Domecq García: visión de futuro
Su papel fue decisivo en la visión estratégica del país.
Este ilustre marino exploró nuestras aguas, vio de cerca el crecimiento de la Flota, fue uno de los marinos más notables de su época y fomentó la modernización de la Armada.
En 1877 ingresó a la flamante Escuela Naval Militar que funcionaba a bordo del vapor ARA “General Brown”, egresando como Guardiamarina con excelentes calificaciones. En sus primeros años como Teniente, participó de varias de las expediciones por el vasto territorio terrestre, fluvial y marítimo para definir límites con las naciones vecinas, remontando los ríos Pilcomayo, Paraná e Iguazú, realizando relevamientos hidrográficos y consiguiendo para sí una importante experiencia y conocimiento del tema.
En 1886, integró la comisión argentina de límites con Brasil, que mediante el relevamiento de los ríos Pepiry-Guazú y San Antonio, logró establecer la verdadera línea demarcatoria de la frontera con ese país.
Años más tarde fue enviado a Inglaterra a verificar la construcción de la fragata “Presidente Sarmiento” y, una vez que el futuro buque escuela de la Armada Argentina estuvo listo, Domecq García retornó al país para ejercer como Jefe de la División del Río de la Plata.
Ya siendo Capitán, estuvo a cargo de la Comisión Argentina a Italia para la construcción de los acorazados ARA “Moreno” y “Rivadavia” que, tras el pacto de 1902 con Chile de equiparación del poder naval, debieron venderse al Imperio del Japón, donde participaron en 1904 de la guerra ruso-japonesa, donde Domecq García fue invitado por Japón como oficial observador.
En 1906 regresó a la Argentina y el 19 de mayo de 1908 recibió las palmas del almirantazgo al ser ascendido a Contraalmirante. Ese mismo año fue designado al frente de la Comisión Naval para estudiar propuestas de distintos astilleros que construirían buques para reforzar el poder naval argentino. Visitó Europa y Estados Unidos, y encargó la construcción de los dos buques de guerra más grandes del mundo en ese momento: Los acorazados nuevamente bautizados ARA “Moreno” y “Rivadavia”.
Domecq García retornó a la Argentina luego de tres años y fue nombrado Comandante en Jefe de la Escuadra de Mar, capitaneando el acorazado “Moreno”. Ya con el grado de Vicealmirante comandó el acorazado “Rivadavia”, buque insignia argentino.
Tras su liderazgo de la Flota nacional, en 1922 fue nombrado Ministro de Guerra y Marina, desde donde impulsó la modernización de la Armada, incrementando su Flota especialmente con la adquisición de los primeros submarinos.
En dicho cargo redactó un acuerdo con Uruguay sobre la jurisdicción de las aguas que los separan; el proyecto de formación de la Marina Mercante argentina de ultramar; la remodelación del puerto de Quequén y la construcción de otro en la bahía Uruguay, entre otros.
El Almirante Manuel Domecq García también dispuso la realización de los planos y otorgó los fondos necesarios para la construcción de la parroquia Stella Maris, en Puerto Belgrano. Con todo el prestigio ganado y con el reconocimiento de toda la Institución, se retiró de la actividad naval luego de 58 años.
Falleció a los 92 años, un 11 de enero de 1951 en Buenos Aires. En su honor se bautizó al destructor torpedero ARA «Almirante Domecq García», y también el Astillero Ministro Manuel Domecq García, pensado para la construcción de submarinos. A 72 años de su fallecimiento, aún hoy seguimos la estela del legado que dejó, de incomparable visión para la Armada.