Ordenamiento Territorial
Ordenamiento territorial significa disponer, con orden, de la ocupación y usos del territorio según la mayor o menor aptitud de los diferentes elementos constitutivos de este. Implica, en la práctica, orientar mediante normativas la localización de las actividades en contraposición a la distribución espontánea imperante, motorizada por las leyes del mercado.
El ordenamiento territorial y el funcionamiento de zonas productivas están influenciados por los factores ambientales y, particularmente, por las características del suelo, el paisaje y sus procesos exógenos. Los procesos naturales de origen geológico impactan severamente sobre la población afincada en sitios no aptos para su ocupación, representando estos una amenaza para el desarrollo social y económico de esas urbanizaciones, muchas de ellas ubicadas en las planicies aluviales de los ríos, en los piedemonte de las zonas montañosas o en las líneas de ribera del litoral marítimo.
Asimismo la ocupación antrópica, ya sea por urbanización o por la red de infraestructura de servicios pueden, de no ser debidamente insertadas, producir impactos en las aguas, suelos, vegetación y fauna. La expansión territorial también ejerce una creciente presión sobre el medio ambiente.
Para alcanzar los objetivos de un desarrollo sustentable se estudian los aspectos físicos, ecológicos y sociales del territorio, de modo tal de poder conocer e integrar la información ambiental para realizar los planes de ordenamiento y desarrollo productivo.
Sobre la base de estrategias de crecimiento y desarrollo económicos definidas a priori por las diferentes instancias de Gobierno, los planes de ordenamiento territorial deben procurar: a) adaptar las actividades a las capacidades de acogida del medio físico frente a cada una de las actividades socioeconómicas, b) optimizar las interacciones entre las diversas actividades a localizar y c) tender a una utilización múltiple del territorio en el cual se garantice la superposición de actividades compatibles y complementarias en el tiempo y en el espacio.
Dado los objetivos del estudio, el ordenamiento territorial implica la participación de profesionales de distintas disciplinas, en tareas de gabinete y de campo.
Específicamente se realiza el análisis de las litologías y de las principales estructuras geológicas, considerando su estabilidad y sus características geotécnicas; de las geoformas que conforman el paisaje, teniendo en cuenta especialmente pendientes, la morfodinámica actual y la estabilidad de las mismas; la identificación de los suelos, su caracterización y mapeo, incluyendo, si ocurriere, la evaluación de la degradación y la información referida a las aguas subterráneas y superficiales.
La escala de edición de los mapas varía entre 1:50.000 y 1:25.000. Estas escalas permiten combinar un grado de detalle adecuado con la posibilidad de una visión integral y una información lo suficientemente completa.
