Capacitación sobre RITE organizada por la Cámara de Comercio Argentino Canadiense
La actividad tuvo como eje contar detalles sobre la plataforma, y contar la experiencia de una de las empresas pioneras del Registro, y también abordar los ejes de la segunda fase de la iniciativa.
El miércoles 7 de diciembre, la Oficina Anticorrupción (OA) junto a la Cámara de Comercio Argentino Canadiense realizaron una capacitación para conversar sobre la plataforma RITE, la experiencia de las empresas pioneras y lo que vendrá en RITE II.
La apertura y moderación del encuentro estuvo a cargo de Natalia Hopkins, gerenta de Responsabilidad Social Empresarial RSE de Pesquera SA.
En el inicio de las exposiciones, Luis Villanueva, subsecretario de Planificación de Políticas de Transparencia de la OA, expresó que RITE “es una política pública del gobierno nacional, encabezada por la OA con el financiamiento del BID y PNUD, pero es una iniciativa que promueve una herramienta coconstruída, pensada y puesta en discusión con distintos actores de la sociedad”.Sobre ello, el funcionario detalló: “aquella propuesta inicial hace dos años, cambió muchísimo a partir de esas reuniones, con más de 200 encuentros, mesas de trabajo donde se confeccionaron los formularios, reglamentos, toda la plataforma fue pensada así”.
“RITE es voluntario, pero va a haber instancias de contratistas, que pueden ser públicos, que requieran la integración de un programa de integridad y que esto suceda en el RITE. Para ciertos tipos de contrataciones la ley requiere de un programa, la demostración de éste hoy sucede mediante una declaración jurada, en algún momento va a pasar que indiquen tener la inscripción en RITE como manera de acreditarlo”, explicó Villanueva. Y para cerrar comentó que “organismos reguladores como por ejemplo SENASA, sacó una resolución donde establece que para poder tener determinado tipo de vinculación con el organismo regulador van a requerir que estén inscriptos en el RITE, de allí la importancia de que puedan recorrer ahora la plataforma”.
Seguidamente, Raúl Saccani, consultor del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y PNUD Argentina, dio detalles sobre la plataforma y navegó por el portal de simulación que está disponible para quienes quieran indagar sobre el Registro. En este marco, Saccani contó que “es un proyecto que se construyó a lo largo de meses de trabajo con más de 80 profesionales que participaron en esos encuentros. Las preguntas que están hoy han pasado por horas de debate y de discusión, por lo cual tienen bastante consenso en lo que representa el camino hacia el desarrollo de un programa de integridad. Este Registro sirve incluso para aquellas empresas o entidades que no tengan desarrollado nada, y van a encontrar la expectativa respecto al diseño de un programa”.
Uno de los pasos clave en el registro, contó el consultor del BID es la clasificación de la empresa o entidad que va a iniciar el proceso: “los programas de integridad están, como lo dispone la normativa de nuestro país, diseñados a la medida de cada organización, reconociendo esta cuestión de capacidad y dimensión económica, el registro está orientado en tres niveles de avance y las preguntas que van a estar incluidas en cada nivel van a depender del tipo de organización y de la actividad de la empresa, como parámetros objetivos que surgen de la resolución 23 de la CEPYME”. Saccani destacó que el RITE: “complementa los esfuerzos de debida diligencia que realizan las empresas, esto puede pasar a formar parte de toda esa información que uno recopila a la hora de evaluar si hace negocios con tal o cual proveedor. Ese es un beneficio, en cuanto a poder facilitar este intercambio de información”.
Más adelante, Sergio Paez, gerente de Ética en los Negocios y Compliance en Novo Nordisk contó la experiencia como empresa pionera dentro del Registro de Integridad para Empresas y Entidades. “La verdad es que en un principio desconfiábamos del proyecto, y después vimos que los comentarios que se hacían desde las diferentes Cámaras en las mesas de trabajo, y a partir de estas discusiones del proceso de implementación de la plataforma, nos fuimos dando cuenta que las contribuciones se iban teniendo en cuenta y eso nos fue generando mayor confianza”, relató Paez. Lo que influyó en tomar la decisión de entrar como empresa pionera, dijo el referente de Novo, “fue el hecho de mirar a largo plazo, es una política pública de largo plazo”. “Como acción colectiva está bueno ingresar, mostrar, ser transparente en los programas de compliance que tiene cada empresa, y también para una empresa que por ahí no tiene gran madurez en programas, le sirve como guía porque las preguntas te van ayudando a entender si lo que estás haciendo es o no suficiente, si lo tenes que mejorar o si tenes que cambiar”, explicó.
Por último, en relación a la segunda fase del RITE, Sergio Paez mencionó que “la parte de derechos humanos está cayendo dentro de las áreas de compliance, antes no tenía tanta visibilidad. Hoy está siendo más relevante dentro de nuestras áreas, en el caso de Novo hace dos años lo empezamos a manejar, pero más allá de eso está bueno que tengamos la posibilidad de hacer el ejercicio. Para nosotros la implementación de la política de derechos humanos fue un desafío, una oportunidad de aprendizaje”.
De manera seguida, Natalia Torres, directora nacional de Ética Pública de la OA, dio detalles sobre la segunda parte del RITE: “es algo que surgió mientras que íbamos haciendo la primera fase pero también enganchado con discusiones que tuvimos dentro de la Oficina en relación a cómo pensar la integridad que nos dimos al principio de la gestión. Nos replanteamos qué entendíamos por integridad y por corrupción”. En este sentido, Torres contó que “a partir de esa deconstrucción pensamos a la integridad como más ampliado que no se reduce a la agenda anticorrupción tradicional sino que tiene que incorporar una perspectiva de derechos humanos, de cuidado de medioambiente, de género. Nos llevó a pensar de manera transversal cómo incorporar esta mirada a la diferentes políticas tales como el proyecto de ley de Integridad y Ética Pública, el cual tiene esta mirada; también en la Estrategia Nacional de Integridad; y por supuesto está en el RITE donde nos propusimos incorporar esta perspectiva contemplando el concepto de debida diligencia en derechos humanos”.
Natalia Torres detalló que RITE II dos va a tener tres módulos: género, derechos humanos y ambiente: “cada uno tiene sus complejidades y comunidades específicas por eso los dividimos para generar interacciones con expertos y expertas que pudieran brindar un aporte sobre esto”. Esta política se dio en el marco de la apuesta por una “integridad sostenible”, según manifestó la funcionaria de la OA “convencidos de esta necesidad de trabajar derechos humanos, donde claramente el Estado es el último garante de la promoción y ejercicios de derechos humanos en su territorio, pero nadie puede negar el rol que tienen las empresas para que dentro de esos espacios no ocurra. Entonces es necesario interactuar para poder promover cómo hacer una política con esta perspectiva en el ámbito empresarial”.