Otros productos de tabaco
La industria del tabaco viene promoviendo diferentes tipos de productos para mantener y ampliar su mercado en diferentes públicos, incluyendo tabaco con humo (tabaco para fumar) o tabaco sin humo (tabaco para aspirar o mascar).
Indice
Tabaco con humo
El consumo de tabaco para armar cigarrillos manualmente ha aumentado en los últimos años debido a su menor costo y a la errónea percepción de que es más natural. Lo cierto es que las mismas industrias tabacaleras son las que venden el tabaco para armar, que también libera sustancias tóxicas cuando se fuma.
En Argentina, el consumo a través de la pipa tradicional y de cigarros (habanos, puros) es bajo. Estos últimos varían en tamaño y forma, y contienen entre 1 y 20 gramos de tabaco.
El humo del cigarro tiene una mayor concentración de nitrosaminas (sustancias que producen cáncer), de alquitrán y de sustancias tóxicas. Su humo produce 30 veces más monóxido de carbono que el de los cigarrillos.
Otras formas de consumo de tabaco con humo:
Narguile o pipa de agua
Utiliza un tabaco especial, generalmente saborizado. El tabaco que se quema pasa por agua burbujeante y se aspira a través de una manguera.
Diversos estudios muestran que los fumadores de narguile aspiran la misma nicotina y sustancias tóxicas que los fumadores de cigarrillos comunes pero que, además, aspiran hasta 6 veces más monóxido de carbono que un fumador común ya que generalmente inhalan mucho más humo que los fumadores de cigarrillos. En una sola sesión de narguile los fumadores habituales pueden inhalar un litro de humo.
El consumo se realiza habitualmente de forma grupal, y los distintos usuarios usan la misma boquilla, durante sesiones que varían entre 45 minutos y algunas horas. Esto permite que múltiples microorganismos pasen de un usuario a otro.
Existe evidencia de contagio de tuberculosis, Helicobacter pylori y de virus como Hepatitis C, Epstein-Barr y otros virus respiratorios. Además, es altamente plausible, que el SARS-CoV-2 (COVID 19) pueda pasar de una persona a otra por compartir la pipa de agua.
Estudios a largo plazo han demostrado un mayor riesgo de cáncer de pulmón y esófago, enfermedad periodontal, bajo peso al nacer, enfermedad respiratoria, enfermedad cardiovascular, bronquitis crónica, enfisema, alteraciones de la función pulmonar, EPOC, problemas pulmonares al nacer, cambios en la laringe y cuerdas vocales, menor densidad ósea y mayor riesgo de fracturas.
BIDIS
Son cigarrillos provenientes de la India que se fabrican con diferentes sabores. Si bien se promueven como cigarrillos “naturales”, su contenido de nicotina y alquitrán es tan alto como el de los cigarrillos comunes.
Productos de tabaco calentado (tipo IQOS o GLO)
Son productos que utilizan un aparato eléctrico que calienta un cigarrillo especial que contiene tabaco reconstituido a una temperatura que no llega a producir combustión. Las tabacaleras lo promueven como productos de riesgo reducido aunque, hasta la fecha, ningún estudio independiente ha demostrado que estos productos sean inocuos para la salud. De hecho, varios estudios han demostrado que estos productos tienen muchas de las mismas sustancias tóxicas que los cigarrillos comunes, en algunos casos hasta en mayores concentraciones.
Una investigación comparó la toxicidad en las células pulmonares del IQOS, los cigarrillos electrónicos y los cigarrillos convencionales y demostró que la exposición al IQOS es tan dañina para las células humanas de las vías aéreas como fumar cigarrillos y vapear.
Tabaco sin humo
Habitualmente se masca. Cuando el tabaco no se quema no produce alquitrán pero si libera nicotina.
Una bolsita de tamaño promedio colocada entre la mejilla y la encía durante 30 minutos genera casi la misma cantidad de nicotina que tres o cuatro cigarrillos y el uso de dos latas de rapé por semana equivale a la misma cantidad de nicotina inhalada por alguien que fuma un paquete y medio de cigarrillos al día. El consumo de tabaco sin humo se asocia con adicción a la nicotina, cáncer de la boca, garganta, lengua y enfermedades cardiovasculares.
Diferentes formas de consumo de tabaco sin humo:
Cigarrillos Electrónicos (CE)
Estos cigarrillos fueron creados en China en el año 2004 y su diseño varía ampliamente. A diferencia de los cigarrillos comunes, los CE no contienen tabaco, sino que calientan un líquido a través de una batería para obtener un aerosol que se inhala. Los líquidos para CE se fabrican a base de nicotina (concentraciones variables publicitadas entre 0 y 24 mg), propilenglicol, glicerina vegetal y sustancias saborizantes para generar gustos más atractivos. Existe una gran variabilidad y falta de estandarización de los contenidos de los productos.
Se promueven como una alternativa para los/las que desean seguir fumando sin inhalar las sustancias tóxicas de los cigarrillos comunes y para quienes no quieren dañar la salud de las personas que están a su alrededor. También son promocionados como alternativas “saludables” para dejar de fumar.
La evidencia científica concluye que no existe un producto de tabaco seguro para la salud y refuerza la naturaleza adictiva de la nicotina y la potencialidad de que niñas, niños, adolescentes se inicien en la adicción a la nicotina a través del uso de estos dispositivos de atractivo diseño y aromas.
Dado el escaso tiempo que ha transcurrido entre la creación de estos cigarrillos, es difícil evaluar su efecto a largo plazo. Sin embargo, hasta la fecha se han publicado varios estudios epidemiológicos que asocian al consumo de CE con un mayor riesgo de eventos cardiovasculares y mayor riesgo de cáncer.
Además, se han reportado numerosos casos de intoxicaciones debido a la ingesta de líquidos para CE, particularmente en niños/as pequeños/as y de lesiones y quemaduras debido a la explosión de la batería. Por otra parte, la exposición involuntaria al aerosol de los CE se asocia con cambios en el organismo. Se necesitan estudios a largo plazo que puedan determinar si esto se asocia con problemas de salud.
En nuestro país los CE están prohibidos por Disposición 3226 de la ANMAT desde el año 2011.