Presidencia de la Nación


¡Hola! Te damos la bienvenida a la edición #24 de Senasealo [el buscador de curiosidades del Senasa].
Hoy vamos a abordar dos temas: el picudo del algodonero, una de las plagas que representa la mayor amenaza para el cultivo de algodón; y la melofagosis ovina, una enfermedad producida por un parásito externo llamado melófago.
Sumamos también algunas "pastillas" que esperamos que te gusten: la foto de la quincena y un dato curioso sobre la segunda nota.
Ahora sí, empecemos :)

En este número


picudo del algodonero
picudo del algodonero

Pequeños productores de algodón: el blues de acá

De acuerdo con la última publicación del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación para el sector algodonero, en Santiago del Estero y Chaco hay unas 336 mil hectáreas sembradas con este cultivo, lo que equivale a decir que entre las dos provincias poseen el 83% del total de superficie dedicada a esta producción en el país. Una parte significativa de ese número está compuesta por “los chicos”, grupos familiares que realizan el trabajo por sus propios medios y de esa forma se ganan el pan todos los días.

Viaje a los orígenes
Manuelita Núñez es chaqueña, docente e investigadora de la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE) y proveniente de una familia dedicada a trabajar con el algodón. En 2014 publicó un muy interesante artículo que indaga en las raíces profundas de lo que significa este cultivo en la idiosincrasia de miles de personas productoras de baja escala que desarrollan esta actividad como principal sustento. Para estas familias, el algodón representa mucho más que un negocio: es un modo de vida.

Las entrevistas que la autora realizó durante el trabajo de campo le permitieron identificar algunos elementos comunes que están relacionados con la idea de que esta actividad es, ante todo, hereditaria, algo que casi casi no se elige sino que es prácticamente inevitable. Aparece lo que Manuelita señala como un relato fundacional, en el que los productores se remontan a los orígenes de sus familias inmigrantes, recién llegadas a la Argentina, y que recalaron en el norte ante la oportunidad de adquirir tierras para trabajarlas. O sea que la actividad productiva está íntimamente ligada a la historia familiar. “Existe con la tierra una relación sentimental porque es lo que les permitió progresar”, sostiene.

En línea con la idea de herencia está el saber-hacer, es decir, la transmisión de los conocimientos técnicos forma parte del patrimonio familiar y podría decirse que adquiere la forma de capital cultural, ya que varios productores señalan que el único conocimiento acabado que poseen es justamente el de esta actividad. Como dijo alguno de los entrevistados, “esto es lo único que sé hacer; no sabría hacer otra cosa”.

Otro de los elementos que se comparten de generación en generación es la conciencia sobre el esfuerzo que implica ser algodonero/a. Sus antepasados araban la tierra con caballos y realizaban todo el trabajo de manera manual, cosechando cápsula por cápsula y manteniendo los campos sin más medios que un par de herramientas básicas. Esta idea de “poner el lomo” como parte del relato fundacional llega hasta la actualidad, donde si bien la tecnología permitió facilitar algunos procedimientos, los vaivenes económicos ponen la rentabilidad al límite y obligan a darlo todo para hacer una diferencia.

Todos estos aspectos nos permiten sacar una conclusión clara: para los pequeños productores la actividad algodonera tiene un fuerte componente emocional, algo que está profundamente arraigado a sus más altos valores desde los orígenes familiares y también hacia el futuro. Quizás por todo esto el título del trabajo de Manuelita sea una frase que lo resume todo: “uno se crió así, y me voy a morir así”.

Como te contamos en el número anterior, el Senasa lleva adelante el Programa de Prevención y Erradicación del Picudo del Algodonero, que contribuye a minimizar las pérdidas que ocasiona la plaga y así mantener los cultivos en condiciones sanitarias aptas para un mejor rendimiento.

De punta a punta
Julio González (Julito para casi todos los que lo conocen), técnico del Programa y perteneciente al Centro Regional Chaco-Formosa, nos explica cómo el Organismo está presente a lo largo de todo el ciclo productivo del sector primario: “Desde el Senasa, primero, regulamos la fecha de siembra de acuerdo a un plan definido previamente. También efectuamos un monitoreo inicial con estaciones de muestreo para saber qué presencia o posible presión de la plaga habrá en esa campaña, qué potencial de riesgo hay y cómo podría avanzar en el cultivo. Para eso colocamos trampas con feromonas unos 30 días antes de la siembra y las controlamos semanalmente. Con esa información, el técnico y el productor tienen una estrategia de control que estipula cuándo y dónde efectuar los controles en función del grado de infestación del campo, haciendo de ese modo un uso eficiente de los productos fitosanitarios”. Y como si esto fuera poco, “luego de la cosecha el Senasa también establece los plazos para la destrucción de los rastrojos postcosecha (con el objetivo de un vacío sanitario de 90 días que garantice la eliminación de la mayor cantidad de insectos de cara a la próxima campaña) y a esto debemos sumar el correcto encarpado del producto en bruto en los transportes, para que no crezcan plantas guachas al borde de los caminos que obren de potenciales hospedantes de la plaga”.

El trabajo del Senasa por la sanidad del oro blanco es otro ejemplo de los diversos modos en los que el Estado Nacional apoya a los pequeños productores y contribuye al sostenimiento de las economías regionales de todo el país.

VOLVÉ ARRIBA


FOTO DE LA QUINCENA

paisaje de chubut
paisaje de chubut

Marcelo Suárez es veterinario del área de Sanidad Animal en Esquel. Tomó la foto durante el viaje para realizar dos jornadas de reinscripción en los registros Renspa del Senasa y el Renaf del Ministerio de Agricultura, Ganadería Pesca, junto a la Secretaría de Agricultura Familiar, Campesina e Indígena en las comunidades originarias de Lago Rosario y Sierra Colorada del Departamento Futaleufú, en Chubut.

Eso que parece nieve en realidad es hielo que se forma por las bajísimas temperaturas. ¡Qué frío y qué hermoso!

VOLVÉ ARRIBA


melofagosis ovina
melofagosis ovina

Atenti que existe una mosca, pero sin alas

Te presentamos al melófago (Melophagus ovinus) que se lo llama comúnmente "falsa garrapata" o "garrapata de los lanares" por su apariencia similar. Es una mosca, pero sin alas: este pequeño parásito produce la melofagosis ovina.

¿Qué es?
Toda palabra que incluye el sufijo “osis” nos señala enfermedad infecciosa o parasitosis. La melofagosis ovina es una enfermedad producida por un parásito externo llamado melófago (Melophagus ovinus) que mide de 4 a 6 mm de largo, tiene el cuerpo aplanado, es de color marrón rojizo y está recubierto de pelos.

En la región patagónica la enfermedad es endémica (se encuentra frecuentemente) y al ser un parásito de climas templados a frío, no se localiza en el resto del país, donde las temperaturas medias son más altas.

Es muy curioso que el melófago sea una mosca que no tiene alas. ¿A qué se debe? Veámoslo con un experto del Senasa: Guillermo Duarte, jefe de Programa de Sarna y Melofagosis, que nos cuenta: “toda o la mayor parte de su vida adulta transcurre sobre la piel de su hospedador, y presentan un gran número de modificaciones morfológicas y fisiológicas, como por ejemplo la pérdida de alas, específicamente asociadas con su adaptación a la vida parasitaria. Esto las diferencia sustancialmente de las otras moscas de vida libre. Su principal adaptación es la pérdida de las alas”.

Si no vuela ¿Cómo se traslada?
El contagio se produce por contacto directo de un ovino a otro: el melófago se traslada caminando sobre la piel y la lana de la oveja. Sube a la superficie del vellón y, cuando las ovejas entran en contacto entre sí, el parásito pasa de animal en animal y comienza la infestación.

Este parásito vive toda su vida en la lana de la oveja, donde se alimenta de su sangre, y su ciclo biológico es de 30 a 50 días aproximadamente, dependiendo del clima. En el invierno se los encuentra buscando abrigo adheridos a la piel, y en el verano, en la parte superior del cuerpo.

¡Pobres ovejitas! Las picaduras del melófago son irritantes e influyen negativamente en el estado corporal del ovino. En casos severos, además de provocar anemia, se presentan lesiones en la piel por el rascado del animal parasitado que se mordisquea, frota, rasca y patea. Como consecuencia de la parasitosis, la lana se vuelve frágil y quebradiza, en perjuicio de su calidad.

Dispuestos a combatir
Combatir el melófago es obligatorio en todo el país, y se encuentra establecido en el Plan Nacional de Erradicación de Melofagosis, bajo la Resolución Senasa n° 42/02.

Para erradicar la enfermedad, existen diferentes tratamientos 100% efectivos, siempre que se realicen en la totalidad de la majada (conjunto de ovejas) coordinando los trabajos con los predios vecinos.

Buenos vecinos
Un establecimiento agropecuario es un espacio físico donde uno o más productores y/o productoras o unidades productivas desarrollan sus actividades de producción. Dentro de cada establecimiento se debe tratar por melófago el 100% de los animales ovinos que se encuentran dentro.

“Es muy importante coordinar trabajos con establecimientos vecinos, porque al ser una parasitosis transmisible, si el vecino lindero la tiene con el tiempo se contagian nuevamente los animales a través del alambrado o por ingreso de animales al predio”, nos explica Guillermo.

La operación para lograr tratamientos efectivos sería así: productos aprobados por el Senasa + correcta aplicación de los medicamentos (dosis y forma) + junta total de la majada enferma = ¡Tratamientos exitosos!

VOLVÉ ARRIBA


DATO CURIOSO

Trasladá la tropa, pero limpia: la Resolución 42/02 establece la prohibición de tránsito de ganado ovino que esté enfermo de melofagosis sin previa autorización. Guillermo nos dice que “el objetivo de esto es para no contagiar otros predios. Desde el Senasa autorizamos el traslado según el estatus sanitario del establecimiento de origen y destino luego de realizar inspecciones donde declaramos las tropas limpias”.

VOLVÉ ARRIBA


Con esto nos despedimos hasta la próxima edición. Si tenés alguna sugerencia o comentario, podés escribirnos al correo!
¿Te lo reenviaron? Suscribite acá y recibí Senasealo [el buscador de curiosidades del Senasa] todas las quincenas en tu correo (de paso mirás las ediciones pasadas).
¡Te deseamos un buen fin de semana! Te compartimos estas fotos de "espacios liminales" (cuando no se está ni en un sitio ni en otro, pero algo pasa) ;)
Hasta la próxima edición ❤️

Equipo de Senasealo


Correo electrónico: [email protected]

Scroll hacia arriba