“Con el aporte que hicieron desde el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) y desde el INTI, los restos de nuestros compañeros fueron repatriados y exhumados en Cuba por sus familiares y también se logró liberar las evidencias del juicio, que eran los tambos, y que también fueron enviados en abril de este año a nuestro país. Me queda solo agradecer a todos su presencia, a los investigadores y al personal del INTI que contribuyó generosamente a concluir una investigación compleja, pero necesaria, y que es un aporte significativo desde la ciencia a la historia, a la historia de nuestras dos naciones”, destacó la secretaría Arias Rivera durante su presentación en la sede del INTI ubicada en San Martín.

La proyección tuvo como marco un nuevo aniversario del hallazgo de las pruebas y su fin fue sensibilizar al personal de la institución sobre el aporte de la ciencia y la tecnología a la justicia. La apertura del acto estuvo encabezada por Sandra Mayol, presidenta del INTI y Jorge Schneebeli, vicepresidente del instituto.

“Gracias a todos por estar en este auditorio. Quiero agradecer a quienes participaron en la investigación porque este trabajo ha podido, a través de los valores humanos y científicos, contribuir a descubrir parte de aquella verdad tan dolorosa para los argentinos y para el pueblo cubano. Para nosotros es grato haber podido participar sabiendo que el INTI tiene alta capacidad técnica y que, al igual que otros organismos, forma parte de un Estado valioso por sus recursos humanos y por su compromiso con los procesos de memoria, verdad y justicia”, remarcó Sandra Mayol, durante la apertura.

“Participé de este proceso como especialista técnico del centro de Mecánica y hoy me toca estar acá, como vicepresidente, en esta presentación, en este fin de ciclo. Fue un trabajo que llevamos adelante, de manera articulada con el EAAF, entre sectores del instituto poniendo en valor nuestras herramientas y generando un programa más específico para dar respuesta a esta solicitud y esto es algo que debemos fortalecer y seguir impulsando”, concluyó Jorge Schneebeli, vicepresidente del instituto.

En junio de 2012 ocurrió un hecho que resultó clave para identificar los cuerpos de cuatro detenidos-desaparecidos desde 1976. Según fuentes judiciales, unos niños salieron a cazar cuises en una tosquera de la localidad de San Fernando —a 15 kilómetros de la Capital Federal— y decidieron llamar a la policía cuando se toparon con un tambor que contenía restos óseos en su interior. Luego de este primer descubrimiento se realizó una búsqueda exhaustiva que permitió dar con tres recipientes metálicos más de similares características.

A partir de ese momento, comenzó un proceso de investigación encabezado por el EAAF y que contó con la participación de los sectores de Construcciones, Mecánica, Procesos Superficiales y Química del INTI.

El trabajo del instituto consistió en la caracterización de los tambores, productos de corrosión, material terroso adherido a la parte exterior y cementicio. En virtud del pedido pericial, para la investigación del material terroso adherido a la parte exterior de los tambores, especialistas del INTI realizaron —desde su experticia geológica— una identificación y correlación de estos sedimentos. Para ello, analizaron imágenes satelitales y fotografías aéreas del predio donde se encontraron, que sirvieron para reconstruir su historia desde el año 1968 a 2013. Además, efectuaron diversas inspecciones técnicas y relevamientos in situ, donde estudiaron perfiles del terreno y extrajeron muestras del espacio circundante.

Las conclusiones fueron contundentes: los tambores encontrados durante 2012 y 2013 en el predio de San Fernando se correlacionan con los que fueron arrojados en el canal San Fernando en octubre de 1976.

Además los peritajes lograron revelar que dos de los cuerpos pertenecían a víctimas del centro clandestino de detención Automotores Orletti, entre los que se encontraban los diplomáticos cubanos Crescencio Galañena Hernández y Jesús Cejas Arias, secuestrados el 9 de agosto de 1976, en el barrio de Belgrano, cuando salían de la embajada, ambos llevados al Centro Clandestino de Detención “Automotores Orletti”.

Hacia abril de 2022, a casi a una década del descubrimiento, los tambores que estaban bajo la guarda del INTI fueron trasladados desde el Instituto al Archivo Nacional de la Memoria (ANM). Para garantizar su protección y la cadena de custodia, los profesionales de la Dirección de Transporte y Logística del INTI realizaron un relevamiento de los elementos y del lugar de destino, que les permitió definir la logística y los embalajes adecuados.

Finalmente, en abril de este año, dos de estos tambores fueron entregados por el Estado Argentino a Cuba y hoy se exponen en el Memorial de la Denuncia, en La Habana.

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