lucha contra el narcotráfico en el noroeste del país que está formado por miembros de las fuerzas de seguridad federales y que tiene como fin la desarticulación de redes criminales en una zona particularmente afectada por esta amenaza trasnacional. También se formó AIRCOP, una iniciativa de  Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) y de la Comisión Europea (CE) que consistió en el establecimiento, en el Aeropuerto de Ezeiza, de un grupo interagencial cuyo objetivo principal es combatir el narcotráfico a través de la vía aérea. Este año, también se logró el ingreso a SEACOP, cuyo principal objetivo consiste en brindar soporte en la lucha contra el tráfico ilícito de estupefacientes por vía marítima.
 
También se dispuso, desde la Subsecretaría de Investigación del Delito Organizado y Complejo, la creación de Centros de Inteligencia Criminal Regional (CICRE), que integran, por primera vez en un mismo ámbito de trabajo conjunto y coordinado, a las cuatro fuerzas federales, la AFI, las policías locales, el servicio penitenciario y la justicia. Otra decisión importante fue el redespliegue de la Policía Federal Argentina con el objetivo de convertirá en una fuerza auténticamente federal; en este sentido, se crearán 8 agencias regionales y 29 divisiones antinarcotráfico.

La naturaleza dinámica de las organizaciones narcocriminales y su actual lógica de articulación descentralizada, reticular y celular obliga a que los miembros de las fuerzas de seguridad estén permanentemente capacitados. Así, la Subsecretaría de Lucha contra el Narcotráfico puso especial en el dictado de cursos y, de tal modo, logró que, en 2016, el número de agentes capacitados aumentara un 192% en relación con 2015.
 
Al mismo tiempo, en el plano legislativo, se estableció la Emergencia en Seguridad Pública, que fue prorrogada este año; se agravaron las penas para aquellos que desvían precursores para la fabricación de estupefacientes; se actualizó el listado de estupefacientes y, luego de 16 años, también el listado de precursores químicos. También se fortaleció e incrementó la presencia y la cooperación internacional: se firmaron acuerdos de cooperación con Bolivia, Paraguay, Estados Unidos, Rusia, China, Israel, Alemania, entre otros; y, a su vez, Argentina se incorporó a numerosos programas e instrumentos internacionales promovidos por la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD).

Las referidas son sólo algunas de las medidas que se han impulsado en el marco de la estrategia de lucha contra el narcotráfico que se viene implementando desde diciembre de 2015. Si bien todavía queda mucho trabajo por hacer, hay varios indicadores que resultan alentadores. Durante el primer año de gestión, las incautaciones de cocaína realizadas por las fuerzas federales se incrementaron un 30% y las de drogas sintéticas, un 512%; además, la operatividad antidroga de las fuerzas de seguridad y policiales federales aumentó casi un 10%. A su vez, el año pasado, se registró una reducción importante de los homicidios dolosos en zonas que, tal como Rosario o General Pueyrredón, estaban particularmente afectadas por la narcocriminalidad. Este año, los resultados siguen siendo positivos: en el primer cuatrimestre de 2017, se incautó un 110% más de cocaína que en el mismo período del año previo y 164% más que en los primeros cuatro meses de 2015.
 
Con el respaldo de la convicción presidencial de dar una franca batalla contra el narcotráfico y con el impulso que brindan los resultados obtenidos hasta el momento, continuaremos trabajando para que Argentina se convierta en un territorio cada vez más hostil para las redes narcocriminales. Así, estaremos, cada día, un poco más cerca de una Argentina sin Narcotráfico. 

 

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