A sala llena y con un público numeroso siguiendo el vivo por el Canal de YouTube del Fondo Nacional de las Artes, se realizó el viernes pasado la entrevista pública al coreógrafo Mauricio Wainrot, conducida por el historiador y crítico Jorge Dubatti.

El impacto que tuvo en su familia la Segunda Guerra Mundial; la huida de sus padres de Polonia a Bolivia —uno de los pocos países que permitían el ingreso de judíos— dos meses antes del primer bombardeo; cómo y por qué finalmente recalaron en Argentina; sus tíos y abuelos asesinados en los campos nazis; sus primeros años en un conventillo de Buenos Aires y su hogar humilde, pero lleno de libros, cine y música, los intereses de su padre; fueron algunos de los temas que dieron inicio a un diálogo en el que Wainrot (Buenos Aires, 1946) hablaría de su vida y de su carrera como bailarín y coreógrafo, guiado por las hábiles preguntas de Jorge Dubatti, quien animó el diálogo sin invadir y permitiendo que el entrevistado se fuera haciendo nítido a los ojos y oídos del público.

“Es una alegría el encuentro del día de hoy, un lujo compartir esta charla entre Jorge Dubatti y Mauricio Wainrot, quien, como sabemos, lleva seis lustros trabajando por la cultura de nuestro país”, dijo el presidente del Fondo Nacional de las Artes, Tulio Andreussi Guzmán en la presentación; y aprovechó el momento para agradecer públicamente el aporte de Wainrot a la actual gestión del Fondo Nacional de las Artes, donde se desempeña como Director de Artes Escénicas y Danza.

Formado en el Teatro Colón y conectado con el mundo de la danza contemporánea desde el inicio de la Compañía de Danza Contemporánea del Teatro San Martín, en 1967, Mauricio Wainrot comenzó a crear coreografías a mediados de los ‘70, “cuando echaron del San Martín a esa compañía maravillosa que había fundado Oscar Araiz, después de tres años de suceso”, recordó.

La charla siguió avanzando y Wainrot comentó cómo descubrió la coreografía y su capacidad para componer. Luego, habló sobre el salto internacional en su carrera para el que tuvo que superar su apego a Buenos Aires y a su vida en pareja, y también el miedo del que, por su historia familiar, jamás pudo sustraerse. Ese salto ocurrió en mayo de 1984, cuando, ya en período democrático, estrenó su obra Anna Frank en el Teatro San Martín.

Entonces, recordó: “El estreno tuvo muchas dificultades, porque el día del ensayo general habían quemado toda la ropa de los camarines. Finalmente pudimos estrenar, pero las funciones se hicieron con mucho público y mucha policía, porque, si bien habían pasado dos años, la dictadura se había acabado, pero no se había acabado tanto”. Y continuó: “En ese contexto vino a verme al teatro el director de la ópera de Gotemburgo y me propuso montar obras allí. Y fue él quien, luego de trabajar en Suecia, me recomendó a un teatro de Alemania, donde monté ‘Anna Frank’, que luego haría en más de 17 compañías de todo el mundo”. Y agregó: “Por eso digo que ‘Anna Frank’ es un antes y un después en mi carrera. Pensaba en mi papá, en mis abuelos, en toda la familia que debí tener y no tuve; y no podía creer estar haciendo esa obra en Alemania”.

Norberto Frigerio, José Abbadi, Claudia Sánchez y los directores del FNA, Guillermo Scarabino y Juan Antonio Lázara, fueron algunas de las personalidades que presenciaron el encuentro, además del numeroso público. Wainrot recorrió su vida y obra a título personal, pero al mismo tiempo sobrevoló la historia común que compartimos todos, un relato entrelazado con las transformaciones políticas, sociales y culturales y que, a través de la danza y el arte, nos invita a reflexionar sobre los tiempos que vivimos y cómo estos marcan nuestra identidad colectiva.

La entrevista formó parte del ciclo de actividades que el Fondo Nacional de las Artes organiza en su sede cultural, la Casa Victoria Ocampo, y se brindó en el marco del Concurso de Danza 2024 del organismo, abierto hasta el miércoles 27 de noviembre.