El viaje escultórico de Noemí Gerstein: materiales, técnicas y poética.
Conversatorio a cargo de Matilde Marín, Sergio Baur y Andrea Giunta en la Casa Victoria Ocampo.
La actual presidenta de la Academia Nacional de Bellas Artes, Matilde Marín; el secretario y futuro presidente de la institución, Sergio Baur; y la académica y curadora de la muestra "Una artista experimental. Noemí Gerstein en el FNA" Andrea Giunta, ofrecieron el viernes pasado el conversatorio "Noemí Gerstein: entre la materia y el cosmos, un viaje escultórico. Tres visiones desde la Academia Nacional de Bellas Artes", que da cierre al ciclo de charlas que acompañó la muestra.
En la apertura, el presidente del Fondo Nacional de las Artes, Tulio Andreussi Guzmán, presentó a los expositores y subrayó la importancia de estas actividades como primera experiencia de vínculo entre la Academia Nacional de Bellas Artes y el Fondo Nacional de las Artes: “Estamos muy contentos con el resultado de esta iniciativa. Creemos que el diálogo y el compromiso de trabajo colaborativo entre ambas instituciones son muy valiosos y, como en este caso, pueden aportar resultados significativos", dijo.
Sergio Baur confirmó esa idea y subrayó que, en este momento, se impone trazar vínculos y tender puentes interinstitucionales para fortalecer la actividad cultural. En su exposición, marcó algunos aspectos de la trayectoria de Gerstein, como el hecho de haber sido la primera mujer académica de la Argentina y una de las primeras del mundo, y planteó la importancia de reconstruir la voz de la artista a través de testimonios orales de quienes la conocieron. En ese sentido, relató un episodio en torno a la maqueta para erigir un monumento al prisionero político desconocido, que se exhibe en la muestra, y leyó el testimonio que le pidió a Gastón Burucúa y que vale la pena citar:
“Hacia 1992, la maqueta presentaba ciertos deterioros de las varillas y las púas en los cinco anillos metálicos que, al imbricarse, aluden a la prisión, a la celda y al sufrimiento de quien habita, obligado por la fuerza, ese espacio virtual y simbólico. Ari Brizzy era entonces el presidente de la Academia y sondeó a Noemí, ya muy anciana, acerca de la posibilidad de encontrar a alguien que restaurase la pieza. En palabras de Noemí: ‘Yo lo puedo hacer perfectamente,’ y a los pocos días se presentó en la Academia con sus gafas, sus martillos, un soldador de peso considerable y otros instrumentos. La artista recuperó la fuerza de sus mejores años. Hubo vapores de metal fundido, martillazos y otros ruidos salidos del pulidor portátil que Gerstein manejaba con la misma habilidad de la juventud. No habrán pasado más de dos horas cuando la maqueta había recuperado su integridad material, la lisura y los colores originales de los anillos, la posición vertical de las varillas sutiles que sugieren el movimiento ascensional de quien sueña con su libertad, anhela respirar el aire de los espacios abiertos y levantar la cabeza para mirar el cielo. Noemí Gerstein había cumplido por enésima vez el ritual y el milagro del arte”.
Matilde Marín, por su parte, puso el foco en el aspecto material y técnico de la obra de Gerstein: “Ustedes piensen en los ‘50: una mujer trabajando con hierro y bronce, materiales muy duros y difíciles. Es un período en el que ella adquiere gran madurez y destreza técnica”. Luego, detalló dos elementos presentes en la obra: el compromiso social y la justicia. “Ella encontró el equilibrio entre lo técnico y lo emocional y tuvo capacidad para unir lo estructural con lo emotivo. Son rasgos que la hacen única. Una de las pocas mujeres que, en su momento, se introdujo en la escultura, un lugar que era masculino, y creó una obra con mucho valor y valentía. Una pionera que se consolidó como una de las grandes figuras del arte moderno argentino”.
Andrea Giunta destacó la importancia de la investigación para redescubrir y construir conocimiento validado sobre la figura de la artista y relató algunos de los hallazgos que encontraron con la investigadora Ana Inciarte —curadora también de la muestra y expositora del conversatorio— a lo largo de la búsqueda que llevan adelante en diferentes archivos. Respecto de este trabajo, Ana Inciarte comentó que, en los sesenta, Gerstein incorpora nuevos materiales como el poliuretano expandido, el telgopor y una versión más líquida del plástico, lo cual genera nuevas hipótesis y añade una capa más de complejidad a un cuerpo de obra que no está relevado ni documentado, respecto de materiales, dimensiones y acabados.
Las palabras de los expositores iluminan a Noemí Gerstein y redimensionan su lugar en la historia del arte de la Argentina como una artista renovadora, innovadora y exploradora en los materiales y en el concepto de escultura que, a la vez, buscó una resonancia poética y un cruce con otras disciplinas.
Entre otras personalidades del campo de la cultura estuvieron presentes en la charla Julio Crivelli, presidente de la Asociación Amigos del MNBA; Teresa de Bulgheroni, presidenta de la Fundación MALBA; Gracia Cutuli, integrante de la mesa directiva de la ANBA; Silvia Corcuera, Guillermo Scarabino y Marcelo Nogués, directores de Artes Plásticas, Música y Arquitectura del Fondo Nacional de las Artes; Silvia Braun y Vera Padilla, representantes del MAMB, además de público interesado que colmó la sala.
La exposición "Una artista experimental. Noemí Gerstein en el FNA" puede visitarse hasta el 14 de noviembre, de lunes a viernes, de 11 a 18 h, con entrada libre en la Casa Victoria Ocampo (Rufino de Elizalde 2831, CABA).
Ésta y las otras charlas del ciclo que acompañaron la muestra se encuentran disponibles en el Canal de YouTube del Fondo Nacional de las Artes