Buenos Aires – Hoy por la mañana se realizó una ceremonia religiosa conjunta en memoria de los Muertos por la Patria y en Actos de Servicio. La misa central, concelebrada en la Catedral Castrense Stella Maris, fue encabezada por el Obispo Castrense, Monseñor Santiago Olivera; acompañado por los Capellanes Mayores de las Fuerzas Armadas.

Participaron del oficio religioso el Subjefe de Estado Mayor General de la Armada, Vicealmirante Eduardo Antonio Traina; el Inspector General de la Armada, Vicealmirante Juan Carlos Daniel Abbondanza y el Secretario General de la Armada, Contraalmirante Diego Eduardo Suárez del Solar.

También asistieron autoridades y representantes de las Fuerzas Armadas y de Seguridad, entre ellas el Jefe del Estado Mayor General del Ejército, Teniente General Guillermo Olegario Gonzalo Pereda.

Durante la homilía, Monseñor Olivera expresó: “Esta celebración de la Eucaristía que año tras año nos encuentra rezando por aquellos que partieron, nos viene muy bien a cada uno de nosotros para ver cómo es nuestra relación con la muerte”.

“La muerte, sabemos, es tránsito a otra vida, puerta de la eternidad, fin de una vida temporal. Y para el alma es el comienzo de una vida eterna: eternamente feliz o eternamente desdichada”.

Además, resaltó: “Hace muy bien rezar por los difuntos. Intercedemos como Iglesia peregrina por nuestros hermanos que han partido, pero también, a la vez, nos hace muy bien a cada uno de nosotros meditar sobre la realidad de la muerte. A la luz de la muerte de Jesús, es maravilloso pensar y saber que la muerte no es un fin, sino que es el comienzo”.

El Día de los Muertos por la Patria se instauró el 2 de noviembre de 1910 por iniciativa del profesor correntino José Alfredo Ferreira. La fecha busca reconocer a los hombres y mujeres, civiles y militares, que ofrendaron sus vidas en actos de servicio defendiendo a la Patria.