En 1992 la casa pasa a formar parte de los bienes patrimoniales del Estado, siendo adquirida durante la gestión a cargo de Amalia Lacroze de Fortabat -quien presidió el Fondo Nacional de las Artes entre 1992 y 2003- para ser sede del Fondo Nacional de las Artes a la que se le dio una nueva funcionalidad.

En los trabajos de puesta en valor se buscó restaurar la versión original de la fachada ya que el frente había sido alterado. Los planos fidedignos con la documentación original de Bustillo permitieron cumplir este objetivo.

Concluidos dichos trabajos, desde el 2005 la casa abrió al público como la Casa de la Cultura del Fondo Nacional de las Artes con la finalidad de ofrecer un espacio de difusión para las producciones artísticas de nuestro país. Hoy, la residencia que nació desafiando las convenciones arquitectónicas de la época gracias al espíritu creativo, visionario y decidido de Victoria Ocampo, lleva su nombre y sigue siendo un espacio para lo nuevo.

Desde el 2019 hasta la fecha, exceptuando los años de pandemia en los que estuvo cerrada, venimos desarrollando diferentes propuestas artísticas como fueron los meses de marzo dedicados a la mujer y la memoria, la exposiciones del propio acervo del Fondo Nacional de las Artes tanto de artes visuales como de artesanías, las exposiciones de las obras ganadoras de los concursos realizados, exhibiciones colectivas provenientes de distintas expresiones regionales de las diferentes provincias, muestras de diseño, proyecciones de cine, presentaciones de libros, recitales de música al aire libre y ceremonias de entrega de Premios Trayectoria, entre otros.

Es a su vez sede periódica de las reuniones de Directorio del FNA, que se llevan a cabo alternativamente en el edificio de la calle Alsina o en el que fuera el comedor de la Casa de Rufino de Elizalde. Cuenta también con una biblioteca y en el transcurso de 2022 y 2023 la Casa, que sufriera varios deterioros dada su antigüedad y el tiempo que estuvo cerrada, hemos emprendido la enorme tarea de poner a punto y resaltar sus características arquitectónicas originales en una nueva puesta en valor tanto de la Casa como de su entorno.

Hoy la casa es visitada por numeroso público que disfrutan de varias propuestas. Se trata de un enclave e hito dentro del circuito cultural palermitano, por su privilegiada ubicación en el eje museal que constituyen junto al Museo de Bellas Artes, el Museo de Arte Popular José Hernández, el Museo de Arte Decorativo, el Palais de Glace, el Recoleta, el Instituto Sanmartiniano y el MALBA.

El año pasado, por Decreto 380, el Gobierno Nacional la declaró Monumento Histórico Nacional, por lo cual cuenta con una protección jurídica para su preservación y exhibición. Al ser reconocida por su valor patrimonial y arquitectónico, el edificio no podrá ser demolido o modificado, salvo aprobación de la Comisión Nacional de Monumentos Históricos.