Presidencia de la Nación

“No existe país democrático sin poder judicial independiente”

El ex fiscal italiano Antonio Di Pietro está de visita en el país para participar de un congreso sobre seguridad jurídica, pobreza y corrupción. Participó de una charla con el juez brasileño Sérgio Moro, a cargo de la causa Lava Jato.

Fue la cara visible de una investigación que cambió la historia de Italia: el “Mani Pulite”, el “manos limpias” del que ya se cumplieron 25 años. Ese proceso judicial logró más de 1200 condenas por corrupción, extorsión, financiamiento ilícito de los partidos políticos y falsos balances empresariales. La vida y la historia del ex fiscal Antonio Di Pietro también cambiaron para siempre: abandonó los tribunales al poco tiempo del caso y se dedicó a la política. Desde entonces es un referente en todo el mundo en investigaciones que involucren delito organizado, poder político y sector empresario.

Di Pietro afirma que hoy para combatir la corrupción es necesaria una “uniformidad de la legislación judicial”. “Porque hay distintas legislaciones en los distintos Estados, entonces hay muchas dificultades para el intercambio de información”, dice.

El ex fiscal italiano está de visita en la Argentina, país que ha visitado en varias oportunidades. En esta ocasión vino a participar del Segundo Congreso Bienal de Seguridad Jurídica y Democracia en Iberoamérica. Las jornadas están organizadas por el Foro de Estudios sobre la Administración de Justicia (FORES) y la Universidad de Girona, España, con el apoyo del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación. “Quiero agradecer al ministro Germán Garavano. Es una persona que respeto, por su compromiso y por el trabajo que está desarrollando en el ámbito de la justicia en el país”, aclara en esta entrevista.

Di Pietro compartió una charla con Sérgio Moro, el juez a cargo de la investigación conocida como Lava Jato. El magistrado brasileño, que estuvo en el país en abril último, habló por teleconferencia en el marco del congreso.

-¿Qué relación tiene con el juez Moro?

-Tengo respeto y una relación de amistad con el juez Moro. Está llevando adelante una importante investigación relacionada con el mundo político y económico, relacionado con Sudamérica pero también con vínculos con otras partes del mundo.

-¿Ve similitudes entre el Lava Jato y el “Mani Pulite”?

-Como es sabido, el juez Moro está desarrollando en Brasil una investigación muy delicada, llamada “Manos Limpias”. Un poco relacionado con el “Mani Pulite”, que fue el nombre que las investigaciones tuvieron en Italia hace ya 25 años. Moro envió distintos exhortos a países off shore, que también están investigando sociedades fantasmas. En su momento también fueron objeto de investigación cuando fue el “Mani Pulite”.

-¿Cómo analiza hoy, a 25 años, la investigación sobre el “Mani Pulite”?

-Reivindico la investigación que hice en el “Mani Pulite”, aunque también tengo que reconocer que tuvo sus límites. Por definición, una investigación tiene éxito cuando descubre cómo se comportan los que delinquen. Pero los delincuentes descubren nuevos delitos y nuevas formas de delinquir. Es una carrera constante entre quienes descubren los delitos y los delincuentes, que siempre encuentran nuevas modos para que no los descubran.

-¿Podría encararse una investigación de ese tipo hoy, con la aparición del delito organizado transnacional y los delitos electrónicos?

-Con respecto a la actualidad y a las nuevas tecnologías, es fundamental avanzar en las interceptaciones telefónicas, ambientales y, sobre todo, las que son vía internet. Esos son los nuevos recursos en este momento. Hay que hacer una aclaración: las escuchas telefónicas son algo sumamente delicado y tienen que estar de manera exclusiva bajo la órbita del poder judicial y no ser competencia de un poder administrativo o de policía. Siempre tienen que tener un control de carácter judicial. Y con un presupuesto fundamental: no puede existir un país democrático sin un poder judicial totalmente independiente. Tanto en el momento en que se lo designa como cuando lleva adelante su función.

Cómo investigar los casos de corrupción

-¿Qué pasa en otros países con las investigaciones de corrupción?

-Sé bien que el juez Moro está llevando adelante investigaciones para buscar la verdad. En otros países pasa algo similar: en Francia, España, Inglaterra, en su momento en Italia, Alemania y también en Argentina. Sé también que Moro espera mucho de la respuesta que la justicia argentina tenga para dar sobre estas investigaciones que él está llevando adelante. Acá también hay un momento de transición en materia de justicia, como sucede en otros países.

-¿Qué le aportó su trabajo en el ámbito político?

-Precisamente a partir de mi trabajo como ex ministro y ex parlamentario, sé que es necesaria la cooperación internacional en todos los niveles. Porque hoy los delitos se cometen con cooperación entre los diferentes países.

-¿Qué dificultades cree que hay en la investigación de los delitos de corrupción?

-Un tema especial, al cual habría que prestarle mucha atención, es que las instituciones internacionales tienen que tratar algo que tenga que ver con la uniformidad de la legislación judicial. Porque hay distintas legislaciones en los distintos Estados, entonces hay muchas dificultades para el intercambio de información.

-¿Por ejemplo?

-Sé que el juez Moro espera mucho de la Argentina. También sé que entre Argentina y Brasil hay diferencias entre las prescripciones legislativas, de la misma manera que existen entre Italia y Brasil.

-¿Qué opina de la figura del arrepentido?

-En Italia, y también en Argentina, está previsto un tratamiento especial para la figura del arrepentido: se “favorece” a quien está involucrado en una investigación judicial y se anima a declarar lo que conoce. En Italia y Argentina un arrepentido se ve favorecido por un descuento en la pena, pero la pena de alguna manera existe. En Brasil, en cambio, está previsto el perdón de la pena. Le comenté a Moro: una cosa es ayudar a un arrepentido con atenuantes y tutelándolo, y otra cosa es hacer de cuenta que no cometió ningún delito.

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