La radiación forma parte de la vida humana y sin ella no sería posible la vida en la Tierra. El ser humano depende de las radiaciones electromagnéticas que producen las reacciones nucleares que ocurren en el sol, y que nos llegan como luz y calor.

Desde 1950, la Comisión Nacional de Energía Atómica trabaja en proyectos de investigación y desarrollo en torno al uso pacífico de las radiaciones. En sus instalaciones se utiliza el poder del átomo para todo tipo de aplicaciones beneficiosas, como la esterilización de diversos materiales y la producción de radioisótopos, un insumo estratégico para tratamientos de radioterapia y diagnósticos con medicina nuclear. En la CNEA nacieron también reactores de investigación y centrales nucleares para generar energía eléctrica.

En las siguientes páginas podrás conocer más sobre qué es la radiación, cómo se genera, cuáles son las formas y las aplicaciones a través de las cuales la aprovechamos y cuáles son los criterios y prácticas que nos permiten usarla al máximo sin poner en riesgo el ambiente ni la salud de las personas.