Ministerio de Salud, OPS y UNICEF celebraron la Semana Mundial de la Lactancia Materna
Autoridades sanitarias coincidieron en destacar que la promoción de esta práctica no es responsabilidad exclusiva de la mujer sino que toda la sociedad debe involucrarse para garantizar el derecho de niños y niñas a ser amamantados.
El ministro de Salud de la Nación, Jorge Lemus, participó hoy en un acto para celebrar el cierre de la Semana Mundial de la Lactancia Materna, cuyo objetivo fue promover esta práctica como la forma más efectiva de alimentación temprana y que sea exclusiva hasta los 6 meses de vida por sus diversos beneficios sobre la salud de las mujeres y los niños, particularmente en el desarrollo mental y cognitivo y en la prevención de enfermedades tanto a corto como a largo plazo.
Durante la jornada —organizada por la Dirección Nacional de Maternidad, Infancia y Adolescencia de la cartera sanitaria junto a la Organización Panamericana de la Salud (OPS/OMS) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) bajo el lema “Lactancia Materna: construyamos alianzas sin conflictos de interés”— se hizo entrega de reconocimientos a organismos gubernamentales e instituciones privadas que en sus espacios de trabajo generaron “Espacios amigos de la lactancia”.
Las distintas presentaciones realizadas durante el encuentro buscaron manifestar que el éxito en la lactancia materna no es responsabilidad exclusiva de la mujer, sino que su promoción y práctica es una responsabilidad social colectiva para garantizar el derecho de los niños y niñas a ser amamantados.
“Sabemos de las consecuencias que tiene para la salud pública el tema de la lactancia materna, que no es exclusivo de este sector pero sí es un determinante de salud”, expresó el ministro Lemus y reafirmó el compromiso de la cartera sanitaria nacional de trabajar por los Objetivos de Desarrollo Sostenible para 2030, dentro de los cuales la lactancia materna constituye un factor clave.
Por su parte, la representante de la OPS/OMS en la Argentina, Maureen Birmingham, hizo referencia a la evidencia científica a nivel mundial que demostró que “una mejora en las prácticas de lactancia materna podría salvar más de 820.000 vidas por año; prevenir casi la mitad de los episodios de diarrea y un tercio de las infecciones respiratorias; reducir la probabilidad de obesidad infantil, la incidencia de diabetes tipo 2 y el cáncer de mama; y mejorar el desarrollo mental y cognitivo de la persona”.
Birmingham destacó también que la práctica de la lactancia materna constituye “un acto de respeto a los derechos humanos del bebé ya que tiende a garantizar el derecho a la nutrición, a la salud, a la familia y al interés superior del niño, como así también un acto de respeto a los derechos de la mujer al garantizar las condiciones familiares, sociales, laborales para gozar de un espacio digno para asegurar la alimentación natural”.
En ese sentido, la representante de la OPS en Argentina indagó en las razones por las cuales “aún hoy resulta necesario debatir y generar conciencia colectiva en torno a la lactancia materna a pesar de que en la actualidad nadie puede cuestionar la importancia nutricional, sanitaria, social y de garantía de derechos que subyacen al acto de amamantar”.
Al respecto, Birmingham enumeró algunas de las “trabas y amenazas que existen en contraste con las fuerzas impulsoras de la alimentación natural”, como la “promoción inadecuada de alimentos para niños pequeños, sobre todo menores de 3 años de edad, los conflictos de interés en los establecimientos de salud y los conflictos latentes en la sociedad en materia de prejuicios alrededor de la práctica de amamantar”.
Y señaló que “toda la sociedad debe estar alerta a las amenazas y los conflictos de interés para poder dar respuesta en todos los niveles porque el derecho de los niños y niñas a la lactancia materna no es una responsabilidad sólo de la mujer, sino que es una responsabilidad colectiva”.
Por último, el especialista en Salud de UNICEF en Argentina, Fernando Zingman, aseguró que ese organismo de Naciones Unidas busca “promover el desarrollo de la lactancia materna para que pronto la Argentina pueda formar parte de la lista de países que superan el 60 % de lactancia materna en el sexto mes”, que en la actualidad sólo la integran 23 países en todo el mundo.
Del encuentro también participaron el presidente de la Academia Nacional de Medicina, Manuel Martí; autoridades del Ministerio de Salud de la Nación; integrantes de la Comisión Asesora en Lactancia Materna de la cartera sanitaria nacional; representantes de la sociedad civil, organizaciones no gubernamentales, directivos y miembros de equipos de salud.
Más sobre lactancia materna
La leche materna es el mejor alimento y el más completo que puede recibir el recién nacido ya que le brinda todos los elementos que necesita para crecer sano. La leche de la madre contiene además el líquido que el bebé necesita para un crecimiento y desarrollo saludables, y está adaptada a sus necesidades, por lo que la digiere más fácilmente que cualquier otra leche.
La leche materna es también más segura e higiénica porque el niño la toma directamente de su mamá. A través de su leche, la mamá le transmite al bebé factores de protección (los denominados anticuerpos) que lo protegen contra las infecciones más comunes cuando son pequeños (diarreas, neumonías, otitis, bronquiolitis y otros cuadros graves de los bebés) y hasta que sean capaces de formar sus propias defensas.
Contribuye también a prevenir enfermedades como asma, eczema, alergias, diabetes, enfermedad celíaca, enfermedad inflamatoria intestinal crónica, síndrome de muerte súbita, leucemia y otras. Reduce también las probabilidades de tener anemia, el riesgo de obesidad y la lesión de la retina del bebé prematuro, además de contribuir a un mejor desarrollo y estimulación del aprendizaje.
Se recomienda que los niños sean amamantados exclusivamente hasta los 6 meses de vida cumplidos y que, a partir de ese momento, comiencen a introducir alimentos en su dieta sin abandonar la lactancia materna. Idealmente, la lactancia materna complementada con alimentos debe extenderse hasta los 2 años o más de vida del niño.