Presidencia de la Nación

Aproximaciones al concepto


La promoción de la salud consiste en proporcionar a los pueblos los medios necesarios para mejorar su salud y ejercer un mayor control sobre la misma (Carta de Ottawa -OMS, 1986-). Para los que trabajamos en servicios oficiales de control de los alimentos (tanto de nivel nacional, provincial como municipal), abordar nuestra tarea desde una perspectiva de promoción de la salud implica la preocupación explícita por la salud y la responsabilidad sobre el impacto que nuestras actividades pueden tener en la salud de la población. La promoción de la salud, en este marco, consiste en las actividades dirigidas a la transformación de los entornos para que estos se vuelvan facilitadores de las conductas saludables y de los comportamientos de los individuos apuntando hacia sus estilos de vida y localizándolos en el seno de las familias y, por encima de todo, en el ambiente de la "cultura" de la comunidad en la que se encuentran. En este caso, los programas o actividades de promoción de la salud tienden a concentrarse en políticas públicas y en componentes educativos. éstos últimos primordialmente relacionados con riesgos de comportamientos modificables, que se encontrarían, al menos en parte, bajo control de los propios individuos. Por ejemplo, cocinar completamente los alimentos, lavado de manos, etc. En síntesis, reforzar las capacidades de los individuos y de las comunidades a las que pertenecen (empoderamiento).

Las tareas de control de la inocuidad de los alimentos (IA) en el marco de la promoción de la salud, involucran la visión de cadena "del campo a la mesa" asociada al enfoque para el trabajo preventivo minimizando / controlando / eliminando peligros y riesgos en todos sus eslabones. Está bien demostrado que las decisiones sobre temas de inocuidad de los alimentos se vuelven más eficientes y de mejor calidad cuando se fundamentan en las buenas prácticas y las mejores evidencias traídas por la investigación, el conocimiento científico actualizado y aplicable a contextos específicos y las mejores prácticas/ lecciones aprendidas por pares. El conocimiento empodera a todos los integrantes de la cadena agroalimentaria para la mejora de la inocuidad y calidad de los alimentos para ellos mismos o para quienes consumen los productos que ellos generan y/o comercializan.

La visión moderna de las actividades de control de la inocuidad de los alimentos requiere de nuevas formas e instrumentos de abordaje en salud pública que permitan generar capacidad en el nivel local para una mejor comprensión del rol y la responsabilidad que cada uno de los integrantes de la cadena posee, la definición de los mecanismos para favorecer el empoderamiento de cada eslabón en la temática y el desarrollo de estrategias locales para alcanzar estos objetivos. Este es el desafío que hoy tenemos por delante todos los que componemos la cadena agroalimentaria y para lograrlo las actividades de Información, Educación y Comunicación (IEC) se tornan fundamentales.

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